El Eln nunca ha hecho malos ojos al secuestro. De hecho, el 73,6 % de las víctimas de esa guerrilla desde 1978 sufrieron este flagelo, según lo reporta las estadísticas del Centro de Memoria Histórica. Más alejados históricamente de actividades como el narcotráfico y la minería, ni el naciente proceso de paz con el Gobierno ha logrado que den una declaración de intenciones concreta para desistir del secuestro.
Además, la misma historia cuenta que no lo han hecho en los otros procesos de paz que han protagonizado.
Las dudas sobre la posibilidad de que esta guerrilla siga con esta práctica en medio de los diálogos con el Gobierno Nacional es una nube que se torna más negra conforme pasan los días y ocurren nuevos hechos como el secuestro de Cristo Humberto Contreras, padre del alcalde de El Carmen (Norte de Santander) Edwin Contreras, el pasado 16 de febrero. Aunque el Eln se declaró inocente de este plagio, el comandante del Ejército Nacional, general Alberto José Mejía, indicó que sí se trató de la acción de este grupo ilegal armado.
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Los últimos políticos
El excongresista Odín Sánchez y el exalcalde de Charalá, Santander, Fabio León Ardila son los dos secuestros más recientes de políticos que perpetró el Eln -que se sepa-. Sin embargo, mientras Ardila admite la naturaleza política de su rapto, Sánchez insiste en que lo suyo fue por plata.
Según Odín Sánchez, en su cautiverio en las selvas del Chocó, “no tenían ni idea de ningún juicio político”, toda vez que, según su relato, los guerrilleros del Eln que lo cuidaban eran dos parejas nativas campesinas de la región.
Ardila, al contrario, cuenta que el Eln se lo llevó por razones “político-paramilitares”. Y explica “político por unas acusaciones de cuando fui alcalde de Encino (Santander) y paramilitar, por una foto que me tomé con Álvaro Uribe”.
En los casi tres meses que estuvo cuativo entre Arauca y Norte de Santander, fue sometido, dice, a tres juicios de los que salió adelante.
Lo que vio y escuchó en ese tiempo le hace concluir que “el secuestro será una medida de presión para el Gobierno”, pues asegura que “el Eln no confía en el proceso”.
Menor control
Los comportamientos que describieron Odín Sánchez y Fabio Ardila no les resultan extraños al polítologo y experto en temas de conflicto Rubén Sánchez, pues explica que al Eln tener una cadena de mando menos clara que las Farc, unificarlos será una labor titánica.
“Puede que hayan algunos frentes que no estén tan convencidos y usen el secuestro para presionar”, explica, tras considerar que esa presión no solo sería para el Gobierno sino para los mismos mandos guerrilleros.
La falta de acuerdos demoraría el proceso y por ello, para Sánchez, no es extraño que “la misma cúpula del Eln podría estar tapando inconformidades y disidencias”.
Para el experto, docente de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, no habría “mucha voluntad de paz en el Eln, porque hay una terquedad absoluta”.
No obstante, Humberto Suárez, docente de Derecho de la Universidad Politécnico Grancolombiano y experto en análisis del discurso, lo que ha dicho hasta el momento el Eln podrían ser declaraciones para “sentarse fuerte a la mesa, pero es estrategia. No necesariamente corresponden a la realidad”.
¿Qué dice la historia?
De las pocas cosas que tienen en común Belisario Betancur, Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos es que todos intentaron negociar con el Eln y, a excepción de Santos por ahora, todos fracasaron.
En cada una de esta ocasiones, la falta de puntos de encuentro entre el Gobierno y la guerrilla provocaron la suspensión de los diálogos.
Aunque cada Gobierno intentó además hacer que el Eln cesara de secuestrar, estos no cedieron.
De acuerdo con las cifras del Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto, entre 1978 y 2015 fueron secuestradas 6.789 personas por miembros del Eln.
Este es el crimen que más cometió esta guerrilla en ese periodo de tiempo, por encima de los asesinatos selectivos y las masacres.