Desde temprano iniciaron las manifestaciones a las afueras del Palacio de Justicia convocadas por el Fecode y las que, con el paso de las horas, fueron intensificándose y terminaron con los magistrados de los altos tribunales encerrados dentro de las instalaciones del Palacio, mientras que en las afueras se generaron enfrentamientos entre el Esmad y los ciudadanos.
Lo anterior, después de que se pospusieran un par de días más, la elección de la próxima fiscal general de la nación.
Este es el momento en que la Policía comenzó a dispersar a los manifestantes:
Estas marchas se presentan en medio de una fuerte tensión de carácter institucional entre el Gobierno, la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía.
Hacia las 5:20 de la tarde de este jueves, los magistrados pudieron salir del Palacio de Justicia, escoltados por la Policía Nacional.
Las movilizaciones iniciaron de manera pacífica en las principales ciudades del país, pero hacia el mediodía empezaron a salirse de control. Las primeras muestras de violencia se registraron cuando algunos de los marchantes, con algunas pancartas en la mano, empezaron a golpear las rejas del recinto.
Hasta que varios de ellos toman la decisión de bloquear las salidas de los parqueaderos y no permitir la salida de ninguno de los magistrados ni de su personal.
Situación que llevó a la Unidad Nacional del Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO), antiguo Esmad, hacer presencia en inmediaciones a la Plaza de Bolívar y el Palacio de Justicia.
Y es que dada la gravedad del caso, el director de la Policía, Wiliam Salamanca, se dirigió hasta el lugar en donde los marchantes tenían retenidos a los magistrados, con el fin de ocuparse de la situación y recuperar el orden público.
“Acabo de llegar, y no he encontrado ninguna información diferente a lo que veo en la parte externa”, dijo el general Salamanca, al tiempo que señaló que “si las personas persisten en su bloqueo, la Policía procede. Aquí prima la seguridad de los magistrados, prima la seguridad de los funcionarios, y a eso vine acá”, señaló en cuanto conoció de primera mano la magnitud de los hechos.
A medida que pasaban las horas, el único informe que se tenía sobre los magistrados y los demás empleados es que algunos estaban buscando ser evacuados por una de las salidas que tiene el edificio, y que conducen a la Carrera Séptima.
Uno de los magistrados, mientras se encontraba atrapado dentro del edificio, le dijo a EL COLOMBIANO que se sintieron secuestrados, ya que sabían que en caso de arriesgarse a salir, podrían enfrentarse a los ataques frontales de los manifestantes enfurecidos.
La multitud les estaba gritando desde la calle que sí o sí tenían que elegir fiscal General de la Nación este jueves 8 de febrero, aunque la votación ya se hubiera quedado corta.
Después de que se conocieron estos preocupantes hechos, algunos organismos han empezado tomado estas actuaciones, como una afrenta a la democracia.
“La democracia queda en vilo cuando cualquier sector o actor de un país pretende presionar política, física o moralmente decisiones de la justicia. En un Estado de derecho como el colombiano, la función judicial solo está sometida al imperio de la ley. Todo conflicto o diferencia deben ser tramitados por medio de los procedimientos institucionales consagrados en el orden jurídico”.
Estas fueron las duras palabras que emitió este jueves la Corte Suprema de Justicia en un comunicado, en rechazo al asedio de cientos de manifestantes a la sede del Palacio de Justicia en Bogotá.
Es de señalar que, a pesar de que las movilizaciones de este jueves, estuvieron en cabeza del Fecode, el presidente Gustavo Petro, en días recientes, a través de su cuenta de X, estuvo instando a la ciudadanía para que salieran a las calles y defendieran “el mandato popular”, es decir, a su gobierno.
Es por esto que para la Corte, el bloqueo que se presentó, “además de afectar gravemente el derecho a la libertad de locomoción, pone en grave riesgo la vida e integridad física de magistrados, empleados, periodistas y demás ocupantes de la principal sede judicial del país”.
En cuanto el jefe de Estado vio que la situación se estaba saliendo de las manos, pidió a la Policía retirar a los manifestantes que se encontraban bloqueando las salidas del Palacio de Justicia.
