Tras cumplirse dos semanas de que la Fiscalía solicitara medida de aseguramiento privativa de la libertad, en detención domiciliaria, derivada de un proceso penal ante la Corte Suprema de Justicia del gobernador Aníbal Gaviria, la política local no se repone. Por un lado: la avalancha de expresiones que rechazaron tal decisión, y por el otro –más sutil, sin tanto ruido– el reacomodo de las fuerzas políticas que se enfilaron a ocupar el vacío que deja Gaviria. Sin embargo, paradójicamente, en este reajuste, los partidos están silenciados.
Una vez se conoció la noticia, el presidente Iván Duque se vio en la obligación de nombrar, el 5 de junio en la noche, a un gobernador encargado. El indicado fue Luis Fernando Suárez, quien hasta el momento fungía como secretario de Gobierno. Suárez, además, es un viejo conocido de Gaviria y uno de sus mayores escuderos.
Seis días después, Suárez reveló que el grupo significativo de ciudadanos llamado “Es el Momento de Antioquia” integrado por el profesor Luis Fernando Montoya, Emiliana Gaviria Márquez (hija de Aníbal) y por él, respondieron a la solicitud del Ministerio del Interior y enviaron una terna conformada por tres secretarios de la actual administración: Luz Elena Gaviria, secretaria de Hacienda; Juan Pablo López, titular de Infraestructura Física, y el mismo Suárez.
Fue esta noticia la que causó malestar. Básicamente porque los partidos que ayudaron a elegir a Gaviria quedaron por fuera. Se trata del Liberal, Alianza Verde, Cambio Radical y la U. Ya que, a decir verdad, la terna está más del lado del corazón de Aníbal que de los intereses de estas cuatro colectividades. Ahora, es importante anotar: dejarlos por fuera estaba cantado.
Esto se sabía ya que una vez se conformó la coalición quedó por escrito, en julio del año pasado, en la cláusula 12 del documento, que si en algún momento había una falta absoluta de Gaviria en el cargo, la designación de la terna sería una tarea exclusiva de “Es el momento de Antioquia”, sin necesidad de contar con el beneplácito de los partidos.
El malestar
Con este panorama, y esto lo dijeron miembros de los partidos consultados por este diario, lo que ocurrió fue que Aníbal los invitó a un baile, ellos llevaron la torta y las sorpresas –movieron la maquinaria– y en el momento en que Gaviria podía darles el chance de brillar no les prendió los reflectores. De acuerdo con los analistas consultados para este informe lo que pasó fue que quedó en el aire el debate sobre la necesidad de incluir nombres con reconocimiento, experiencia y peso político en la terna.
El politólogo Jaime Carrión explica, en contexto, que aunque Aníbal se hizo elegir a través de un grupo significativo de ciudadanos, los partidos tuvieron un papel relevante en su candidatura y en su posterior elección. “Los partidos que lo acompañan son muy disciplinados y aportan un buen número de votos. Aníbal Gaviria no hubiera sido gobernador sin su respaldo”.
Indica que ha habido otro momento clave en la administración de Gaviria en su relación con los partidos y fue en la aprobación del Plan de Desarrollo en la Asamblea, en donde no tuvo mayor problema. “El movimiento que eligió a Aníbal fue hecho a la medida para elegir un gobernador y no tiene representación en la Asamblea; sin embargo, el mandatario tuvo todo el respaldo para votar dicho Plan. Es decir, los partidos le han ayudado a gobernar. Por eso la terna que se conformó debió contar con al menos un integrante de los partidos, las cuatro fuerzas políticas debieron ser consultadas”, dijo Carrión.
Por esa razón, puntualiza el experto, en este escenario las colectividades son invitados de piedra. “Desafortunadamente, hay una crisis de liderazgo en quienes las lideran. Ahora, no se nos puede olvidar que los partidos son la principal organización para construir poder democrático en una sociedad, su participación no es menor”.
El profesor de Eafit, Néstor Julián Restrepo, explica que uno de los grandes vacíos que tiene el sistema electoral es que se permiten estas formas de nominación por grupos significativos de ciudadanos y “luego lo que se da es una gran cantidad de alianzas de partidos que generan un problema: ¿cuál es la verdadera fuerza que puede tomar la decisión de quién será el nuevo gobernador? Por eso, más que posiciones de partidos lo que se va a presentar son pujas individuales de los grandes barones electorales”.
En ese sentido, explica que el problema que tiene la terna es que es muy débil, “sus integrantes son poco representativos ante la coaliciones y los grandes poderes políticos que hay detrás”.
Por último concluye, que el que pierde es el electorado, ya que “vamos a tener un gobernador en ejercicio que será una persona poco conocida y sin trayectoria política y además, será un mandatario por el que la gente no votó. Los antioqueños vamos a tener un gobernante que no elegimos”. .
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colectividades avalaron a Gaviria en su candidatura
a la Gobernación.