Un arriero que se convirtió en guerrillero y después en narcotraficante, es el protagonista de la violencia que hoy azota la frontera de Antioquia y Bolívar, causando muerte, desolación y desplazamientos forzados.
En la región todos lo conocen con el alias de “John Fiera”, el comandante del frente 4 del Estado Mayor Central, la disidencia de las Farc que lidera Néstor Vera (“Iván Mordisco”).
De acuerdo con informes de Inteligencia, conocidos por EL COLOMBIANO, este insurgente se llama Luis Antonio Montoya Muriel, nació el 10 de agosto de 1988 en el municipio de El Bagre y se integró a la insurgencia a los 19 años.
Los últimos 16 años los dedicó a la guerrilla, actuando de una forma tan clandestina que, a diferencia de otros comandantes, no tiene antecedentes penales registrados en las bases de datos judiciales.
Pese a esto, en los últimos meses decidió salir de las sombras, encabezando liberaciones de secuestrados y actos públicos, bajo la lente de fotógrafos y cámaras de video, posando con uniforme camuflado y boina de comando.
El hecho más reciente que le atribuye el Ejército es el desplazamiento de 260 campesinos del municipio de Santa Rosa, Bolívar, en el marco de una violenta disputa contra la organización criminal Clan del Golfo. Los desplazados tuvieron que refugiarse en el corregimiento de Carrizal, en Segovia, Antioquia.
El coronel Gustavo Gutiérrez, comandante de la Brigada 14, informó que estos combates se agudizaron el pasado 21 de septiembre. “La Séptima y la Primera División del Ejército nos encontramos realizando operaciones en el área para contener cualquier intención de expansión de esas estructuras ilegales hacia otros sectores”, declaró el oficial.
¿Cómo fue que “John Fiera” llegó a convertirse en el azote de estas comunidades y en amenaza para los militares?
De arriero a guerrillero
Varios desmovilizados que lo conocieron en las filas insurgentes, han descrito a los investigadores que Montoya es hijo de un arriero de El Bagre, de quien heredó ese oficio.
Siendo joven se ganaba la vida transportando en burros y mulas alimentos, mercancía comercial e insumos médicos, y así despertó el interés de la compañía móvil Gerardo Guevara del Bloque Magdalena Medio de las antiguas Farc, que lo reclutó como miliciano.
Entre 2006 y 2008 su tarea fue usar la arriería como fachada para llevar mensajes, municiones y material logístico de una lado a otro, para apoyar operaciones subversivas, y posteriormente se convirtió en combatiente raso y explosivista, bajo las órdenes de José Portela (“Zabala”).
El 5 de septiembre de 2010 participó en un ataque contra una patrulla del Ejército en el corregimiento Puerto López, que dejó cinco militares muertos y 17 heridos. Según sus antiguos camaradas, esa incursión le sirvió para que lo ascendieran al mando de una escuadra de 14 guerrilleros.
Una vez terminado el Acuerdo de Paz entre las Farc y el Gobierno en La Habana (2016), “John Fiera” se negó a abandonar la lucha armada.
Con un puñado de hombres siguió cobrando extorsión a las minas de oro del Bajo Cauca y el Sur de Bolívar, y se enroló en el negocio del narcotráfico, mediante la comercialización de pasta y base de coca en esa zona.
Según los datos de Inteligencia, en 2020 fue contactado por delegados de “Iván Mordisco”, quienes le contaron que el Estado Mayor Central estaba convocando a antiguos frentes farianos para reunificar el Bloque Magdalena Medio, desde Antioquia hasta Norte de Santander.
Montoya aceptó y le asignaron la comandancia del frente 4, con injerencia en Segovia, Remedios y El Bagre (Antioquia), al igual que en Cantagallo, San Pablo y Santa Rosa (Bolívar).
Alianzas criminales
“John Fiera” tiene su base ilegal en la vereda Cañaveral Chicamoqué, en Segovia, donde regenta dos fincas.
Sus excompañeros le reconocen una maligna capacidad para reclutar jóvenes de la región y desmovilizados, por lo que sus delegados se mantienen merodeando el ETCR de Carrizal, en Segovia.
Los reclutados son enviados a aquellas fincas, donde funcionan una escuela insurgente y alojamientos. Allí son instruidos en el manejo de armas y explosivos.
El Ejército y la Policía señalan que el frente 4 tiene una alianza estratégica con el frente José Antonio Galán del ELN, para sostener el control de la zona y planear atentados conjuntos contra la Fuerza Pública, como el del 3 de mayo de 2021 en Puerto López (El Bagre), en el que murió el sargento Jesús Polo Meza y quedaron heridos tres soldados.
Esta sociedad parece ser una rareza, pues en otras zonas del país, como Arauca, estas guerrillas están en un brutal enfrentamiento.
Tal vez se deba a que en la frontera de Antioquia y Bolívar tienen un enemigo común, que pretende desterrarlas a ambas: el Clan del Golfo.
Entre el 22 y 24 de septiembre pasados, esa facción invadió la base de “John Fiera” en Cañaveral Chicamoqué y le incineró una de las fincas, entre otros destrozos causados a los pobladores vecinos.
En el bajo mundo se dice que el comandante guerrillero prometió venganza por esa afrenta. La guerra en la región, que ya lleva 260 desplazados, tiende a empeorar.