La fuerza del huracán Eta en el archipiélago de San Andrés fue tan devastadora, que los habitantes tuvieron que resignarse a ver caer casas y árboles como si fueran de cartón. Ayer, un día después del paso del remolino, a la isla llegó la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), que enfiló trabajos para determinar la afectación causada.
Eduardo José González, director de la entidad, informó que hay 53 familias damnificadas, 45 viviendas averiadas y ocho locales comerciales impactados. Sin embargo, destacó que las labores de prevención evitaron víctimas mortales, heridos y desaparecidos.
“Hay un plan de acción, hay una ruta y estamos trabajando en los puestos de mando unificado para poder darles respuesta a las personas que habitan en San Andrés”, agregó. Y reveló que se estudiará una posible reubicación de los damnificados en conjunto con la Gobernación y el Ministerio de Vivienda.
De otro lado, Willie Gordon, capitán de Bomberos, reveló que todas las vías públicas ya fueron recuperadas y se removieron todos los árboles derribados por el huracán. Adicionalmente, se restablecieron los servicios públicos.
Farid Zardibia, director ejecutivo de Pro Archipiélago, afirmó que “la isla es el territorio más afectado por la pandemia y ahora pasa esto, requerimos que el gobierno central genere mecanismos para reactivar la economía y cuidar el empleo. Adicionalmente pedirle a la gente que venga y disfrute la isla, esto no comprometió nuestra hotelería ni el comercio”.