Envigado y Cumaribo tienen un contraste amargo. Mientras que el municipio antioqueño ocupa el primer lugar en Colombia con el mejor índice de nutrición de sus niños debido a que tiene una cobertura de 99% de acueducto y altos niveles de escolaridad en las madres, el municipio fronterizo de Vichada ocupa el último lugar debido a las altas tasas de embarazos adolescentes y a que solo el 39 % tiene agua limpia.
Esta es una de las conclusiones del Índice de Desnutrición Crónica (DNS) presentado por la Fundación Éxito. De acuerdo con el informe, la desnutrición tiene múltiples consecuencias ya que afecta el desarrollo de los niños en la primera infancia y esto, a nivel macro, favorece trampas de pobreza que impiden el desarrollo de las regiones.
El reporte afirma que un niño que presentó DNS en sus primeros años de vida tendrá un coeficiente intelectual 14,6 puntos menor, cinco años menos de escolaridad y ganará 54 % menos salario que una persona que tuvo una talla superior a la esperada.
Respecto a los resultados del reporte anterior, hubo una leve mejoría. En 2017 el 60 % de los municipios estaban en riesgo de desnutrición, mientras que en 2018 la cifra fue de 58 %. En el informe se estudiaron doce variables como el peso al nacer, orden de nacimiento en la familia e hijos de madres entre los 10 y 19 años. Evaluaron 1.076 municipios, es decir, tuvieron una cobertura del 96 % del territorio.
El Índice evidenció que por regiones las condiciones para que se presente la enfermedad son diferentes. Por ejemplo, la mayoría de los niños que viven en la Amazonia y Orinoquia están en malas condiciones y pueden estar peor, básicamente porque carecen de información que permita una aproximación a su situación.
También tiene un alto grado de alerta Casanare, Vaupés y Vichada, ya que presentan altas tasas de embarazo adolescente, poco acceso a agua potable, bajos niveles de escolaridad en las madres y altos niveles de pobreza.
Preocupa también la situación en departamentos como Nariño, Cauca, Magdalena y Cesar, que estuvieron en una categoría media, pues en esta época de crisis, los niños se enfrentan a más riesgos. Así lo indica Paula Escobar, directora de la Fundación Éxito: “son lugares que tienen más probabilidad de retroceder que de avanzar, entonces a esos hay que ponerles atención en esta época de pandemia, muy posiblemente se va a agravar la seguridad alimentaria”.
Por otro lado, los mejores indicadores están en la región central y oriental, puntualmente, en Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila, Antioquia, Santander, Norte de Santander, Cundinamarca y Boyacá. Estos departamentos se ubican en las categorías sobresaliente y superior, lo cual significa que cuentan con factores a favor para combatir la desnutrición, como bajos niveles de pobreza, una baja tasa de embarazos adolescentes y acceso a acueducto.
Por ejemplo, Bogotá tiene 16,2 % de desnutrición crónica en menores de 5 años; Medellín, 7,4 % y Manizales, 13,1 %.
Envigado fue uno de los que obtuvo excelentes resultados. “El municipio ha hecho una apuesta durante varias décadas en el fortalecimiento de la inversión social, pero también tengo que resaltar que en este gobierno no ha habido una disminución en la inversión de la primera infancia, en los sectores de educación y de salud, incluso, hemos fortalecido esas inversiones”, manifestó el alcalde, Braulio Espinosa.
Por último, según el reporte la información de calidad es clave para actuar oportunamente. Indica que es necesario afinar los beneficios para familias necesitadas, brindarles especial atención a las mujeres gestantes y promover la lactancia materna. Además, hay que ejecutar políticas de primera infancia, salud, nutrición, seguridad alimentaria y derechos sexuales y reproductivos. Por último, es primordial que en las zonas rurales se cuenten servicios básicos de saneamiento, agua potable, acceso a salud y a educación.