La familia de Gabyela Leonela Santana, de apenas nueve años, mantenía la esperanza de encontrarla sana y salva. Sin embargo, tres días después de su secuestro, la peor noticia se confirmó: su cuerpo sin vida fue hallado en las aguas del río Cravo Norte, en la vereda Los Cañales, jurisdicción de Hato Corozal, Casanare, a pocos kilómetros de donde había sido raptada por un desconocido.
El hallazgo de la menor de 9 años ha generado una ola de indignación y rechazo en la comunidad de Cravo Norte, Arauca, donde los habitantes claman por justicia y exigen la captura del responsable de su muerte.
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“Se tuvo conocimiento del hallazgo del cuerpo sin vida de la menor Gabyela Leonela Santana Lucena, de 9 años de edad, sobre la ribera del río Cravo Norte. La niña había sido reportada como desaparecida el pasado domingo 23 de marzo en el barrio El Triunfo, del municipio de Cravo Norte”, informó el comandante de la Policía del departamento de Arauca.
Gabyela, de nacionalidad venezolana, fue secuestrada a plena luz del día mientras jugaba con otra menor. En ese momento, un desconocido la raptó y se la llevó a la fuerza, desatando una intensa búsqueda por parte de su familia, la comunidad y las autoridades.
Tras el hallazgo, el cuerpo fue trasladado a Medicina Legal para determinar la causa de su muerte. Días antes, su madre suplicaba desesperada por su regreso.
“Yo necesito que me ayuden a encontrar a mi bebé. La niña tiene nueve años, es de pelo churquito, blanquita y flaquita. Si saben algo, por favor avísenme”, decía entre lágrimas.
Para dar con el responsable del crimen, las autoridades ofrecieron una recompensa de 15 millones de pesos y pidieron la colaboración ciudadana.
“La Policía Nacional rechaza rotundamente la vulneración de los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes. Invitamos a la comunidad a suministrar información que nos permita esclarecer este atroz crimen”, señaló la institución en un comunicado.
En honor a Gabyela, la comunidad de Cravo Norte organizó una velatón y exigió a las autoridades celeridad en la captura del responsable, esperando que la justicia actúe con contundencia ante este lamentable caso.
Este crimen se suma a una preocupante tendencia de niñas raptadas y asesinadas en distintos municipios de Colombia, un patrón de violencia que sigue en aumento y que las autoridades no han logrado contener, pese a las campañas de protección para niños, niñas y adolescentes.
Los casos recientes evidencian la vulnerabilidad de la infancia frente a la delincuencia y la impunidad. Organizaciones defensoras de derechos humanos han alertado sobre la falta de medidas efectivas para prevenir estos hechos y garantizar la seguridad de los menores, mientras las familias siguen exigiendo justicia y acciones concretas que frenen esta tragedia.
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