A la temperatura del debate público que vive el país, en medio de escándalos de corrupción del Gobierno que involucran a algunos congresistas, problemas de orden público y en el sistema de salud, se sumó la discusión de una eventual reelección del presidente Gustavo Petro. Sin embargo, la propuesta, revelada por la senadora Isabel Zuleta, aparentemente no cayó bien en el Gobierno ni en la bancada del Pacto Histórico.
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El propio presidente Petro se desmarcó este martes no sin insistir en la idea de que el Acuerdo de Paz lo facultaría entre líneas para convocar una Constituyente: “A mí personalmente no me interesa para nada la reelección, pero los que sí se aprovecharon de ella y convocaron a la guerra y a la paz ahora proponen golpes de Estado. La razón es una: incumplieron. No sabían lo que firmaron. La declaración unilateral de Estado según la Convención de Viena, obliga a las partes a cumplir lo acordado y a ajustar la normatividad interna para garantizar el cumplimiento”.
El timing de las sorpresivas declaraciones de la senadora Zuleta desnudaron las fisuras de la bancada del Pacto Histórico frente a lo que puede venir para el 2026 y la resistencia de algunos altos funcionarios del Gobierno que, según conoció este diario, están molestos. No es para menos. Zuleta dijo: “No es el presidente Petro el que está hablando de la reelección. Somos muchos de los activistas, nosotros sí queremos una reelección y lo decimos de frente y lo estamos promoviendo. ¿Cómo lo vamos a lograr? Es otro debate”.
Horas después, Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, con notable incomodidad, señaló: “El Gobierno no está en eso, el presidente no está en eso. No creo que sea la prioridad del país. El país ya tiene demasiadas dificultades y problemas como para que nos enredemos en un tema en el que ni el presidente ni el Gobierno está”.
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Fisuras en el Pacto Histórico
EL COLOMBIANO conoció que la propuesta de Zuleta cayó por sorpresa en la bancada del Pacto Histórico y el malestar es mayoritario. Incluso para quienes secundaron la iniciativa, como el representante a la Cámara, Alejandro Ocampo, quien manifestó: “a todos, a la gente le gustaría, pero hoy jurídicamente no es viable”. Por su parte, el senador Paulino Riascos le dijo a este diario que “nos debemos dedicar a gobernar. Nuestras victorias nos darán entradas en los próximos años. Enfoquémonos en cumplir en un periodo de cuatro años”. Y otra congresista de la bancada, que prefiere no ser citada, dijo que “por eso es que la oposición capitaliza ese tipo de ‘papayazos’ que afectan al Gobierno”.
Una de las congresistas más cercanas al presidente, la senadora María José Pizarro —quien suena como una de las cartas del petrismo para el 26—, también se apartó de la propuesta: “Ni el Presidente Petro ni esta fuerza política han propuesto una reelección presidencial (sic). Se trata de cumplir lo establecido en la Constitución de 1991 en materia social y el mandato recibido por las mayorías colombianas que acompañaron nuestro programa de gobierno en las pasadas elecciones”. Pero casi al mismo tiempo, en la W Radio, la senadora Zuleta expuso que “no nos gusta la Constitución del 91 por diferentes razones”.
Aunque parezca que el debate sobre la reelección está descartado, lo cierto es que en el Congreso también se percibe que hay un doble discurso para seguir alimentando a las bases populares más fieles a la figura del presidente Petro.
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“Es una cortina de humo”
Por el lado de la oposición, el senador Jonathan Pulido –conocido como ‘Jota P’– de la Alianza Verde, le dijo a este diario que la propuesta de la reelección, ambientada con la “jugadita” de la Constituyente a través del Acuerdo de Paz, es “una cortina de humo que lanzan para tratar de tapar uno de los escándalos de corrupción más estremecedores de los últimos tiempos”, haciendo referencia a lo acontecido en la Ungrd. Sin embargo, la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, asegura que “los anuncios de que quieren la reelección del presidente Petro son orquestados por el propio presidente. En vista de que no quieren hacerlo por la vía del Congreso pretenden violentar la Constitución”.
En la misma línea, el senador David Luna de Cambio Radical señaló que “reelegirse es la obsesión del presidente Petro. Lo advertí hace meses y hoy, él lo confirma con sus alfiles políticos. No le sigamos el juego, no mordamos el anzuelo de la constituyente, hagamos respetar nuestra democracia y nuestra Constitución”.
Lo cierto es que una reelección presidencial requiere de un trámite engorroso que implica una nueva Constitución o un referendo de iniciativa popular, del Gobierno o el Congreso. Hasta ahora, solo han sido reelectos los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos, quien impulsó la eliminación de esa figura.
Esta coyuntura, inesperada para muchos miembros del petrismo, desnudó fisuras en una fuerza política que está reducida a su base electoral más fiel, según encuestas recientes y las pasadas elecciones regionales, pero que tiene enormes desafíos para volver a ser mayoría en 2026 o, al menos, terminar con algunos logros destacables su mandato que ya va por la mitad.
¿Se puede revivir la reelección?
Para que vuelva la elección presidencial a Colombia se necesitaría convocar una nueva Constitución o un referendo de iniciativa popular que reforme la Carta Magna. Este último escenario por iniciativa del Gobierno o un grupo de ciudadanos no menor al 5 % del censo electoral. La otra opción es que sea convocado por el Congreso, donde el gobierno Petro no tiene mayorías holgadas, a través de un proyecto de reforma constitucional que conduzca a un referendo que debe ser aprobado por más de la mitad de los votantes habilitados. Ni el expresidente Uribe, en el 2003, con altos índices de popularidad, logró aprobar un referendo constitucional que superara el umbral del 25% de los sufragantes.
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