Horas de incertidumbre y un deseo profundo de que ocurra un milagro es lo que sienten las autoridades, y de paso todo el país, que está pendiente de que las Fuerzas Militares y los organismos de socorro rescaten a los cuatro hermanos que habrían sobrevivido al siniestro aéreo ocurrido el pasado 1 de mayo en las selvas del Guaviare.
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Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de nueve; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de cuatro años; y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses, están perdidos desde hace 18 días en la inhóspita selva que cubre gran parte del sur del país; sin embargo, por varios rastros que han dejado cerca de la avioneta siniestrada, las autoridades presumen que están con vida y tratando de ser ubicados.
Un tetero que probablemente es del más pequeño, rastros de frutas con mordidas recientes, accesorios de niña para el cabello, prendas de vestir y un refugio improvisado armado con hojas y troncos de madera son las principales pistas que tienen las autoridades para dar con su paradero.
Así han sido las 418 horas, y contando, que han transcurrido desde el momento en el que el piloto de la aeronave Cessna C206 de matrícula HK 2803 se declaró en emergencia, hasta este jueves, cuando se intensifican las labores de búsqueda y rescate en las selvas del Guaviare.
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1 de mayo (7:34 a.m.): aeronave desapareció en Guaviare tras declararse en emergencia
La Aeronáutica Civil reportó la desaparición de una aeronave que cubría la ruta Araracuara (Caquetá)-San José del Guaviare (Guaviare) con siete tripulantes a bordo. El avión Cessna C206 de matrícula HK 2803 al parecer, presentó una falla en su motor, situación que obligó al piloto a declararse en emergencia.
El único registro con el que contaba el organismo estatal, obtenido a través de los Servicios de Búsqueda y Salvamento (SAR), es que el aterrizaje de la aeronave se dio aproximadamente a 175 kilómetros al sur de San José del Guaviare, sobre el Río Apaporis.
La empresa Avianline Charter’s, dueña de la aeronave, informó que entre los siete ocupantes se encontraban tres adultos, entre ellos el piloto, y cuatro menores de edad.
15 de mayo (4:30 p.m.): un tetero avivó la esperanza
“Wilson”, uno de los perros rescatistas del Ejército, encontró un tetero rosado en zona selvática del Guaviare. Esa pista motivó a los organismos de socorro para continuar en la búsqueda del avión que hasta entonces permanecía desaparecida.
El biberón pertenecería al niño Cristin Neriman Ranoque Mucutuy. El bebé de 11 meses viajaba, en compañía de otras seis personas, cuando la aeronave se estrelló mientras sobrevolaba por el río Apaporis –límites entre Guaviare y Caquetá–.
El perro había sido entrenado. Sus compañeros le presentaron prendas de todos los ocupantes de la aeronave y, cuando olfateó el tetero, reconoció el olor del niño Cristin.
16 de mayo (6:30 a.m.): encuentran la aeronave pendiendo de los árboles
Después de una búsqueda de 370 horas, las autoridades encontraron la aeronave en la vereda Palma Rosa, zona rural del municipio de Solano (Caquetá).
Las imágenes difundidas dieron cuenta de que la aeronave había quedado colgando de la manigua, en el lugar se apreciaban zapatos y maletas. En el interior del avión estaba el cuerpo sin vida de Hernando Murcia Morales, el piloto.
Hacia las 2:00 de la tarde de ese martes, los organismos de socorro encontraron los restos de Herman Mendoza Hernández, copiloto, y de Magdalena Mucutuy, madre de los niños.
En la zona hallaron restos de un maracuyá que había sido consumido probablemente tres días atrás.
17 de mayo (7:00 a.m.): encontraron nuevos rastros de vida
“Operación Milagro” fue el código que los rescatistas le asignaron a las labores de búsqueda de los cuatro niños. Para entonces habían pasado 394 horas desde su desaparición.
“Sabemos que hay esperanza y sobrevivientes. De alguna manera, en nuestro entender y la lógica de lo que ha pasado, se encuentran deambulando por la selva”, era el reporte del director de la Aeronáutica Civil, Sergio París.
Un cambuche improvisado, las frutas con mordidas humanas, unas tijeras y unos accesorios para el cabello eran las pistas que los niños dejaron en medio de la selva.
La teoría de los socorristas era que los niños caminaban en dirección al Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete. De continuar así, estarían a dos días de camino del poblado más cercano.
17 de mayo (4:40 p.m.): presidente encendió una imprecisa luz de esperanza
Hasta la dirección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar llegó información de que los niños habían sido rescatados por pobladores de la zona. En ese momento, el presidente Gustavo Petro encendió una luz de esperanza e informó, vía Twitter, del éxito del rescate. Finalmente, todo se trató de un rumor.
La aerolínea y el Puesto de Mando Unificado contradijeron al presidente y confirmaron que no habían podido tener contacto con los niños.
18 de mayo (10:04 a.m.): presidente Petro se disculpó por no verificar información de la búsqueda
La información emitida por el presidente y el ICBF no estaba confirmada. El propio mandatario tuvo que salir a disculparse, otra vez por Twitter, por sus declaraciones erróneas.
“He decidido borrar el trino debido a que la información entregada por el ICBF no ha podido ser confirmada. Lamento lo sucedido. Las Fuerzas Militares y las comunidades indígenas continuarán en su búsqueda incansable para darle al país la noticia que está esperando”, explicó el presidente en su perfil oficial.
La familia de los niños emitió un comunicado en el que pidió no jugar con sus esperanzas. En la zona del siniestro hay presencia de cien uniformados que tratan, por todos los medios, de encontrar un rastro de vida.