Como hace cinco años, la apuesta por crear una Superintendencia de Educación volverá a ocupar este año un espacio en el debate político.
Esta vez, por iniciativa del senador liberal Iván Darío Agudelo, quien sostiene que es una manera de descargar al Ministerio de Educación de las funciones de vigilancia y control que actualmente ejecuta.
Además, para él, se eliminaría una especie de conflicto interno, porque cuando el Ministerio actúa con su subdivisión de Vigilancia y Control está actuando como juez y parte, lo que de una u otra manera le resta parcialidad a las decisiones que toma.
El proyecto de ley, aunque en un principio sería radicado para las sesiones ordinarias de marzo, primero será sometido a discusión con grupos de interés, tales como profesores, universidades y docentes, y presentarlo en las ordinarias que iniciarán el 20 de julio.
“Esas responsabilidades de vigilancia y control deberían pasar a la Superintendencia, aprovechando que Colombia tiene una buena cultura de vigilancia, en la medida de que las superintendencias que tenemos han funcionado”, manifiesta Agudelo.
Según el proyecto, la nueva entidad tendría 19 funciones, entre las que se destacan imponer multas, medidas cautelares y sanciones y ejercer vigilancia sobre las secretarías de educación de las entidades territoriales y propietarios de instituciones de servicios educativos, asociaciones y consejos de padres de familia, entre otras. De aprobarse, el país quedaría con 11 superintendencias.
¿De dónde viene?
La iniciativa no es nueva. En 2014, cuando se conoció el escándalo de corrupción en la Universidad San Martín, la entonces ministra Gina Parody intervino la institución y, posteriormente, respaldó la iniciativa de crear esta superintendencia.
Sin embargo, aunque había sido aprobada de manera unánime en el Congreso, se cayó en el estudio ante la Corte Constitucional.
Las motivaciones de Parody, en ese momento, tuvieron que ver con que, según las investigaciones, en esa institución había desvío de recursos y malos manejos administrativos, además de que a los profesores y empleados no les pagaban, lo que puso en riesgo su funcionamiento. Esta universidad, hace cinco años, contaba con alrededor de 18.000 estudiantes y 4.000 empleados.
Sobre el antecedente, el senador antioqueño destacó que “hemos visto que la subdivisión del Ministerio lo que hace es apagar incendios. Es poco lo que se tiene en ese sentido de control que sea independiente a esta cartera”, dijo Agudelo.
La idea suena bien
Jairo Torres Oviedo, presidente del Sistema Universitario Estatal (SUE), entidad que agrupa a las 32 universidades públicas del país, sostiene que, sin duda, servirá para que haya independencia en las investigaciones que se realicen en el sector educativo del país.
Además, destaca que “es un proyecto sano”, el cual contribuirá a “la transparencia y el buen gobierno en las instituciones de educación públicas, que es una meta de país. Esto redundará en los procesos académicos, administrativos y financieros de las universidades”.
Frente a esto, Agudelo destaca que “el Estado ha venido creciendo y tenemos que ser más competitivo s, y esta es una buena oportunidad para desligar esa función de vigilancia para que el Ministerio se enfoque en las funciones de diseño de políticas públicas la educación del país”.
Alex Flórez, líder de los estudiantes de las universidades públicas, ve con buenos ojos esta propuesta, pues “no es un secreto para nadie la corrupción que hay en las instituciones universitarias, aunque muchas se escuden en su autonomía para mover recursos que van en detrimento de los estudiantes y de la ciudadanía. que, con sus impuestos, sostienen la educación en Colombia”.
Finalmente, los consultados concluyen que, de crearse, se debe garantizar que esta Superintendencia no sea un fortín político, sino que funcione de manera independiente y autónoma.
Este diario también consultó a Nelson Alarcón, presidente de Fecode, pero dijo que desconocía el proyecto y que prefería no pronunciarse .
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instituciones públicas en preescolar, básica y media hay en el país: Mineducación.