¿Cómo así?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que Mancuso llegó deportado de Estados Unidos donde estaba pagando una condena por lavado de activos y narcotráfico, es decir que nada tenía que ver su paso por una cárcel extranjera con sus crímenes contra campesinos, empresas, familias, líderes sociales, entre otros. De Estados Unidos, tras estar más 16 años, llegó directo a la cárcel la Picota en Bogotá porque en su contra hay varias sentencias acumuladas que suman cerca de 40 años; sin embargo, en este caso, la jueza a cargo de ese proceso puntual, definió que Mancuso cumplía con los mínimos requisitos para gozar del beneficio de libertad de manera condicionada.
Para resolver dentro de ese proceso, la jueza consideró que sí era competente, por consiguiente dio vía libre para que Mancuso saliera del centro penitenciario a cumplir su rol como gestor de paz; esto, sin embargo, no tuvo aplicación inmediata.
Si bien, ya hubo una primera decisión favorable en su camino a la libertad, ese no es el único proceso que Mancuso tiene en su contra, dijo la jueza que en la actualidad existen otras 47 medidas de aseguramiento proferidas por otros despachos y que sobre esos casos ella no tiene competencia para decidir; añadió que la libertad no podía hacerse efectiva en tanto existieran esos otros procesos pendientes.
En total, son 14 medidas de aseguramiento impuestas a Mancuso por la sala de Justicia y Paz de Bogotá y otras 33 impuestas por la sala de Justicia y Paz de Barranquilla, será a propósito, a esta última a donde acudirá mañana miércoles 6 de marzo a la 8:30 a.m., para que allí decidan al respecto; y el 15 de marzo le corresponderá acudir ante un juez de Bogotá. En ambos casos se deberá definir la revocatoria de las medidas de aseguramiento.
Actualmente, Salvatore Mancuso tiene abiertos varios procesos judiciales en diferentes etapas por 65.067 hechos criminales por los que se emitirían 45 sentencias adicionales en su contra, según Justicia y Paz. De ahí que habría que esperar sobre la aplicación del beneficio de libertad bajo la excepcionalidad como gestor de paz y el aporte que hará en cuanto a la verdad, justicia y reparación.
En ese sentido, al menos hasta la próxima semana permanecerá privado de la libertad el temido exjefe paramilitar, que según notificó, vivirá en la ciudad de Medellín una vez que en Barranquilla y Bogotá definan su situación jurídica. Así mismo trascendió que ya estando en libertad, Mancuso contará con un amplío esquema de seguridad por el que ya hay fuertes cuestionamiento debido a su alto valor y al riesgo que correrá el personal que sea asignado para salvaguardar su vida.
Mancuso no podrá ir a donde quiera
En su decisión, la jueza Zamora acogió la petición de la Procuraduría de prohibirle a Mancuso visitar los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, César, Magdalena, Norte de Santander y La Guajira, así como a los municipios antioqueños de San Pedro de Urabá, Necoclí, Ituango, Arboletes y Apartadó, territorios en los que tuvo lugar su accionar criminal.
Si Mancuso quisiera viajar a esos lugares, o su tarea como gestor de paz requiriera de su presencia allí, él mismo o el alto comisionado para la Paz, deberán enviar un comunicado oficial al actual despacho, con un plazo de cinco días hábiles, para que la jueza le otorgue un permiso temporal.
La libertad a prueba de la que gozará Salvatore Mancuso durante cuatro años tiene varias restricciones, pues de entrada esta figura se impone para vigilarlo en este periodo de tiempo mientras se decide si es apto para recobrar la libertad total.
Mancuso, por ejemplo, tendrá que presentarse cada tres meses ante una autoridad judicial de Medellín, donde vivirá, en caso de cambiar de lugar de residencia deberá notificarlos con anterioridad a la autoridad competente, entre otras disposiciones.