La campaña electoral con miras a 2026 se intensifica con el pasar de los días y, al filo de 2024, las pujas y movimientos en las diferentes orillas políticas se acentúan. La hora cero para muchos candidatos será marzo –para aquellos funcionarios que le apuestan al Senado– o mayo –si es que la meta es llegar a la Presidencia–. Lo anterior, debido a que esas serán las fechas en las que deberán renunciar para no inhabilitarse en su aventura electoral.
En las huestes petristas las pujas siguen y, aunque en la baraja pululan aspirantes de todo calibre, hay tres que parecen llevar la batuta. Se trata de la senadora María José Pizarro (Pacto Histórico), la actual ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar.
La más reciente encuesta de la firma Invamer dio luces sobre lo que podría pasar. A la pregunta de por quién votaría en los comicios, aparece como el más favorecido Bolívar con 8,6 % de intención de voto, María José Pizarro, con 4,1 %, y Muhamad con 1,2 %.
En materia de favorabilidad, el sondeo evidencia además que Bolívar cuenta con un reconocimiento del 54 %, pero su imagen favorable es del 17,5 % y su desfavorabilidad asciende al 32,6 %. Por otro lado, aunque a Pizarro la conoce el 34,5 % de los encuestados, cuenta con una imagen favorable de 16,6 % y una desfavorabilidad de 14,7 %. Por último, Muhamad, conocida por el 13,8 % de los encuestados, es bien vista por el 5,9 % y la desfavorabilidad llega al 5,6 %.
Para la profesora Eugénie Richard, de la Universidad Externado –experta en marketing político y comunicación gubernamental–, si bien cada candidato tiene sus ventajas y puntos en contra, los sondeos coinciden en dar como favorito a Bolívar, con todo y que en su contra tiene la imagen negativa más alta.
“Es el que tiene el mayor reconocimiento, lo que demuestra que no tiene mucho por dónde crecer; sin embargo, él ha sabido fidelizar y politizar las bases del petrismo, lo que le permitiría sacar un voto de adición bastante amplio”, explica la docente a EL COLOMBIANO.
En eso coincide el profesor Sebastian Lippez De Castro, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, quien destaca la visibilidad con la que cuenta Bolívar dado su rol como cabeza de lista en el Congreso, luego como ficha del petrismo a la Alcaldía de Bogotá y ahora como director de Prosperidad Social.
“Todo eso le permite tener una visibilidad muy importante y resonancia en la opinión pública. Además, es considerado una de las personas más afines al presidente actual. Es reconocido como un petrista que podría continuar la agenda del Gobierno”, dice el profesor, precisando que para Bolívar juega en contra que no ganó en la Alcaldía y perdió capital político. “Su exposición no ha sido necesariamente positiva”.
En esa línea, para Richard la senadora Pizarro puede llegar a ser más fuerte en el terreno nacional, en la medida en que su reconocimiento se amplía porque “hereda el nombre de su papá, Carlos Pizarro, y tiene cómo darse a conocer más allá”. Y, aunque cuenta con la oportunidad de crecer su caudal, el profesor Lippez de Castro advierte que ahí recae su mayor reto: hacerse visible a nivel nacional.
“Ella es otra petrista muy reconocida, también con mucha visibilidad y mucha exposición por razones de su cargo, pero no ha tenido el mismo nivel de exposición que Bolívar, que ya ha aspirado a un cargo como el de la Alcaldía de Bogotá o ahora eventualmente a la Presidencia”, dice.
En medio de todo esto, para la profesora Richard el perfil de la ministra Muhamad –quien logró visibilidad por su papel en la COP 16– da para un escenario más técnico como la Alcaldía de Bogotá. Con todo, su gran fuerte es justamente lo ocurrido durante la reciente cumbre de sostenibilidad, lo que le da un perfil experimentado en medio de las turbulencias internas en el Gobierno Petro.
“En un contexto de un gobierno con muchas polémicas y situaciones muy complejas, ella ha sido una de las figuras que ha sacado la cara por la gestión del Ejecutivo y ha tenido respeto y reconocimiento de todas las orillas. Pero es de las que menos experiencia tiene en lo electoral”, agrega el profesor Lippez de Castro.
Pese a todo, sin distingo del candidato que resulte ungido, hay un asunto que primero deberá resolver el petrismo: avanzar en la unidad y convertirse en un partido único. “Deben vencer las pugnas internas para empezar a funcionar mucho más como un partido político que como una coalición de diferentes partidos y movimientos. Eso podría fortalecer mucho más una posible candidatura de cualquiera de las personas en la baraja”, puntualiza Lippez de Castro.
Al margen de los cálculos otro factor importante será el rol que jugarán las mujeres en la contienda: “No sería descabellado poner una mujer por parte del progresismo ya que la derecha tiene varias precandidatas fuertes. Sería justo que desde ese sector se proponga una mujer para esas contiendas”, concluye a su turno Richard.