Justo cuando Jorelyn Carabalí, una de las grandes figuras en la campaña mundialista de la Selección Colombia Femenina, se preparaba para ser recibida en el Movistar Arena como toda una campeona junto al resto del equipo, tras lograr llegar a cuartos de final de la cita femenina, una llamada en la puerta del avión le cambió la sonrisa, la vida y el destino. Ahora, mientras sus compañeras viajan a Bogotá, Jorelyn viajará hasta Valle del Cauca, donde se despedirá para siempre de su hermano Paulo Andrés Carabalí, asesinado en la madrugada de este lunes por sicarios al norte de Cali.
Paulo Andrés, de 23 años, era el hermano menor de Jorelyn y uno de sus más fieles seguidores. En sus redes sociales publicaba fotos y videos de su hermana jugando contra Alemania, Marruecos, Jamaica y cuando la cámara la enfocaba con las lágrimas en las mejillas cantando el himno de Colombia en un país lejano. Sus mensajes siempre eran de apoyo y admiración: “A veces todo no sale como uno lo planea. Orgulloso de usted hermana”, escribió Paulo Andrés en su Facebook tras la derrota contra Inglaterra y esas fueron sus últimas palabras de aliento antes de ser baleado el pasado domingo 13 de agosto.
Ese día Andrés se levantó positivo y lo primero que hizo fue publicar un mensaje de agradecimiento en sus redes: “Domingo, desde tempranito con la bendición de Dios”. Horas más tarde, Andrés se fue para una discoteca en la avenida sexta con calle 17, al norte de Cali y en plena zona rosa, a la una de la madrugada, mientras compartía con amigos y su pareja sentimental, recibió varios disparos que acabaron con su vida de inmediato.
Las autoridades ya lanzaron las primeras hipótesis que darían cuenta de una riña o actividades ilícitas. “Lo que se sabe es que se dedicaba al tema de gota a gota donde residía, lo que le generó problemas con algunas estructuras”, indicó el coronel William Quintero, comandante (e) de la Policía Metropolitana de Cali.
Sin embargo, Patricia Carabalí, tía de Jorelyn y Paulo, en diálogo con EL COLOMBIANO dijo que prefiere que “se abstengan de hacer comentarios que nos revictimicen al decir que fue un ajuste de cuentas o vendetas hasta que la Fiscalía informe la verdadera causa del homicidio”. Así mismo, la familiar pidió justicia y celeridad en la investigación.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad de Cali ya está revisando cámaras de seguridad de la discoteca y de las calles aledañas, y de paso identificar a los responsables de la muerte del hermano menor de la defensa central de la Selección Colombia Femenina. “Ya tenemos un equipo encargado y el establecimiento fue cerrado. Adelantaremos la investigación lo más rápido posible para que se haga justicia”, dijo Jimmy Dranguet, secretario de Seguridad.
La vida marcada por la tragedia
A sus 26 años, Jorelyn ha tenido que sobreponerse a una vida marcada por la tragedia. Aunque creció en ambiente familiar tranquilo, a las orillas del río, en un corregimiento de Cauca, la violencia se ha atravesado en su camino por lo menos en tres ocasiones.
No es la primera vez que enfrenta la muerte de un ser querido. En 2017, su hermano Juan Francisco, de 14 años, fue asesinado en medio de una balacera en un barrio de Cali, justo antes de que a Jorelyn la convocaran para ser parte del equipo Atlético Huila. “Cuando se acabó la Liga, regresamos a la escuela para seguir trabajando. A los pocos meses, mi hermano falleció y pocos días después me llamaron de la Escuela. El presidente de Atlético Huila quería contar conmigo y otras jugadoras, pero yo no me quería ir por el momento que atravesaba”, dijo Jorelyn a un portal de fútbol.
Cuando apenas se reponía de la pérdida de su hermano, Jorelyn se volvió a enfrentar a la muerte. Para 2022, falleció su sobrino, en plena disputa por la Copa América. Así lo dejó saber el director técnico Nelson Abadía a través de un mensaje de apoyo a la jugadora. “Hubo un suceso familiar con una de nuestras futbolistas. Eso quiere decir que somos tan unidos que nos afecta todo. Fue la muerte de un sobrino de Jorelyn Carabalí”.
Sin embargo, las personas cercanas a la futbolista resaltan la fuerza que la ha sostenido en pie. El profesor Mario Janer, su entrenador durante un tiempo, asegura que “ella es una luchadora. Tantas caídas y ella se sigue levantando y sigue siendo una triunfadora”.
Jorelyn ha sido fiel a sus muertos y en ellos encuentra la fuerza cuando siente que le faltan las ganas para seguir adelante. Por eso, en algunos partidos, cuando venda sus manos, acostumbra escribir los nombres de sus seres queridos fallecidos: su sobrino, su hermano, su abuela... Ahora, Paulo Andrés pasará a ser un nombre más escrito en su mano para que la acompañe en los partidos difíciles.
“Después de momentos no tan buenos esta semana, tú me bendices hoy con una oportunidad más de luchar por mis sueños y enorgullecer a mi familia, a esos angelitos que me acompañan desde lo más alto. Abuelita, sobrino, esto es por ustedes. Los llevaré siempre en mi corazón”, se lee en las publicaciones de redes sociales de la joven promesa del fútbol colombiano.