Mientras el presidente Gustavo Petro aterrizaba en Alemania con la intención de cerrar un acuerdo para la producción de hidrógeno verde en Colombia, aquí no cesaban las revelaciones y las suspicacias sobre la muerte del coronel Óscar Dávila, el dinero perdido de Laura Sarabia y las posteriores chuzadas a las comunicaciones de dos mujeres que trabajaban con la exjefe de Gabinete —Marelbys Meza y Fabiola Perea—.
Lo primero: el oficial de la Policía hizo de todo en su último día de vida, hasta pagó $50 millones para su defensa judicial; lo segundo: Revista Semana publicó un artículo en el que una fuente, cuya identidad se reserva por la seguridad de su vida, asegura que la plata que le robaron a Sarabia fueron $3.000 millones y no $30 millones, como se denunció en un principio, y que esa plata le pertenecía al Presidente de la República.
Una denuncia tan explosiva que, de ser cierta, tumbaría al Presidente.
Sin embargo, no demoraron en llegar las críticas, un solo testimonio, de una fuente reservada, no era suficiente para ratificar que el presidente había cometido una irregularidad mayor.
Temprano en la mañana del miércoles pasado, cuando Petro volaba a Europa, el periodista Daniel Coronell reveló que el jueves 8 de junio el coronel Óscar Dávila —quien estuvo encargado de la seguridad del Presidente desde el piso 13 de la Dian, en Bogotá— terminó bajo la tutela de un abogado que lo defendiera de la avalancha que se le venía por aparecer en las carpetas de presuntos responsables de las chuzadas de Sarabia.
Se trata del abogado Miguel Ángel del Río, de las entrañas de Petro, que estuvo detrás de la “Ñeñepolítica” y quien ha sido un claro defensor del Pacto Histórico. Del Río le pidió entre 300 y 500 millones por defenderlo. Una tarifa bastante onerosa, puede que justificada en que el caso no pintaba nada fácil. Como Dávila no tenía ese dineral, cuadró con el abogado una rebaja bastante amplia: cerraron el trato por $50 millones, plata que el coronel pagó al día siguiente en efectivo.
El abogado Del Río reconoció el pago y dijo que había devuelto el dinero a la esposa de Dávila. El pago, realizado horas antes de la muerte —¿suicidio?, ¿homicidio?—, desnudó los argumentos que el mismo abogado hizo ese viernes en la noche, cuando aseguró que el coronel se había suicidado por presiones de la Fiscalía. ¿Cómo decantarse tan rápido con la hipótesis del suicidio si ese hombre, el mismo día, le había pagado 50 millones de pesos para que lo defendiera?
Hasta el momento queda claro que el coronel Óscar Dávila quería colaborar con la Fiscalía, como se lo hizo saber al fiscal Francisco Barbosa por medio de una carta, también quería defenderse para no caer en la cárcel y, además, sabía muy bien que tenía información privilegiada y por eso le dijo a la periodista Sylvia Charry, de Cambio: “Yo no me puedo pronunciar ante eso. Es lo único que yo te puedo decir, porque no. Eso sí me da pena contigo porque, hum, mejor dicho, me acaban”.
Ya cuando el presidente Petro descansaba en Alemania la Revista Semana anunció que tenía una nueva exclusiva en el caso de las chuzadas de Laura Sarabia y la maleta con dinero. La expectativa fue grande en redes sociales porque quince días atrás Semana reveló los explosivos audios del embajador Armando Benedetti, quien desencajado amenazó a la entonces jefe de gabinete del Gobierno con revelar lo que sabía, que a la campaña habían entrado 15.000 millones de pesos y que no tenía problema con irse para la cárcel.
Sin embargo, no hubo punto de comparación, la llamada revelación venía de una fuente reservada quien, supuestamente, recibió el testimonio del coronel Óscar Dávila. Todo se resume en una sola frase: “La plata era de Petro, eran cinco maletas y 3.000 millones de pesos”. Según esa fuente anónima, que por su narración parece ser un compañero del coronel fallecido, cuando la plata se desapareció, Laura Sarabia temió contarle al Presidente y así empezó la persecución de la empleada Marelbys Meza y de su círculo cercano. Supuestamente, hubo dos chuzadas más y al compañero de Meza le descubrieron más de 268 millones de pesos en efectivo, lo único que supuestamente pudieron recuperar.
La revelación era cómo lanzar una bomba en la peor crisis política de los últimos tiempos en el país. Sin embargo, no había pruebas lo suficientemente contundentes.
El presidente Petro respondió en la mañana de ayer, doce horas después de la publicación de Semana: “Nunca en mi existencia he siquiera visto la cantidad de dinero que afirma una fuente reservada y que utiliza la periodista Vicky Dávila para una publicación en la revista Semana. Por lo tanto, son falsas las afirmaciones entregadas por una supuesta fuente que no se identifica, en las que se me relaciona con altas sumas de dinero en efectivo. Estas afirmaciones, que son difíciles de acreditar debido a su carácter anónimo, tienen un ánimo difamatorio”.
La exjefe de gabinete, Laura Sarabia, también respondió: “Frente a las recientes publicaciones de Revista Semana me permito aclarar que jamás en mi vida he recibido, en ninguna calidad ni por ninguna persona, tal cantidad de dinero. Nunca he visto una cifra ni siquiera cercana”.
En términos periodísticos, el testimonio que recibió Semana sería apenas el inicio de una interesante investigación. Y más aún si esa fuente reservada hace una denuncia tan grave como la de que el Presidente de la República tenía tres maletas con 3.000 millones de pesos vagando en carros y en la casa de una funcionaria.
Aún no es claro si la revista tiene otras pruebas para darle solidez a la denuncia. Si la fuente se convierte en testigo de la Fiscalía o si da la cara a la opinión pública otro podría ser el cantar.
Los audios de Benedetti —también revelados por Semana— por eso son tan cruciales en este escándalo: porque son la voz de quien durante meses acompañó a Petro por el país, quien le ayudó a llenar plazas por el Caribe, región que finalmente terminó dando como ganador al líder del Pacto Histórico.
En el caso del testigo reservado quedan interrogantes como que mientras él asegura que eran tres maletas; la niñera, Marelbys Meza, dice que vio y que le preguntaron por una sola maleta con dinero. ¿Quién tiene la razón?
En la medida en que se trata de una fuente anónima, es la revista la que asume la responsabilidad de decir que el Presidente de la República estaría moviendo altas sumas de dinero en efectivo.
En su vida pública, Gustavo Petro estuvo enredado con denuncias de recibir dinero por los videos en los que se le ve recibiendo 20 millones de pesos de parte del arquitecto Simón Vélez, quien recaudó la plata para ayudarle a una de sus campañas, hace ya muchos años. Y también por unos giros de 20 millones de los polémicos primos Nule. Sin embargo, muchos de sus contradictores políticos, no creen que Petro sea de manejar grandes sumas de dinero en efectivo.
Otro punto que llamó la atención del comunicado de Petro ayer es que mencionó a los Gilinski. Cabe recordar que Gabriel Gillinski es el dueño de la revista Semana. Petro dijo: “He tenido una amistad con los dueños de la revista Semana quienes han participado en diferentes negocios en el país, de los que ni como congresista ni como Presidente he sacado ningún tipo de provecho. Los mismos propietarios de la revista son testigos de primer orden de mi honorabilidad y así también lo he demostrado”.
Hay quienes lo han cuestionado como un mensaje con amenaza subyacente de parte del mandatario a dicho medio de comunicación, pero también se puede leer como una manera de Petro hacer legítima defensa apoyado en su trayectoria de apoyos con los Gilinski.
De todas maneras, lo que si es cierto es que, además de los 15.000 millones de pesos que habrían entrado a la campaña, en los audios de Benedetti, ya hay varias denuncias de dineros alrededor de la campaña del Pacto Histórico. En Medellín, por ejemplo, se denunció que a los combos delincuenciales se les pidió plata para apoyar la llamada paz total, y en medio habría estado Juan Fernando Petro, hermano del Presidente, quien en este momento es investigado por la Fiscalía; además, están las declaraciones de Day Vásquez, quien asegura que Nicolás Petro, hijo del Presidente y quien era pareja de Day, recibió varios cientos de millones de pesos de personajes como Alfonso “el Turco” Hilsaca para la campaña, y que ese dinero se habría desviado para uso personal.
Luego apareció la denuncia de los 15.000 millones de pesos que hizo Armando Benedetti, y que ahora la justicia investiga.
Y pese a la gravedad de esa versión, nunca se ha mencionado que el dinero haya pasado por las manos de Petro.
Que el testimonio reservado no desvíe a la opinión pública y a la justicia de lo importante: corroborar los audios de Benedetti.
Más allá de los eventos de esta semana, son horas difíciles para el Gobierno Nacional. ¿Podrá Semana tener alguna prueba sólida que sustente la denuncia del miércoles? ¿Si no la tiene, se convertirá esto en el artífice de la destrucción del escándalo? ¿Si no se prueba lo de los $3.000 millones la opinión echará a la basura lo de los $15.000 millones que denuncia Benedetti?