En el Gobierno continúan rodando cabezas a causa de la controversia por las designaciones del presupuesto.
Tanto en el Departamento Nacional de Planeación (DNP) como en el Ministerio de Hacienda atraviesan una crisis a raíz de las salidas, renuncias y contratos faltantes.
La primera baja importante fue la del director del DNP, Jorge Iván González. A partir de ahí se conoció una cascada de salidas que hasta ahora no para y que deja en vilo la ejecución presupuestal del 2024.
La segunda cabeza que rodó fue desde el sector público de Hacienda. Este jueves el equipo de dirección general de presupuesto recibió un mensaje de despedida entre lástima y sensatez.
Claudia Numa, una técnica que llevaba al menos 15 años en esa cartera liderando la destinación de los recursos del presupuesto general, dijo adiós en aparentes desacuerdos con el presidente Gustavo Petro y por inconformismo con las asignaciones de presupuesto.
La funcionaria trabajó desde 2006 como subdirectora de análisis y consolidación presupuestal y también tuvo experiencia en Planeación Nacional. Quienes la conocen aseguran que era una mujer conocedora de todos los temas de asignación y destinación de recursos.
“Con profundo pesar, me veo obligada a renunciar a mi posición, ya que no estuve dispuesta a permitir que el país se enfrentara a una situación de incertidumbre”, fue el mensaje que envió Numa a su equipo de trabajo.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, le confirmó a este diario que en efecto Numa radicó su renuncia.
El trasfondo de la salida de Numa se enmarca en la preocupación por los 13 billones de pesos del Presupuesto General de la Nación que quedaron a disposición del Gobierno.
Ese dinero, hasta hoy, había quedado sin una destinación específica, lo que de entrada generó alerta porque podría distribuirse a conveniencia y a criterio del Gobierno.
Sin embargo, un día después de la renuncia de la funcionaria y en medio de toda la polémica, se expidió el decreto de hierros con el que corrige la grave situación que dejaba en vilo proyectos importantes en el territorio nacional como el metro de la 80 en Medellín y el metro de Bogotá.
Detrás de Numa se fueron otros dos altos funcionarios de carácter técnico de su equipo. Uno de ellos estuvo por más de 18 años en el Departamento Nacional de Planeación y conocía de manejo de presupuesto, así como análisis y consolidación de la materia.
Para Daniel Gómez Gaviria, ex subdirector del DNP, Colombia se ha destacado por cultivar grupos de profesionales, expertos y técnicos en el Ministerio de Hacienda y en el DNP y siempre se ha mantenido la tradición de proteger a esos profesionales para que puedan trabajar en confianza y sin incertidumbre, por eso advierte que “perder ese tipo de profesionales en la entidad es un debilitamiento las capacidades que conllevan a procesos más eficientes”.
Y, precisamente, el problema es que la decisión de acomodar a personas más cercanas al presidente, que expertas en sus cargos para que se conviertan en “yes man”, podría romper con la tradición técnica en una cartera que ha conservado la ortodoxia económica para que el país maneje bien sus cuentas, a pesar de los cambios de administración.
Por ahora, lo único claro es que entre renuncia y renuncia de los perfiles más expertos, el Gobierno define cómo va a gastar los recursos del 2024 en uno de los presupuestos más grandes de la historia del país.
Esa es justo una de las preocupaciones principales de fuentes al interior del DNP, el impacto de la falta de personal para cumplir las metas proyectadas.
“Aquí el futuro es muy incierto porque las personas que se han ido son de áreas misionales del DNP; personas que hacen seguimiento a las metas de cada ministerio o sector de gobierno que se trazó en el Plan nacional de Desarrollo”, señaló una fuente a este diario y agregó que todo es más preocupante cuando se trata de ejecutar el presupuesto de inversión de 99 billones de pesos porque “¿cómo vamos a agilizar los proyectos si no hay gente? ¿Cuál va a ser el impacto de no ejecutar esa cantidad de recursos?”, añadió.
Lo cierto es que las tantas salidas y renuncias no son exclusivas del DNP y el MinHacienda.
Fuentes cercanas a la entidad le explicaron a EL COLOMBIANO que es una cuestión que está pasando en todos los departamentos administrativos, pero en el caso puntual de planeación, la situación se agrava porque estarían trabajando casi con la tercera parte de lo que normalmente hay en contratación.
“En el DNP hay una planta de aproximadamente 1.200 contratistas. Al corte de cuentas de la última semana, estábamos en cerca de 400 contratos en todas las áreas. Eso ha impactado en que muchos procesos se retrasen o que incluso gente vaya a trabajar de gratis”, señaló la fuente.
Para poner un ejemplo práctico, en las últimas semanas, una sola oficina del DNP con más de 20 personas, se quedó sin contratación. Se estarían también haciendo un barrido de los que tuvieron alguna experiencia con la alcaldía de Claudia López y no es una hipótesis fuera de lugar, pues antes de que el director del DNP saliera del cargo, Petro incluso lo habría señalado de ser “infiltrado” de la exalcaldesa.
“Esta situación ha sido particularmente diferente. Es una contratación extrañamente lenta. Uno entiende que demore unas semanas a inicio de año, pero va mes y medio. Planeación está andando con la tercera parte del personal”, señalaron desde la entidad, agregando que “si en el DNP llueve, en Hacienda no escampa”.
Las “damas de hierro” en medio del caos
En medio de la incertidumbre y la desazón por las decisiones del Gobierno en cuanto al tema presupuestal, dentro del DNP y el MinHacienda se estaban erigiendo dos figuras importantes.
Se trata de Martha García, directora de Programación de Inversiones Públicas del DNP, que ahora está en encargo de la Subdirección General de Inversiones de Seguimiento y Evaluación.
Junto a ella estaba la saliente Claudia Numa. A ambas las estaban empezando a referir como las “damas de hierro” por su tesón al momento de debatir las posturas del Gobierno.
“Martha desde su rol técnico ha intentado poner sensatez en la expedición del decreto de liquidación. Le ha dicho al Presidente en los debates del presupuesto que hay componentes del estatuto que tienen que respetarse. Ella tuvo muchas semanas de presiones muy fuertes porque es una batalla entre lo político y lo técnico”, señaló una fuente desde el DNP.