El primogénito del presidente Gustavo Petro fue una ficha política clave en ese departamento. Ahora niegan su gestión.
Desde el primer día que Gustavo Petro marcó su regreso a las plazas públicas para apostarle a convertirse en Presidente de Colombia, su primogénito Nicolás Petro estuvo detrás como una sombra. Pero ahora, justo cuando el hijo mayor del mandatario reveló la supuesta entrada de dinero corrupto a la campaña presidencial de su papá, todos salieron a negar el rol casi protagónico de Nicolás en el Atlántico, un fortín político que Petro necesitaba.
Y es que a pocos días de que se cumpliera un año del “gobierno del cambio”, el hijo mayor del Presidente se vio envuelto en un escándalo de corrupción luego de que su expareja, Day Vásquez, entregara a la Fiscalía todas sus conversaciones sobre cómo se llenaban los bolsillos con dinero de exnarcotraficantes y cuestionados empresarios; razón por la que les imputaron los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
Pero cuando todo apuntaba a que Nicolás iba a tener que enfrentar el proceso más solo que nunca, prendió el ventilador y sorprendió con una declaración: a la campaña de Petro en 2022 habría entrado parte de ese dinero ilegal. Y para no hundirse solo y darle soporte a sus señalamientos, aseguró que entregaría más información y personajes involucrados en el escándalo, y sin siquiera tener que mencionarlo, los reflectores giraron hacia el que fue gerente de campaña, Ricardo Roa, actual presidente de Ecopetrol.
Precisamente, Roa fue el primero en negar la participación de Nicolás en la campaña presidencial y aseguró que la gerencia nacional de la campaña centralizó todos los movimientos de recursos por lo que el hijo del ahora presidente nunca fue un coordinador. “La única persona autorizada para recaudar, gestionar firmas, contratos, abrir sedes, autorizar la publicidad era el gerente nacional y por eso nunca hubo más sectores localmente”, afirmó Roa.
Sin embargo, los audios y los chats que presentó la Fiscalía durante las audiencias demostrarían lo contrario. Incluso en una de las conversaciones con su expareja, Nicolás le explicaba que una parte de ese dinero que tenían encaletado en maletas y cajas fuertes iba para “las vallas” y otra parte para una cirugía de Day.
En su defensa, Roa explicó que él asumió el rol de gerente de campaña desde el 24 de enero de 2022, y que solo puede hacerse responsable de los hechos que sucedieron a partir de esa fecha. Nicolás destaca que ni Roa ni su papá se enteraron de esos movimientos.
Su papel político influyó
Pero no hace falta irse a chats personales para darse cuenta del papel clave que jugó Nicolás en la Costa. Basta con darle una mirada a las manifestaciones apoteósicas que organizaba de la mano de Armando Benedetti, otro que habló del ingreso de unos 15 mil millones inyectados a la campaña. Lo curioso es que ambos aseguran haber “sudado la camiseta” por las elecciones en el Atlántico y ambos amenazan con contarlo todo. Petro (hijo) ocupaba un importante rol dentro del proyecto político del Pacto Histórico en el Atlántico porque había sido candidato a la Gobernación de la Colombia Humana en 2019 y estaba ejerciendo como diputado de ese departamento durante la campaña de su padre, gracias a la curul que le entregó el Estatuto de la Oposición. Pero en entrevista con la revista Semana, Nicolás aseguró haberse sentido como “una ficha de ajedrez” que ya salió del juego y se quedó solo.
Su trabajo en campaña
Y esa soledad la reafirma Juan Fernando Petro, hermano del presidente que también está envuelto en líos judiciales por supuestamente vender cupos a narcos para que se subieran a la paz total. “Nicolás quedó muy solo en esto; él jugó un papel importante en campaña”, aseguró el tío en los micrófonos de Blu Radio y donde también resaltó ese papel activo y protagónico de su sobrino en la costa. “Él jugó un papel directo, todo el mundo lo supo. Se le metió de firme a la campaña. Todos vimos trabajar a Nicolás en la ejecución de la campaña”, añadió. Esas palabras se reafirman en videos y fotos que le tomaron a Gustavo Petro ese día de mayo de 2022 en la tarima para cerrar su campaña en Barranquilla y donde más de 30 mil personas lo escucharon hablar sobre la oportunidad de tener un presidente costeño. En esas fotos y videos también quedó Nicolás, detrás de él, como una sombra. Y es que a su cabeza estuvieron importantes eventos como el Petrobus, al que nunca invitaron a Agmeth Escaf, quien ahora formó una puja dentro del petrismo y a quien señalan de ser una ficha de la primera dama, Verónica Alcocer.
A esa pelea también se subió el político, Máximo Noriega, quien fue mencionado en el escándalo de corrupción, pero a quien Nicolás llamó víctima y él mismo defiende ese título.
En un comunicado, Noriega aseguró ser “víctima de un complot orquestado desde afuera del Pacto Histórico”, esto luego de que le quitaran el aval en su camino hacia la Gobernación del Atlántico debido al escándalo. Sin embargo, Noriega insiste a la Fiscalía para que escuchen su versión de los hechos, incluso, en la audiencia de Nicolás y Day, su abogado pidió participar, pero no hubo lugar para ello.
Pero el Petrobus en el que Nicolás recorrió las calles de la Costa e hizo campaña no fue la única estrategia, el primogénito del presidente también organizó la gran tarima en forma de letra P con la que Gustavo se volcó a las calles otra vez y con la que, de la mano de Armando Benedetti, lograron formar una multitud que llegó en buses privados. En todo caso, durante la campaña de Gustavo Petro, el apoyo de Nicolás, cierto o no, fue evidente. En sus redes sociales anunciaba la llegada del Petrobus y convocaba a los encuentros. En sus chats personales con Day Vásquez hablaba de millones de pesos que le llegaban de parte de exnarcotraficantes, empresarios y políticos que ahora están relacionados en un “roscograma” en poder de la Fiscalía que ya adelanta las investigaciones. Mientras tanto, el presidente Petro solo espera que Nicolás se quede en la sombra, donde al parecer siempre lo mantuvo.
