Las Fuerzas Militares dan gran importancia a los caninos en sus diferentes misiones; actualmente cuentan con más de 3.500 binomios caninos entrenados en siete especialidades diferentes, entre ellos Wilson, a quién aún buscan en la selva del Guaviare.
El objetivo que tienen las Fuerzas Militares con los caninos preparados y entrenados es el de contribuir con el cumplimiento de las diferentes misiones y operaciones que se despliegan por tierra, aire, río y mar.
Es así como mediante la realización del curso de Guía canino, el cual cuenta con siete especialidades, se ha podido apoyar diferentes acciones no solo en el campo operacional, sino con acciones en contra del terrorismo o el narcotráfico. También han sido fundamentales en labores humanitarias.
Las especialidades en las que enfocan el entrenamiento de los caninos son la detección de sustancias explosivas, detección de sustancias narcóticas, el rastro e intervención en territorio, además del seguimiento, búsqueda y rescate, también están los de desminado humanitario y seguridad de instalaciones.
Los instructores son miembros de las Fuerzas Militares con preparación de alta calidad en institutos y con ejércitos internacionales que les han permitido aplicar esos conocimientos para desarrollar capacidades diferenciales en nuestro país y así mejorar la efectividad operacional y el cumplimiento de misiones y labores humanitarias.
Wilson es parte del equipo de intervención, búsqueda y rescate e ingresó a su entrenamiento con 5 meses de edad. Su preparación duró cerca de 14 meses en el Centro Canino, ubicado al sur de la ciudad de Bogotá. De ahí fue trasladado al Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares. Su edad actual es de cinco años.
Gracias a su arduo entrenamiento pudo hacer parte de una de las misiones más importantes que fue la Operación Esperanza. Allí caninos como Ulises y Wilson, fueron vitales durante el desarrollo de la primera fase, que tuvo como final feliz el hallazgo, con vida de los cuatro hermanos desaparecidos tras 40 días del accidente aéreo.
Si bien, Wilson, permanece perdido en lo profundo de la selva limítrofe entre los departamentos de Caquetá y Guaviare, su papel protagónico ha sido destacado por los mismos niños, que, desde sus habitaciones en el Hospital Militar Central, mediante dibujos y testimonios reconocieron que fueron protegidos por el perro pastor belga.
Es importante precisar que en medio de la búsqueda de los cuatro niños indígenas fue Wilson, el primero en ingresar a la selva y quien brindó apoyo a la misión humanitaria que el Comando Conjunto de Operaciones Especiales adelantaba para ubicar a los siete tripulantes. El perro, entrenado en búsqueda e intervención, fue preparado en este lugar y fue por eso que puso en práctica lo aprendido.
Y es que, con la especialidad de búsqueda y rescate, el Ejército Nacional, la Armada y la Fuerza Aérea cuentan con perros adiestrados para la atención de desastres y emergencias que se puedan derivar de fenómenos naturales o accidentes.
Las Fuerzas Militares de momento cuentan con más de 3500 binomios caninos desplegados a lo largo y ancho de la geografía nacional, los perritos realizan importantes tareas en pro de la seguridad y el bienestar de los colombianos.
En la actualidad, asisten cerca de 100 uniformados e igual número de perros, en los cursos de Guía canino, que, en tiempo varían entre los seis y 12 meses, se capacitan en la Escuela de Ingenieros del Ejército Nacional, bajo las premisas de paciencia, constancia y perseverancia.
