Apenas dos días después de que el presidente Gustavo Petro le ofreciera a Venezuela ser “garante” de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional, se empezaron a conocer reacciones desde la Casa Blanca y el Congreso de los Estados Unidos.
El subsecretario de Estados Unidos para el hemisferio occidental, Brian Nichols, aseguró que el gobierno de Joe Biden valora la búsqueda de una “paz total” por parte del presidente Petro, pero insistió en que espera que Colombia “siga buscando el restablecimiento de la democracia” en Venezuela.
Para EE. UU. y varios países de la región, el gobierno de Nicolás Maduro es considerado como una dictadura, por lo que han suspendido las relaciones diplomáticas e impuesto sanciones económicas.
De hecho, el gobierno del expresidente Iván Duque puso a Colombia en la lista de los países que consideraban a Maduro como un adversario político que había que derrocar del poder para devolverle la democracia a ese país.
Sin embargo, el presidente Petro insistió en que las relaciones con Venezuela son necesarias y, no solo restableció los canales diplomáticos, sino que anunció la apertura de la frontera para el próximo 26 de septiembre.
Lo cierto es que otros congresistas estadounidenses de derecha reaccionaron con más fuerza contra la inclusión de Maduro en los diálogos con el ELN.
El presidente del Comité de Relaciones Exteriores, Bob Méndez, aseveró que “la realidad es que lo que está garantizando Maduro en este momento es darle refugio al ELN, así que no entiendo esa postura como algo que sea positivo para Colombia”.
En ese mismo sentido, el senador republicano Marco Rubio dijo que era evidente que con el gobierno del presidente Petro habría más acercamientos con Maduro.
“Sabíamos después de esas elecciones que teníamos una nueva administración en Colombia que iba a hacer caso un poco más a lo que diga el régimen de Maduro, es lamentable, pero bueno, es la decisión de un presidente electo de una nación soberana, no debe afectar o tener impacto de ningún tipo sobre la política norteamericana respecto a esos grupos que son grupos terroristas”, señaló Marco Rubio, senador republicano.
Republicanos también le pidieron a Biden “no apoyar dictaduras latinoamericanas”
Por otro lado, la política hacia Latinoamérica del presidente Biden también recibió este jueves un duro reproche por parte de congresistas republicanos, quienes le exigieron que deje de apoyar a “dictaduras” de países latinoamericanos y que defienda allí la lucha por la libertad y la democracia.
“El presidente de Estados Unidos es el líder del mundo libre. Necesita empezar a actuar como tal. Nuestro hemisferio se está convirtiendo en un lugar más peligroso por culpa de la debilidad de Biden”, dijo Rick Scott, senador de Florida, en una conferencia de prensa frente a la Casa Blanca.
La actitud de la Administración demócrata estadounidense hacia países como Cuba, Nicaragua, Venezuela y Colombia centró sus ataques y los de otros líderes comunitarios de ese estado, que confiaron en que las elecciones legislativas del 8 de noviembre den el poder del Congreso a los republicanos y supongan el principio del cambio.
Para Scott, lo primero que debería hacer Biden es introducir las restricciones y sanciones a Cuba que se remontaban al mandato de Donald Trump (2017-2021) y que fueron levantadas en parte el pasado mayo.
Al actual inquilino de la Casa Blanca también se le exigió cerrar la embajada cubana en Washington, reabierta en 2015, y volver a incluir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su lista de organizaciones terroristas, tras haberla retirado en 2021.
Asimismo, el grupo vio esencial bloquear los bienes de todos aquellos implicados en violaciones de los derechos humanos y corrupción en países como Nicaragua o Venezuela: “Es importante evitar que tengan acceso a fondos o bancos estadounidenses”, dijo.
Su hoja de ruta para redireccionar la política estadounidense en esa región incluyó el revocamiento de las licencias de compañías que operen en Cuba y Venezuela, ya sean una aerolínea, una empresa de cruceros o una petrolera.
Hace solo dos años, con Trump al mando, “la Casa Blanca era un lugar donde se hacía activismo en favor de la democracia”, añadió Marco Rubio, senador republicano que también representa a Florida, y según el cual en la actual Administración se encargan de esa región “simpatizantes de esos regímenes”.
El llamamiento conjunto pidió al líder demócrata que “se despierte”, en palabras del congresista Mario Díaz-Balart.
“Está ayudando activamente a esas dictaduras y abandonando a quienes luchan por sus libertades. Es algo destructivo no solo para esos nobles pueblos, sino también un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos”, sostuvo estimando que el Ejecutivo concede a los líderes de esos países “una concesión tras otra sin pedir nada a cambio”.
El enemigo, según los participantes, está a solo tres horas de avión. “Estados Unidos mira a los que están en Oriente Medio, muy lejos de este país, pero los tenemos al lado, en Latinoamérica”, concluyó la abogada Norma Reno.