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Santos le responde duro a Petro por su jugadita con la Paz

Además de asegurar que el Acuerdo de Paz con las Farc está por encima de la Constitución, y que abriría ventana para cambarla —lo cual niega el mismo Humberto de la Calle—, ahora se anuncia que la paz con el ELN buscará la participación ciudadana.

  • El expresidente Juan Manuel Santos se refirió por primera vez al manoseo del acuerdo de paz para apalancar la convocatoria a una asamblea constituyente por parte del Gobierno Petro. Foto: Colprensa
    El expresidente Juan Manuel Santos se refirió por primera vez al manoseo del acuerdo de paz para apalancar la convocatoria a una asamblea constituyente por parte del Gobierno Petro. Foto: Colprensa

Las ganas del presidente Gustavo Petro de usar el Acuerdo de Paz firmado con las Farc en 2016 para convocar a una constituyente levantó una polvoreda tal, que puso a hablar hasta al expresidente Juan Manuel Santos, quien dijo que se trata de una idea absurda.

Desde Brasil, Santos dio a conocer su posición, y antes aclaró que ha mantenido silencio para interponerse en el camino de quienes lo han precedido en la Casa de Nariño.

“Usar el acuerdo de paz con las Farc para convocar una constituyente es un absurdo, esa fue precisamente una de las líneas rojas que mantuvimos en la negociación. La teoría de que el acuerdo puede modificar las partes contratantes tampoco tiene asidero jurídico porque en los acuerdos especiales presuponen que el conflicto entre las partes continúa y ese no fue el caso entre el Estado y las Farc”, dijo el expresidente Santos, quien se empeñó en sus años de gobierno por sacar adelante ese proceso de paz que le valió el premio Nobel de Paz.

Santos también apoyó lo que ya han dicho otros exnegociadores de paz y varios juristas destacados: “La asamblea constituyente solo se puede convocar usando los procedimientos que establece la constitución, cualquier intento de hacerlo por otras vía se enfrentaría con el poder legislativo, judicial, las fuerzas armadas y con la gran mayoría de colombianos. Invito al Gobierno a concentrarse en resolver los crecientes problemas que aquejan a la población; una de las formas es implementar el acuerdo de paz que no requiere ni constituyente, ni acuerdos especiales sino voluntad política y capacidad para traducir las intenciones en realidades”.

Lea también: La nueva “jugada” de Petro para hacer la Constituyente

El problema es que parece que Petro está redoblando sus apuestas por llevar al país a una Asamblea Nacional Constituyente pasando por encima del Congreso. En esa andanada, el último capítulo fue la firma del primer punto acordado en el proceso de paz con el ELN, en el que se habla de la “participación de la sociedad”.

La tesis de que el Acuerdo de La Habana abre la puerta a una constituyente no es más que un embeleco, como dice Santos, cosa que reforzó este fin de semana el senador Humberto de la Calle, quien fue el jefe negociador del gobierno Santos en Cuba.

En su cuenta de X, el senador dijo: “No es cierto que en lo acordado esté implícita la autorización para buscar una constituyente, y menos la tesis de que las partes se ponen de acuerdo por fuera de la legalidad colombiana e imponen una constituyente por fuera de las normas constitucionales (...) la constituyente está regulada en la Constitución y exige una ley del Congreso”.

Y es que Petro, al ver la mayoría de sus reformas quemadas en el Congreso, se ha atrincherado en la idea de la constituyente, la cual ha dicho que sale por el mandato popular, una idea a la que le ha buscado respaldo en movidas como el Acuerdo de Paz, no hay que olvidar que hace unas semanas dijo que iba a denunciar ante la ONU que el Estado colombiano no había cumplido lo firmado con las Farc.

Ahora bien, la receta de buscar un hueco en el acuerdo de paz la salpimentó el excanciller Álvaro Leyva, quien desde las sombras ha atacado incluso a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), adonde ha querido montar a excomandantes paramilitares pese a que ese tribunal no contempla esos capítulos.

Leyva le ha hecho el juego al Presidente en su idea de hacerle el quite al Congreso. La jugadita para concretar la Constituyente estaría en un apartado de la introducción del Acuerdo que habla de convocar y concertar “un gran acuerdo político nacional” para definir “las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que la paz demande”.

El punto es que, como dijo el mismo Humberto de la Calle, esa es una interpretación falaz, equivocada y que se escapa de lo verdaderamente pactado en Cuba; el proceso de paz sufrió ya una refrendación: el plebiscito de 2016, perdido en las urnas, y que obligó al gobierno Santos a hacer algunas modificaciones en el Congreso.

Esa fórmula no es nueva y, según exnegociadores consultados por EL COLOMBIANO, las entonces Farc insistieron una y otra vez en incluir un apartado de ese calibre para abrir la puerta a una constituyente.

Al margen de la polvareda política, lo cierto es que darle ese alcance al Acuerdo terminaría por ponerle una espada de Damocles. “Es una sobre-interpretación del Acuerdo con las Farc. La constituyente es una aspiración del gobierno Petro y no deberían adaptar libremente los significados de leyes o acuerdos previos para justificar sus intereses. Con esto se desdibuja y se distrae el objetivo principal de lograr cumplir lo pactado con las Farc”, explicó la profesora Angelika Rettberg experta en construcción de paz y justicia transicional, quien además integró la Comisión de la Verdad creada a expensas de lo pactado.

En diálogo con este diario, De la Calle negó que en el Acuerdo se haya pactado una constituyente: “No encuentro una mención de la constituyente. Se habla de acuerdo nacional. Este es altamente deseable. Pero el propio Gobierno lo imposibilita con el uso de una permanente hostilidad hacia quienes piensan distinto”.

El exministro Juan Fernando Cristo, quien también estuvo sentado en la mesa de diálogos en tiempos del expresidente Juan Manuel Santos, reveló que el párrafo al que se aferra Leyva –quien ahora parece hacer las veces de gerente de la constituyente– fue incluido “muy al final en las negociaciones” y que fue una obsesión de las Farc querer modificar la Carta Magna a través del Acuerdo.

“Durante todo el trámite del Acuerdo y las negociaciones las Farc siempre insistieron en la idea de que lo que se pactara tendría que hacerse vía Asamblea Nacional Constituyente. El Gobierno siempre mostró su desacuerdo con esa idea y por eso fue que se utilizó el mecanismo combinado del fast track y el plebiscito del 2016 (...) eso no tiene nada que ver con la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente, que siempre se excluyó expresamente en la negociación”, dijo el exministro.

“Esto es un documento del pueblo, de la nación colombiana. Es un instrumento de lucha popular, con la legitimidad que va más allá de la Constitución (...) A través de las altas partes contratantes se podría citar a una Asamblea Nacional Constituyente, tiene esa fuerza”. En estos términos, durante un evento en Popayán (Cauca), Petro se refirió al alcance que pretende darle al Acuerdo de Paz con las Farc.

Ante la puerta que se abre, exnegociadores de la extinta guerrilla se mostraron partidarios de la mentada constituyente.

“La tesis de Leyva es acertada. Se trata de dar desarrollo al Acuerdo de Paz. Uno de los problemas que enfrenta este país no implementar el Acuerdo y este Gobierno, específicamente. Están descubriendo el agua tibia en la idea de que las propuestas que hacen ya son mandato constitucional porque están en el Acuerdo”, manifestó a este diario Luis Alberto Albán, hoy representante a la Cámara por el partido Comunes.

Que Petro ahora esté apelando a lo acordado en La Habana para aterrizar su intentona constituyente evidencia que su idea de reformar la Carta Magna sigue vigente, aun cuando otrora firmó en mármol que no sería su objetivo y cuando semanas atrás le abrió la puerta a un referendo.

Le restan poco más de dos años de Gobierno y está por verse si el poco capital político que le queda será invertido en lo que hoy parece más una obsesión que un fin altruista.

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