Margarita Arteaga asistió a la audiencia en la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, para escuchar lo impensado, para recibir las respuestas de la muerte de su hermano Kemel Mauricio Arteaga, a quien tanto había buscado por casi dos décadas.
El militar que lo asesinó la miró a los ojos y le contó cómo fueron los últimos minutos de vida de la víctima: ”su hermano se abrió de brazos y me dijo ‘si me va a matar no me dispare de espalda, mátame de frente’; y yo le disparé)”, admitió el cabo (r) Leandro Eliécer Moná Cano.
Como Kemel, la Brigada XVI del Ejército, en Casanare, cometió otras 196 ejecuciones extrajudiciales, más conocidas como falsos positivos, que admitieron 21 oficiales (r) durante la audiencia de Reconocimiento realizada este 18 y 19 de septiembre ante la JEP.
Dentro de ellos, compareció también el general Henry Torres Escalante, el primer alto mando en ser procesado por este delito y en admitir que sus subalternos asesinaron inocentes por presiones suyas.
Los asesinatos, según detalló la Jurisdicción, ocurrieron en medio de ese actuar sistemático del Ejército en todo el país que, tras las presiones por más y más bajas, dejaron 6.402 víctimas de falsos positivos en Colombia.
Tras asesinar a personas inocentes y presentarlas como “bajas en combate”, los militares quemaban las identificaciones de sus víctimas para que nunca fueran encontradas, como admitió el soldado (r) Alexánder González. Del total de víctimas reportadas hasta hoy del Batallón de Escalante, 138 fueron presentadas como no identificadas entre el 15 de diciembre de 2005 y el 27 de mayo de 2007, tal como especificó la JEP.
Y no era un hecho aislado. Tal como lo admitieron los militares, las brigadas entraron en una competencia por quién reportaba más bajas en combate y recibieron premios por esos “falsos positivos” que informaban al Comando General.
“Lo hice con pleno conocimiento, por ganarme un permiso de 5 días, por ganarme unas condecoraciones y por salir al exterior”, admitió González mirando a los familiares de sus víctimas.
Luego de reconocer todos esos hechos, la JEP analizará las declaraciones de los 21 militares y emitirá su resolución de conclusiones al Tribuanl de Paz.
Será ante esa instancia que los magistrados elegirán cuál será la pena de cada uno. “¿Alcanzarán a pagarnos algún día lo que hicieron? No sé eso. Pero al menos reconozco la valentía de estar aquí”, concluyó una de las víctimas asistentes a la audiencia.
Alcira Achagua
Hija de la víctima Leonardo Achagua
“No fue solamente un asesinato, fue secuestro, tortura, desaparición forzada y desplazamiento forzoso (...)Usted (Henry Torres Escalante) dijo que ‘los muertos no hablan’. Déjeme decirle, señor, que los muertos no hablan, pero sus familias sí”.
Próspero Vargas
Padre de José Albeiro Vargas
“Que todos los que somos víctimas de la violencia sepamos la verdad. Tengo un hijo desaparecido hace 16 años. Eso es mucho tiempo para no saber de él. Se vino de la finca con el fin de estudiar, a los tres meses se desapareció, eso fue en 2007”.
Margarita Arteaga
Hermana de Kemel Mauricio Arteaga
“¿Por qué mi hermano? ¿Por qué lo seleccionaron, lo ficharon, lo calificaron, lo perfilaron, lo que sea?. Nunca hubo una respuesta. Y me acabo de dar cuenta en esta audiencia de que había un patrón de crueldad contra la diferencia”.