El gobernador saliente del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, defendió las constantes críticas públicas que le hizo en el último año al presidente Gustavo Petro y planteó que prefería hacer visibles sus reparos en materia de inseguridad, en lugar de esconderse en la “cobardía del silencio”.
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En diálogo con EL COLOMBIANO, Zuluaga reconoció que tiene interés en las elecciones presidenciales de 2026, en las que cree que la izquierda debe ser derrotada en las urnas, y señaló a Petro de tener una “animadversión con Antioquia” por motivos ideológicos.
¿Qué balance hace de su periodo como gobernador del Meta?
“El balance es muy positivo. A pesar de las adversidades y de las circunstancias de este periodo. Todo para los mandatarios en Colombia fue muy difícil en los últimos cuatro años. La pandemia, el estallido social, la ola invernal y el cambio de Gobierno Nacional fue durísimo. Pero, a pesar de todas esas vicisitudes, logramos hacer un proceso de transformación muy importante en el departamento del Meta”.
¿Y cómo afectó a su gobierno esa transición en el poder entre Iván Duque y Gustavo Petro?
“El cambio fue monumental. En el gobierno de Iván Duque había comunicación con los ministerios y con las instituciones. Había apoyo y recursos. En el poco más de un año con el gobierno de Gustavo Petro no existió interlocución con la mayoría de los gobernadores del país, fue un año perdido para las regiones. Esa era una queja generalizada que hacíamos desde la Federación Nacional de Departamentos”.
En ese contexto de desafíos, ¿qué cree que le quedó faltando por realizar en el Meta?
“Nos quedó faltando tiempo para sacar adelante más proyectos de desarrollo vial. El Meta es un departamento que es despensa agrícola del país y que quiere hacer la transición de la economía de los hidrocarburos a vivir de la vocación, que es la agricultura y la ganadería, ahora complementadas con el turismo. Por eso, articulamos todo un plan vial para el departamento, pero con el cambio de gobierno, con la llegada del presidente Petro, se nos frenaron esos proyectos, nos recortaron recursos”.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el gobernador Andrés Julián Rendón señalan a Petro de castigar a Antioquia por motivos ideológicos, ¿cree que en el Meta pasó igual?
“Desde las demás regiones del país vemos a Antioquia y a Medellín como buenos modelos. Lo que siento es que el presidente Petro tiene una animadversión con Antioquia. Tiene una especie de disgusto con el departamento y las diferencias políticas las lleva a lo administrativo. Ese es un tema que se comenta mucho en los tinteaderos políticos”.
¿Qué hará tras cumplir su periodo como gobernador del Meta?
“Por lo pronto me van a ver opinando de los temas nacionales, no me voy a ausentar del debate nacional, estaré opinando. En este país lo que necesitamos son muchas voces que fortalezcan el debate”.
¿Qué postura espera que tenga la nueva gobernadora del Meta, Rafaela Cortés?
“Soy respetuoso con las decisiones de la gobernadora, pero ojalá mantenga el rechazo a problemas del Gobierno que afectan la seguridad, en eso no se puede ser tibio. Uno por buscar un recurso para un proyecto de inversión en el departamento, no se puede quedar callado y que a la gente la sigan secuestrando, la sigan extorsionando, hay que mantener firmeza”.
¿Cree que puede cambiar esa relación entre Petro y los gobernadores?
“La relación de Petro con los nuevos gobernadores empezó con el pie izquierdo porque el presidente empezó excluyendo. Se reunió con un grupo de gobernadores que eran de su línea política. No se gobierna con amigos, se gobierna con el país. En el camino arreglaron el error y convocaron a los demás. Habrá que verlo en la práctica”.
El presidente Petro ha dejado claro que le interesa que la izquierda siga en el poder en 2026, ¿tiene pensado entrar en esa puja electoral?
“Es muy dañino para el país que el presidente siga en campaña electoral y que, en lugar de gobernar, esté pensando en cómo dejar a un sucesor. Para 2026 hay que consolidar una fuerza política nacional para recuperar el país y enfrentar a la izquierda, que ha demostrado que es incompetente, que no es capaz de gobernar, sino que se dedica a mirar por el espejo retrovisor, a dividir, a polarizar y a generar odio”.
Algunos lo señalan de querer sobresalir con críticas al presidente Petro para perfilarse como candidato presidencial para 2026, ¿qué les responde?
“No. Mis reclamos tienen un fundamento y es que la seguridad del país va por mal camino. El Meta vivió los horrores de la guerra, como Colombia. Nos volaron municipios con cilindros bomba, nos desaparecieron generaciones de jóvenes que fueron asesinados o los reclutaron. Extorsionaban, secuestraban, sembraban minas antipersonal. Estamos volviendo a esas épocas, así que mis reclamos siempre han sido para no volver al pasado y no por aspiraciones políticas”.
¿Eso quiere decir que su gran preocupación es la paz total?
“Sí. Yo tenía dos caminos: o denunciaba lo que la población no podía hacer por temor, o me escondía en la cobardía del silencio. Soy respetuoso con el presidente de la República, pero bajo el amparo de la paz total, nos está llevando al descalabro. Soy amigo de la paz y hay que buscar la paz, pero la paz no se alcanza descuidando la seguridad en las regiones”.
Uno de sus mayores reparos tuvo que ver con las disidencias de “Iván Mordisco”, ¿cuál es su postura frente a esos diálogos?
“El Gobierno trata a ese grupo criminal con mucha generosidad. Les dio estatus y los convirtió en el ‘Estado Mayor Central’. Ellos no son las Farc, ellos son disidentes del proceso con las extintas Farc. Además, la violencia que han estado recrudeciendo se la premiaron con un cese al fuego. En el Meta fuimos la primera voz que advirtió que ‘Iván Mordisco’ era una amenaza para la seguridad nacional, no nos prestaron atención y ese grupo criminal ahora ha crecido territorial y militarmente”.
¿Qué se debería hacer para mejorar entonces la seguridad?
“Las cifras oficiales demuestran que el secuestro y la extorsión están disparados, siguen las masacres y el asesinato de líderes sociales. Se tiene que retomar el uso legítimo de la autoridad y fortalecer a las Fuerzas Militares para contener el crecimiento de los grupos criminales en el país. Nos enfrentamos a un monstruo de mil cabezas, que si no lo paramos, tendremos otros 60 años en guerra como pasó con las Farc. Los grupos ilegales se están reorganizando y creciendo, hay que detenerlos”.
¿Tiene reparos frente al desempeño del ministro de Defensa, Iván Velásquez?
“Lo respeto como persona y como jurista, pero no tiene suficiente liderazgo en las Fuerzas Militares, que hoy están amilanadas y recogidas, mientras los criminales están envalentonados”.
