Si por el sistema general de salud llueve, por el del magisterio no escampa. En medio de los debates y las alertas que han surgido en las primeras semanas de 2025 sobre el futuro financiero del sector, el llamado a paro de los profesores en el Quindío recordó que por esos lares la salud también está bajo pronóstico reservado.
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Vale recordar que los maestros del sector público en Colombia tienen un régimen de salud especial, como lo tienen también las Fuerzas Militares, la Policía Nacional, Ecopetrol, y las universidades. Es decir, estos regímenes son, aparte del que está la mayoría de la población, que son los regímenes contributivo y subsidiado.
El 1 de mayo de 2024 el Gobierno de Gustavo Petro reformó el sistema de salud de los profesores, que consistió en sacar a los operadores de salud regionales (que cumplían funciones parecidas a las de las EPS en el sistema general) y entregarle esa tarea al Estado, por medio de la Fiduprevisora, mientras que el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag) sigue encargado de recolectar los aportes a seguridad social de los maestros.
En ese contexto, se conoció que este 15 de enero el Sindicato Único de los Trabajadores de la Educación del Quindío (Suteq) convocó a los docentes a congregarse en el Parque Fundadores de Armenia, de donde marcharon hacia las principales calles de la ciudad para exigir el cumplimiento de los acuerdos pactados con el Fomag para mejorar el servicio de salud en ese régimen.
Entre los motivos para convocar al paro, el sindicato de los maestros de ese departamento señaló problemas con al entrega de medicamentos, la asignación de citas y el cierre de servicios hospitalarios.
En un comunicado de prensa, Suteq calificó de “alarmante” el servicio de dispensación de medicamentos, pues “seguimos con tres farmacias y cuatro puntos de entrega con el de (la farmacia) DISTRIMEV”. Por esa razón, dicen que “nadie consigue que le entreguen una fórmula completa y mucho menos a tiempo, con lo que los maestros en lugar de salir con los medicamentos necesarios para el tratamiento que les permita superar sus enfermedades o mantener el control de las mismas, salen con papelitos de pendientes que en buen porcentaje no reciben luego”.
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Por otro lado, señalaron la falta de oportunidad en el acceso a citas con especialistas, para procedimientos y para hospitalización, así como el no reconocimiento de reembolsos ni viáticos en los tiempos establecidos. “El mal servicio no solo es impedimento para el goce del derecho fundamental a la salud, sino que también afecta el cumplimiento de la labor educativa, ya que un maestro enfermo permanecerá incapacitado o sin las condiciones óptimas para desarrollar su trabajo”, expusieron en el comunicado.
Por otro lado, manifestaron su preocupación por el anuncio que hizo la semana pasada la asociación de hospitales públicos y luego la de las IPS (instituciones prestadoras de servicios de salud) privadas informando el cierre de sus servicios al magisterio, ya que “la actualización de contratos que envió la Fiduprevisora contempla tarifarios del año 2024, sin mencionar que se quejan de tiempos para pagos y nuevas cláusulas que argumentan no asumirán”.
Los docentes del Quindío le exigen a la Fiduprevisora, al Ministerio de Educación, a la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) y a los órganos de control que actúen y garanticen su salud, la de los pensionados y la de sus familias.
“Valdría la pena reflexionar sobre el origen del mal servicio, preguntándonos si corresponde a un déficit presupuestal o a una administración de la Fiduprevisora que le sigue apostando al negocio a expensas de la salud, bienestar y vida de alrededor de 11.400 usuarios en el departamento”, concluyó el sindicato en su comunicado.
Sobre las 9 de la mañana un grupo grande de profesores se congregó en el Parque Fundadores, según reportaron medios locales que siguieron las movilizaciones.
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