Hay indignación en el sector empresarial y exportador de Norte de Santander, por la muerte de 25.000 pollitos traídos desde una avícola de Tolima y que estaban listos para ser exportados a Venezuela.
Los animales permanecían en la Zona Franca de Cúcuta, esperando la aprobación del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), para ser movilizados al estado Táchira.
Debido a que estos animales son de mucho cuidado y necesitan condiciones idóneas para su vida, la mayoría de ellos murió, mientras que el restante debió ser sacrificado.
El agente aduanero Yezid Sarmiento, quien se encargó del proceso de exportación, informó al medio La Opinión que los pollos estaban siendo vendidos por una comercializadora, que los compró directamente a la granja y que ya había hecho dos procesos de exportación.
Precisó, además, que el ICA dijo que este tipo de exportaciones no se pueden hacer a través de terceros, sino directamente deben encargarse las avícolas. Sin embargo, tras una reunión con funcionarios del instituto en Norte de Santander, les dieron a entender que llegaría la respuesta desde Bogotá para concretar el traslado de las aves.
Yezid Sarmiento expresó que finalmente no hubo respuesta del ICA y que la directriz dada, respecto a que las únicas autorizadas para exportar son las avículas, no fue soportada con ninguna ley o norma, afectando así el intercambio comercial, dejando pérdidas y generando maltrato animal.
El ICA informó al medio La Opinión que los pollos no cumplían con los requisitos de ley y no podían permitir su salida al vecino país, porque se ponía en riesgo el estatus sanitario y las futuras exportaciones.