Ni la lluvia, ni el domingo de descanso, ni un día cívico improvisado impidieron que cientos de miles de personas a lo largo de todo el país salieran a las calles a manifestarse en contra del gobierno de Gustavo Petro.
Más allá de los partidos de oposición, ayer, 21 de abril, marcharon ciudadanos de todo el espectro político y social: pensionados, pacientes, médicos, enfermeros, transportadores, campesinos, académicos, estudiantes y en general personas inconformes que alzaron su voz: “Fuera Petro”; “Juicio político contra Petro”; “Mírenlos, estos son los que venden la Nación”, entre muchas otras arengas que se escucharon desde horas de la mañana. Sin duda, esta jornada fue un examen para medir a un Gobierno acostumbrado a agitar a las bases populares en las calles.
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EL COLOMBIANO documentó las movilizaciones en varias ciudades del país y las imágenes hablan por sí solas: “ríos” de gente, vestida de blanco o de amarillo, caminando hacia las plazas principales de sus ciudades, sin importar el clima, la hora o los propios políticos. Porque si hubo algo que caracterizó estas movilizaciones es que el crédito no corresponde a un partido político o a figuras de la oposición. Tanto así, que en ciudades como Bogotá, los organizadores de la marcha acordaron no instalar una tarima en la Plaza de Bolívar –que estaba a reventar a pesar de la lluvia– para que no fuera capitalizada por ninguna bandera partidista.
Jaime, un ciudadano que se movilizó con su familia, señaló: “Me opongo a las reformas de Petro, su gabinete no ha estudiado la realidad de Colombia. Este es un movimiento del pueblo que le está demostrando al país que no queremos a Petro, pero tampoco a politiqueros”.
“Estoy marchando por mis pacientes, por mis compañeros de la EPS, estoy marchando por el sistema y por Colombia. (...) Es muy diciente el resultado, la cantidad de personas”, le dijo a este diario Marcela, una médica que marchó con sus padres.
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Contraste de cifras
El número de personas que se movilizaron varía en cada ciudad. En el caso de Bogotá, según la Secretaría de Gobierno, estuvieron en las calles más de 100.000 personas. En el caso de Medellín, 350.000, según la administración local. En ciudades como Cali, Barranquilla y Bucaramanga no hubo cifras consolidadas, pero los videos e imágenes son impactantes por el alto número de manifestantes.
“Las marchas tuvieron una gran respuesta por parte de la ciudadanía. En Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, por lo menos, lo que pudimos observar fue una gran concurrencia a unas marchas en donde no podemos identificar un solo convocante, un liderazgo único. (...) Las inconformidades no son homogéneas”, dijo la abogada y politóloga Patricia Muñoz Yi, quien es directora de posgrados de la Universidad Javeriana.
“Una manifestación de este tipo no puede ser desconocida por el Gobierno, quien tiene que atender este llamado y recibir claramente el mensaje que le envía la ciudadanía y debe observar estas posiciones e inconformidades de un sector importante del país e incorporarlas en la gobernanza que nos lleve a una gobernabilidad eficaz”, agregó la profesora Muñoz.
Respuesta del Gobierno
Sin embargo, el primer mensaje del presidente Gustavo Petro en la mañana del domingo, a través de la red social X (como es usual) fue un video satírico del desaparecido humorista Jaime Garzón en el que se burla de una manifestación de un personaje conservador.
El mandatario solo escribió: “La clase dominante”.
El mensaje fue interpretado como soberbio y un par de horas después, cuando las calles del país estaban inundadas de gente marchando, su mano derecha, la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Laura Sarabia, dijo en redes sociales: “Hoy debemos tener la grandeza de reconocer que muchas personas se movilizaron, que lo hicieron con todas las garantías y pudieron expresar su descontento. Esta es una semana que como gobierno debemos afrontar en reflexión y autocrítica”.
Dos visiones opuestas en el mismo gobierno. Hacia el final de la tarde, una vez terminadas las jornadas de movilización y con un resultado innegable, el presidente Petro publicó un mensaje largo en el que comienza reduciendo el número de personas que marcharon: “Las manifestaciones contra el Gobierno tuvieron más o menos 250.000 personas en todo el país, fueron fuertes en su orden en Medellín, Bogotá y Bucaramanga. En las demás ciudades, alcanzando 18 sitios, fueron débiles (...) El principal objetivo de las marchas es gritar ‘fuera Petro’ y derrocar el gobierno del cambio. Este proceso ya inició y es un golpe blando que anule la decisión popular por el cambio en el año 2022”, señaló el mandatario. Pero la realidad es que en Cali, por ejemplo, las imágenes de las marchas demuestran que no “fueron débiles”, como dice Petro.
¿Qué implicaciones tiene esta marcha en el pulso político, social y económico que vive el país? EL COLOMBIANO consultó a Sebastián Líppez, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, quien señaló que “la marcha viene bien en el sentido de recordarle al presidente Petro que el pueblo no es uno solo y que en ese sentido sus clamores de constituyente o acudir a la figura del pueblo como la fuente de legitimidad de sus políticas, pues lo tienen que llamar a la mesura al reconocer una ciudadanía diversa, polarizada, con visiones distintas”.
Más allá de la derecha
A diferencia de lo que cercanos al Pacto Histórico señalaron en redes en la víspera de las marchas, las personas que se movilizaron provienen de distintos sectores políticos y sociales, pero sobre todo con peticiones diversas. Como le dijeron a este diario los expertos consultados, la molestia de la ciudadanía es tan amplía que no se puede limitar a un malestar coyuntural. Al contrario, los recientes escándalos del Gobierno –como que reveló este diario hace pocas horas frente al papel de Ricardo Roa en la campaña presidencial—, sus actuaciones frente a las EPS y medidas desesperadas como declarar el pasado 19 de abril como día cívico, son el síntoma de algo más estructural.
En ese sentido, las fuerzas políticas de la oposición no podrían capitalizar como propio lo que sucedió este domingo 21 de abril. De hecho, varias figuras importantes del “centro político” se movilizaron también e hicieron llamadas fuertes al jefe de Estado. Es el caso del senador Humberto de la Calle, quien dijo: “Es incontrovertible que la marcha ha sido muy grande. El Gobierno debe rectificar. Fallaron sus asesores: predecir que la marcha solo era del Centro Democrático, más que un gran error de juicio fue un enorme tiro en el pie. Es regalarle a ese partido un triunfo que fue una movilización genuinamente ciudadana”. También marcharon o se expresaron a favor de las manifestaciones figuras como Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Juan Manuel Galán, Catherine Juvinao y Claudia López.
Primero de Mayo
Desde que el presidente Petro lanzó su propuesta de la constituyente, ha explicado que “el pueblo” es el constituyente primario que “debe expresarse”. Sin embargo, pareciera que el mandatario solo válido que una parte del pueblo lo haga. Así lo da a entender en su mensaje luego de las marchas: “Hoy se expresaron en libertad unos, las fuerzas populares deben responder, este 1º de mayo. No se trata de dividir al país, ya viene dividido. Se trata de que suene también la voz popular. Ante estas voces diferentes, el gobierno buscará caminos de entendimiento. Si la derecha quiere burlar las elecciones e irrespetar el voto del pueblo, no habrá entendimiento. El pacto nacional es por el futuro y no por el pasado. La suerte del gobierno dependerá exclusivamente del apoyo del pueblo. Que se escuche el pueblo entonces”.
El presidente llama a la movilización justa un día que tradicionalmente es de manifestaciones. Sin embargo, ayer en las calles de Medellín estaban protestando hasta los camioneros. Está por verse si los sindicatos le darán tarima al mandatario en un día en el que deben defender sus luchas.
El pulso de la calle parece ser el nuevo termómetro para un gobierno que apela a ese tipo de expresiones ciudadanas. “Las movilizaciones fueron bastante numerosas y demuestra que no se trata de unas críticas aisladas. (...) Su anuncio de marchar el 1° de mayo refleja la continuidad de mantenerse en pie de lucha con esa clase que él llama dominante y que de alguna manera desprecia”, sostiene el profesor Líppez.
Por lo pronto, Petro parece seguir empecinado en su forma de gobernar a Colombia sin abrir puentes claros. Convendría que el presidente Petro de hoy leyera al senador Petro de hace dos años, abril de 2021, que le decía al anterior gobierno: “Duque escuché. Un gobernante debe siempre escuchar y corregir si es necesario. La mayor violencia siempre proviene de un gobierno que se vuelve indolente y sordo”. Presidente Petro, escuche, le dice una muy buena parte del país.
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