Por Jose Miguel Gómez M
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Álvaro García, ha dicho en varias ocasiones que, mientras al interior de la corporación se vive algo así como un ‘boicot’ para sabotear la elección del próximo fiscal, la mayoría de los togados sí están trabajando para continuar con su labor de administrar justicia.
Dos días antes de la vacancia judicial, el alto tribunal sentenció en primera instancia al exmagistrado de la Corte Constitucional Jorge Pretelt por el delito de concusión. Una señal de trabajo en medio de la pugna al interior de la Corte.
Resumen del expediente
Se trata de la historia entre dos viejos amigos. Jorge Pretelt, magistrado de la Corte Constitucional entre 2009 y 2016 y el abogado de Fidupetrol, Víctor Pacheco.
Los hechos se remontan al 2013, en la ciudad de Bogotá, cuando el hoy condenado “solicitó quinientos millones de pesos al abogado Víctor Pacheco Restrepo, para realizar gestiones favorables a los intereses de la fiduciaria Fidupetrol ante la Corte Constitucional”, reza el fallo condenatorio del alto tribunal.
La fiduciaria había sido condenada por la Corte Suprema de Justicia como “tercero civilmente responsable” que la obligaba a pagar una millonaria multa al departamento de Casanare.
Fidupetrol interpuso una tutela contra su verdugo: la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.
Es ahí cuando, según la providencia de la corte, Pretelt le pide a su amigo Pacheco el dinero a cambio de ejercer su influencia sobre los otros magistrados para que, al momento de revisar la tutela, la corporación constitucional se inclinara a favor de la fiduciaria.
Sin embargo, los dados jugaron en contra de las pretensiones de Pacheco y la empresa que él representaba.
De acuerdo al expediente, Pacheco habría buscado por lo menos dos magistrados de la Corte Constitucional para informarles sobre la solicitud de los quinientos millones de pesos que su amigo Pretelt le había hecho.
La Sala de Primera Instancia pudo establecer que “Víctor Pacheco no tenía ninguna razón para inventar esa historia, por cuanto el entonces magistrado Pretelt era su amigo y, en segundo lugar, el relato también lo podría perjudicar a él, como en efecto ha ocurrido”.
No obstante, dice el expediente, Pretelt califica a Pacheco como “resentido” por haber creído que, por ser amigos lo acompañaría en la tutela de Fidupetrol. El hoy sentenciado en primera instancia, reconoce haber tenido varias reuniones con Pacheco y con Mauricio González Cuervo (magistrado ponente del caso Fidupetrol), pero no con la intención que señala Pacheco.
Así mismo, Pretelt alega que estas actuaciones en su contra son un montaje promovido por el magistrado Luis Ernesto Vargas para “sabotear su llegada a la presidencia de la Corte Constitucional”.
Pretelt cree en su inocencia y su defensa, Abelardo De La Espriella, también.
No obstante, su nombre pasará a la historia como el primer magistrado de una alta corporación en ser llamado a juicio por corromper la justicia.