Tres patólogos, tres balísticos, tres toxicólogos y dos biólogos, liderados por el médico forense de Medicina Legal, Jorge Eduardo Paredes, estuvieron a cargo de la necropsia del cuerpo del coronel Óscar Dávila y determinaron que la causa de la muerte del coordinador de protección anticipativa de la Presidencia “se debió a una herida de contacto con todas las características propias de un suicidio”.
Así lo anunció el médico forense tras explicar, apoyado de imágenes, cómo fue la trayectoria de la bala al interior del cráneo del coronel Dávila, así como los rastros de sangre que quedaron en su mano derecha y en su camisa.
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El médico forense explicó que el orificio de entrada de la bala dejó una herida en el cráneo del coronel de 4x2,8 centímetros y fue “irregular porque el arma estaba puesta a contacto”, es decir, pegada a la cabeza.
“Se produce una deflagración de gases y generan una herida que es muy característica del signo de Benassi, que son residuos de pólvora combustionada (ahumamiento) en la parte externa del cráneo, pero no solo ahí sino también en los tejidos blandos que están debajo y alrededor del cuero cabelludo y adicional, en este caso, había residuos de pólvora en la membrana cubierta del encéfalo que se llaman las meninges”, indicó el forense.
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También explicó que la otra herida al lado izquierdo del cráneo constituye el orificio de salida de la bala “muy superior al pabellón auricular”, cuya herida también fue irregular.
Una herida de este tipo, sostuvo el médico forense, “causa unas graves lesiones en el interior de la cavidad craneana”.
Los rastros en el cuerpo
Ya cuando inspeccionaron el cuerpo, los forenses encontraron un patrón de salpicaduras de sangre que reflejaba un modelo en “U”, es decir, explicó Paredes, “eso nos da un indicio muy fuerte de que esta persona tenía el arma empuñada y esas salpicaduras son derivadas de esa acción, tener el arma empuñada”.
Las salpicaduras de sangre también quedaron impregnadas en el puño de la camisa del coronel Dávila y en la parte derecha en la zona dorsal. El forense agregó además que el cuerpo no tenía ningún signo de “riña, lucha, sujeción o indefensión”.
Un medicamento para el estrés
Por último, el médico forense indicó que en el cuerpo del coronel Dávila encontraron rastros de Alprazolam, un medicamento derivado de las benzodiacepinas que se utiliza para el tratamiento de estados de ansiedad, crisis de angustia, ataques de pánico y estrés intenso, un cuadro que al parecer estaba teniendo el oficial tras ser relacionado con los casos de las chuzadas a las exempleadas de la saliente jefe de gabinete Laura Sarabia.
Medicina Legal concluyó finalmente que la muerte del coronel Dávila es “un caso típico de una lesión a contacto con todas las características propias de un suicidio, desde el punto de vista médico-legal”.