Luego de que el Ministerio de Educación revelara que 335.000 estudiantes abandonaron el sistema educativo en 2023, la Fundación Barco —organización que promueve la permanencia escolar— reveló una serie de datos que muestran las dificultades que enfrentan niños y adolescentes en materia educativa para poder finalizar su bachillerato. Según esa fundación, en esto juegan factores como la escuela a la que asisten y problemas familiares, territoriales y comunitarios.
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Según la medición de resultados del Programa ESCALA de esa organización, de una muestra de 1.605 estudiantes de diferentes municipios rurales de Colombia, el 8 % tiene intención de dejar sus estudios.
Tras indagar sobre las causas de lo anterior, la Fundación Barco identificó que el 60,7 % de ese porcentaje que ha tenido la intención de abandonar el colegio señala que lo ha hecho por temas relacionados con su colegio o institución educativa, mientras que el 23,6 % lo ha hecho por razones relacionadas con la zona donde viven, el 32,9 % por problemas familiares y el 42,1 % por temas personales.
Al respecto, la fundación explica que si bien la sumatoria supera el 100 % es porque hay estudiantes que manifiestan más de una razón para querer abandonar sus estudios.
En ese sentido, de quienes han manifestado su intención de abandonar aduciendo temas relacionados con el colegio o institución educativa, el 23 % asegura que es por los conflictos y la violencia al interior de los planteles, el 11 % porque las instalaciones son desagradables y el 9 % por el maltrato que reciben por parte de sus compañeros.
Por otro lado, de aquellos que aseguran que quieren desertar por la zona donde viven, el 9 % afirma que es por los largos recorridos que deben hacer para llegar a su institución educativa, el 7 % por un cambio de residencia y el 3 % por el miedo que genera la presencia de grupos armados en el territorio.
Así mismo, entre quienes dicen que su motivación están las razones familiares, el 12 % culpa a las peleas al interior de la familia, el 9 % afirma que hay problemas económicos en su hogar que le impiden estudiar y el 3 % siente una falta de apoyo porque para su círculo es poco importante que termine sus estudios.
Sobre estas cifras, el director de la Fundación Barco, Alfonso Otoya, dijo que “debemos analizar cada territorio, cada comunidad y casi que a cada estudiante para poder desarrollar y ejecutar un programa que verdaderamente sea pertinente para estos jóvenes y lograr así que culminen sus estudios y tengan la posibilidad de tener un mejor futuro”.
Vale recordar que, en el marco del programa ESCALA, esa organización ha trabajado con docentes, estudiantes y padres de familia para identificar las principales causas de la deserción y diseñar estrategias para enfrentarlo.
En concordancia con eso, señalan que en 2024 se logró que más de 2.600 estudiantes continuaran en el sistema educativo, mediante un trabajo con docente, talleres con familias y el fortalecimiento de la relación entre las escuelas y las comunidades, lo cual disminuyó desde 2017 la deserción promedio de los colegios participantes del 17 % al 6,8 %.
Finalmente, la Fundación Barco hizo un llamado para atender esta problemática, considerando que “la educación no solo es un derecho fundamental, sino también la herramienta más poderosa para romper ciclos de pobreza y construir un país más equitativo”. De igual manera, advirtieron que “es urgente que las políticas públicas, el sector privado y las organizaciones sociales unan esfuerzos para garantizar que todos los niños y jóvenes puedan encontrar en la escuela un espacio de desarrollo, aprendizaje y esperanza”.
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