Con la participación del presidente Gustavo Petro, este fin de semana se tiene previsto que sectores sindicales y sociales afines al Pacto Histórico celebren una asamblea en la que, además de hablar de las reformas del Gobierno y la unidad con miras a 2026, tracen lo que denominaron una estrategia de defensa a favor del primer gobierno de izquierda.
El cónclave, denominado “sí a la democracia, no al golpe” y que se realizará este sábado y domingo en la sede Bogotá de la Universidad Nacional, pretende además delinear toda la estrategia de sectores sindicales y de izquierda para movilizarse y comenzar a generar presión en las calles.
De hecho, se tiene previsto que las manifestaciones arranquen el próximo 19 de septiembre y uno de los objetivos primordiales es que Petro encabece la movilización.
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“Los invitamos a que preparemos en todas las regiones y en todo el país la gran movilización nacional del próximo 19 de septiembre. Será una movilización para respaldar al Gobierno, oponernos al golpe y respaldar la petición a la Corte Constitucional de que no sea declarada inexequible la ley pensional”, defendió Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
La congresista Flórez agregó que la idea es movilizar al mentado “poder constituyente”, con miras a tener impacto en los territorios y fortalecer las bases regionales petristas. Lo anterior, no solo para reforzar las reformas y proyectos del Ejecutivo, sino pensando en 2026.
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De hecho, las bases petristas precisaron que, si bien el tema de la reelección de Petro no estará sobre la mesa ni hará parte del temario, sí se tiene contemplado un espacio de discusión del proyecto político y su continuidad en las elecciones presidenciales.
Este lunes se prevé que la sala plena del CNE –un organismo cuyos magistrados son nominados por los partidos y elegidos por el Congreso–, vote si acoge la ponencia que pide formular cargos a Petro, así como a su gerente de campaña, Ricardo Roa (hoy presidente de Ecopetrol), y a los auditores María Lucy Soto y Juan Carlos Lemus.
Petro y sus seguidores, ante la inminencia de una decisión del CNE, se han enfrascado en una narrativa de “golpe de Estado” –atrás quedaron los días del “golpe blando”–, mientras que el Consejo de Estado ratifica su posición y cuestiona cómo se está informando el presidente. En el CNE, por su parte, hay tensión con dejo de molestia e indignación por lo dicho por el jefe de Estado.
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Lo curioso es que lo único que puede hacer el CNE es investigar las cuentas y, si llega a determinar que hay algo ilegal, debe remitir el caso a la Comisión de Acusaciones de la Cámara. Por eso, llama aún más la atención la manera tan virulenta como el mandatario se ha expresado teniendo en cuenta que su proceso aún está lejos de un fallo.