¿Qué propone para que la política de paz total del Gobierno, y sus respectivos ceses al fuego, no terminen burlados por grupos armados que, como admitió el ministro de Defensa, han sido utilizados para expandirse y afectar a las comunidades?
Debe haber una ponderación entre las facultades que tiene el presidente como jefe del Ejecutivo y quien tiene la facultad de coordinar el orden público en Colombia. Él puede optar tanto por medidas negociadas y pacíficas de acercamientos, pero también por el uso de la fuerza pública.
Se requiere una ponderación que permita proteger a la población. Ese es el fin principal, porque la paz se trata de proteger a la población. Hay acciones humanitarias que se pueden adelantar para proteger a la población. Pero también hay que medir hasta qué punto el desarrollo de las conversaciones van en desmedro. Eso es algo que tiene que evaluar el presidente.
El rol de la Defensoría es dar información para evaluar esa situación y que el presidente pueda tomar las mejores decisiones.
De los diferentes ceses al fuego que hay con grupos armados, ¿propondría revisar alguno?
Preferiría no pronunciarme sobre eso. Es un tema muy delicado y se tendría que evaluar respetando la autonomía del presidente y con base en unos diagnósticos muy serios.
¿Qué propone para evitar los crímenes de líderes sociales y excombatientes?
La Defensoría del Pueblo tiene un instrumento muy poderoso que son las alertas tempranas. Esas alertas ya tienen una documentación de las situaciones territoriales tanto las estructurales como las de riesgo más específico que deben ser atendidas. Es decir, presentan un diagnóstico sobre cuáles son las causas más estructurales que generan esas violencias, cuáles son las más inmediatas y cómo atenderlas.
Esa es una primera fuente de información; sin embargo, las recomendaciones del Sistema de Alertas Temprana son muy amplias: son más de 5.000. Por eso, hay que priorizar e ir a lo estratégico.
También es necesario fortalecer los espacios para la atención nacional y territorial de esta situación, como la Mesa Nacional de Garantías y los espacios creados por el Acuerdo de Paz. Además, es necesario garantizar la protección individual, pero también colectiva, así como articular –con base en una información seria y objetiva que debe proporcionar la la Defensoría del Pueblo– la respuesta de las autoridades en interlocución con las comunidades.
Una de sus tareas en caso de ser elegida es defender la libertad de prensa y de expresión. ¿Siente que el presidente Gustavo Petro ha tenido una actitud hostil con los medios de comunicación?
La libertad de expresión es un principio fundamental de toda democracia. Alguna vez, hace muchos años, escuché al propio presidente diciendo que la mejor manera de garantizar la libertad de expresión no era a través del cierre de los medios o la censura, sino ampliándolos.
Entre más voces suenen, que sean diversas y contribuyan al debate público, se va a maximizar la libertad de expresión. Esa es la responsabilidad que tenemos: garantizar espacios en los que se maximicen las diferentes voces.
Pero, en el caso puntual de Petro, ¿siente que él ha sido hostil hacia los medios que revelan irregularidades de su Gobierno?
No necesariamente. En todo caso hay unas organizaciones que han venido trabajando por la libertad de expresión históricamente y que han sido garantes de la prensa. El periodismo es una herramienta de la democracia. En temas de derechos humanos los periodistas han sido los primeros que han salido a denunciar en medio de mucha valentía y eso les ha costado persecución.
Por eso, el respeto a la libertad de expresión y la libertad de prensa es un eje fundamental de la democracia. En ese sentido se debe trabajar.
¿Cómo garantizar independencia frente al Gobierno en caso de que usted resulte elegida?
Las organizaciones de derechos humanos que me postularon solicitaron independencia y hay varias formas de garantizarla. Una de las condiciones era que la aspirante no viniera de ninguna dependencia del Gobierno Nacional, sino de un espacio activo. Lo segundo fue la experiencia, el conocimiento y el compromiso con los derechos humanos y las problemáticas del país.
Hay una garantía de independencia y es que quien resulte elegida debe actuar con criterio propio, no con las directrices del presidente. Considero que el presidente Petro tomó una decisión y fue darle independencia al Congreso para escoger a quien será la primera defensora del Pueblo. Ese es el eje fundamental que ha caracterizado este proceso: la transparencia, la meritocracia y el reconocimiento a los criterios de las organizaciones de derechos humanos.
Hay quienes la relacionan políticamente con el santismo y, particularmente, con el hoy ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. ¿Es cierto?
Mi trayectoria es muy amplia. Empecé a trabajar cuando estaba en la universidad en la Comisión Colombiana de Juristas. Fue mi casa. Aprendí y me formé en una de las mejores escuelas de derechos humanos. Luego trabajé en Naciones Unidas, en la Fundación Social y luego en la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.
Primero promoví esa iniciativa de la mano de organizaciones y luego como subdirectora general de la Unidad para las Víctimas. También he trabajado en la Corte Constitucional. Mi filiación política es a los derechos humanos. Nunca he militado en ningún partido político.
¿Pero conoce al ministro Cristo?
Lo conocí en todo el proceso de la Ley de Víctimas. Yo trabajaba en ese momento en la Fundación Social y él estaba promoviendo el proyecto. Para nadie es un secreto que en ese momento coincidimos las organizaciones de derechos humanos. Tengo cercanía con otros sectores asociados a otras vertientes políticas.
Mi característica y la garantía que puedo dar es que he sido cercana a muchas vertientes por mi trabajo. No diría que con el ministro Cristo hay una cercanía particularmente especial. Hemos coincidido porque él también ha trabajado por los derechos de las víctimas.
¿Cómo le ha ido en su campaña con las diferentes bancadas y representantes?
Desde que fui ternada de inmediato renuncié a la Corte Constitucional. Me he presentado a todas las bancadas. Me reuní con el Pacto Histórico, la Alianza Verde y congresistas liberales. Ellos están escuchado a las candidatas.
Yo me acerqué individualmente a todos los congresistas a través de un correo electrónico y luego ya los partidos han ido decidiendo cómo quieren escuchar a las candidatas. Son ellos quienes saben cómo están inclinando las decisiones al interior de las bancadas.
¿Ha hablado con sectores de oposición como el Centro Democrático o Cambio Radical?
A todos los representantes les envié una carta de presentación que fue mi hoja de vida. No es mi papel seleccionar uno u otros sectores dentro de la Cámara, que tiene representación pluripartidista.