La temporada de lluvias en Colombia sigue golpeando con fuerza, dejando a su paso un panorama desolador de inundaciones en regiones como Chocó y La Guajira.
Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), en todo el país hay cerca de 50.000 familias afectadas por el invierno y solo en el Chocó hay unos 100.000 damnificados, una cifra que podría aumentar en los próximos días.
La directora del Ideam, Ghisliane Echverry, explicó que las lluvias históricamente deberían cesar en diciembre, pero factores propios de los trópicos y la temporada de ciclones tropicales podrían extenderlas hasta enero o incluso febrero. Aunque La Niña aún no se consolida, las precipitaciones se han intensificado, agravando una situación ya crítica.
Le puede interesar: Chocó: El ELN, falta de infraestructura, acceso limitado a servicios básicos y más factores que agravan las emergencias climáticas
“La temporada de ciclones tropicales, que empezó en junio y suele extenderse al 30 de noviembre incide principalmente en el aumento de las lluvias y la velocidad de los vientos, particularmente en el Caribe”, explicó Echeverry. Y agregó que este año van 17 tormentas tropicales, 10 huracanes y 51 ondas tropicales durante este periodo.
La tragedia por las inundaciones en cifras
En Chocó, uno de los lugares más lluviosos del mundo, las inundaciones han afectado especialmente a comunidades como Bojayá y La Molana, donde cerca de 3.000 personas han perdido casi todo. El río Atrato, desbordado, ha dejado a pueblos enteros bajo el agua, mientras los habitantes claman por ayuda inmediata.
“La desigualdad en Colombia es evidente aquí: quienes más sufren estas emergencias son los más vulnerables”, aseguró Luis Gilberto Murillo, canciller, quien recorrió las zonas afectadas antes de su viaje a Brasil para la cumbre del G20.
La catástrofe es tal que Naciones Unidas, a través de su Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios también ha distribuido kits de aseo, cocina y alimentos. Mientras que Estados Unidos anunció un aporte de 100.000 dólares a través de USAID, y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) destinará 250.000 euros en ayudas. China, por su parte, también anunció una donación de 100.000 dólares, mientras que el Programa Mundial de Alimentos, con respaldo de USAID, ajustó sus operaciones para atender a unas 5.000 personas en Chocó.
En contraste, La Guajira enfrenta un problema que se ha acumulado a lo largo de los años: la falta de infraestructura. En municipios como Manaure y Riohacha, la ausencia de alcantarillados agrava las inundaciones, mientras que en corregimientos de Uribia las trochas convertidas en lodazales aíslan a las comunidades. Lo que impide el traslado de pacientes en estados delicados, genera desabastecimiento y limita el comercio.
Lea también: Onda tropical en el Caribe tiene altas probabilidades de convertirse en ciclón: hay alerta en varios departamentos de Colombia
Aunque las lluvias en esta región suelen ser esporádicas, los efectos son devastadores debido a la precariedad de los servicios básicos. “Aquí el problema no es solo el clima, sino décadas de abandono estatal”, dijo Murillo.
El Gobierno de Petro, que enfrenta este fenómeno en uno de los años más calurosos registrados, busca no solo atender la emergencia actual, sino también replantear las políticas climáticas y de desarrollo sostenible en territorios vulnerables.
“Es prioritario que se establezcan alianzas estratégicas con regiones como Chocó y La Guajira. No podemos seguir apagando incendios, debemos actuar con visión de futuro”, concluyó Murillo.
Mientras tanto, las comunidades afectadas intentan sobrevivir a una tragedia que parece no tener fin, esperando que las promesas de ayuda se conviertan en obras y rezando para que los niveles del agua bajen.
Le puede interesar, en video, Fuertes lluvias no dan tregua en Colombia y encienden las alertas:
