Los tres cambios ministeriales que anunció el presidente Iván Duque, con los que le abre la puerta de los ministerios a la representación política de los partidos, se interpretan de dos maneras, según analistas.
Una, que busca ganar apoyo en los partidos Cambio Radical, con Fernando Ruiz Gómez en el Ministerio de Salud; La U, con Ángel Custodio Cabrera en el Ministerio del Trabajo, y los conservadores, con Rodolfo Enrique Zea.
Precisamente la falta de respaldo de los partidos era una crítica que recibía el presidente de quienes no se atrevían a hacer coalición de gobierno. Los altos cargos estaban concentrados en la entraña uribista, y este intento de representatividad busca justamente lograr mayores consensos con los partidos y sus bases.
La otra mirada es que no interpreta el grueso de los integrantes de los partidos, lo que se le convertiría en un búmeran cuando llegue el nuevo periodo en el Congreso y tenga que buscar votos para aprobar sus proyectos.
Con estas decisiones, el docente y analista político Miguel Silva Moyano confirma que el presidente estaba intentando darles más juego dentro del gobierno, pero también que Duque “reconoce su debilidad política y hace una apuesta que no necesariamente le garantizará ese apoyo”.
Por ello, explica Silva Moyano, en los próximos meses, se verá si en efecto los partidos que ganaron el pulso en este momento le servirán para mejorar la relación con el Congreso y tener más aliados frente a su legitimidad.
Una perspectiva similar tiene el analista político y docente de la Universidad Externado, Carlos Arias, quien señala que con los nombramientos “confirma que se encuentra secuestrado por la necesidad de apoyo en el Congreso”.
El resultado de estos cambios lo mediría la percepción ciudadana, que podría mejorar con este acercamiento a otros sectores. Solo el tiempo dirá si el presidente acertó con esta apuesta de alianzas.
ÁNGEL CUSTODIO CABRERA BÁEZ, EL ABANDERADO EN CONTRA DEL DESEMPLEO
Cabrera aterriza en el ministerio que actualmente recoge buena parte del descontento de la sociedad colombiana, por cuenta de la reforma laboral, que contempla la flexibilización con la contratación por horas y que socializó la ministra del ramo, Alicia Arango, quien a partir del 15 de febrero asumirá en la cartera del Interior. Cabrera no es nuevo en el gobierno, era el director por Colombia ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Esto, de acuerdo con el profesor Carlos Arias, es una de las razones por las que el Partido de la U no lo considera cuota suya.
El nuevo ministro es contador público de la Universidad Nacional y cuenta con una especialización en Derecho Tributario y en Finanzas de la Universidad de Los Andes.
Cuenta con una trayectoria política de dos décadas y media en la que ha sido senador (2014-2018 por el partido de la U), representante a la Cámara (2005 -2014 por Cambio Radical y el Partido de la U) y concejal de Bogotá (1995- 2004). Además, fue director regional del ICBF en Bogotá.
Cabrera es recordado por su trabajo legislativo en beneficio de las madres comunitarias para lograr la afiliación a los sistemas de salud y pensión. Sin embargo, este será otro asunto que tendrá que sopesar ahora desde el Gobierno, ya que muchos de los beneficios que reclaman estas trabajadoras fueron frenados en el Ejecutivo por falta de recursos.
De hecho, esos fueron algunos de los atributos que elogió el presidente Duque al presentarle su hoja de vida a los colombianos: “Es una persona que ha trabajado en la elaboración de leyes muy importantes para la protección de los trabajadores, para la protección social en Colombia”.
Entre sus principales retos estará la conciliación con los promotores del paro nacional, quienes reclaman mejores condiciones laborales, dar solución a la problemática del desempleo que, en 2019, fue de 10,5 %, el más alto en ocho años, según el Dane. Su llegada no es fácil, debe apoyar el trámite de la reforma pensional que, según el mandatario, permitirá ampliar la base de cotizantes sin sacrificar la calidad de vida de quienes lleguen a la edad de jubilación.
“Yo tengo un compromiso: hay que sacar adelante la protección de la vejez”, dijo el presidente Duque, quien agregó: “Nosotros queremos concertar unos mecanismos de protección a la vejez sobre la base de un debate que se tiene que dar, primero, en la Mesa de Concertación Laboral”.
FERNANDO RUIZ GÓMEZ, A MEJORAR COBERTURA Y CALIDAD DE ATENCIÓN EN LO RURAL
Después de 44 días sin ministro en propiedad, tras la renuncia de Juan Pablo Uribe, Fernando Ruiz Gómez llega al Ministerio de Salud, como representante de Cambio Radical, línea de Germán Vargas Lleras. Aunque hizo parte del sonajero inicial, luego su nombre dejó de sonar y ganaron eco Dilian Francisca Toro, de La U, y Alexander Moscoso, de Cambio, pero de la Casa Char. Ahora, que llega en propiedad, este médico cirujano, con magíster en Salud Pública, de Harvard School of Public Health, magíster en Economía de la Universidad Javeriana y doctor en Salud Pública del Instituto Nacional de Salud Pública de México, el sector, según analistas, “recupera tranquilidad”, luego de más de un mes en interinidad con Iván Darío González. Ruiz Gómez fue viceministro de Salud del gobierno Santos y conoce las dinámicas del sector, además fue promotor del Modelo Integral de Atención en Salud (Mias). Entre sus retos, expertos como Augusto Galán, director del observatorio Así vamos en salud; Jaime Arias, exministro de Salud, y Olga Lucía Zuluaga, presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Público (Acesi), coinciden en que deberá mejorar la cobertura, en especial en lo rural, donde aún falta que se llegue con toda la fuerza el Estado. Arias, por su parte, expresa que aterriza un funcionario técnico, que aunque es cuota de un partido, no tiene intereses políticos. Otra tarea será cumplir con el Acuerdo de Punto Final, que fue adelantado por el exministro Uribe, pero que aún hoy tiene problemas, como en Antioquia, región que sigue reclamando el giro de alrededor de $130 millones para sanear las deudas del sector. Zuluaga señala que “con él se gestó toda la política de atención en salud que hoy se conoce como Maite y tiene grandes retos, principalmente en la financiación de la red pública hospitalaria para responder a los retos que traerá la política nacional de atención de salud en el sector rural”. Otra tarea es mantener activo el sistema de prevención frente a una posible, aunque baja, llegada del nuevo coronavirus, y seguir enfrentando el dengue, que en el primer mes del año dejó 12.071 notificaciones, 5.839 más que en enero de 2019. Por otra parte, Ruiz Gómez también fue clave en los conceptos que emitió en ese entonces el Minsalud para suspender las aspersiones de glifosato, decisión con la que el actual grueso de representantes del partido de gobierno no está de acuerdo. Al consultarles a los analistas cómo actuará el nuevo ministro dicen que su prioridad siempre será “la médica y salubrista”, aunque reconocen que será difícil afrontar el debate del glifosato.
RODOLFO ENRIQUE ZEA NAVARRO, A EQUILIBRAR BENEFICIOS SOCIALES Y CRÉDITO RURAL
El nombramiento de Zea en el ministerio de Agricultura cayó bien entre los gremios del sector, su amplia trayectoria en lo público es una buena carta de presentación. Es economista de la Universidad de los Andes, especialista en Finanzas Internacionales y magíster en Dirección de Empresas de la Universidad de la Sabana -Inalde. El nuevo ministro venía desempeñándose como presidente de la Sociedad Fiduciaria de Desarrollo Agropecuario y durante más de 20 años ha estado en el sector financiero, especialmente en la Financiera de Desarrollo Territorial.
José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), y Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), coincidieron en que Zea es técnico, con experiencia en lo público y con inmenso conocimiento de lo rural, factores que le ayudarán a continuar con la política del presidente Iván Duque, que hasta el momento había liderado el ministro Andrés Valencia.
“Él conoce el campo, es de Córdoba donde se respira ruralidad, viene de Fiduagraria. Es un hombre sereno, yo lo conozco. Lo que hay que hacer es apoyarle la gestión, que es difícil, porque son muchos los temas que están pendientes en el sector rural para sacar adelante a miles de productores que son de la población colombiana más vulnerable”, expresó Lafaurie.
Por su parte, Óscar Gutiérrez, director Ejecutivo de Dignidad Agropecuaria, no cree que haya mayores cambios en la cartera, ya que “los ministros hacen lo que ordena el presidente y la voluntad del presidente Duque está clara en el plan de desarrollo y en las políticas implementadas”.
La novedad, consideró Gutiérrez, radicará en todo lo que podrá servirle al capital financiero, que es de donde viene su experiencia principal y no tanto desde los productores. Por eso le pide que “mantenga el interés por presentar la ley en la que estamos trabajando para darle solución a las deudas de los productores agropecuarios, hay más de 140.000 sin salida y a puertas de empezar a perder sus tierras por remates en los juzgados”.
Los retos que el ministro deberá enfrentar son múltiples, los más importantes, como lo señaló Bedoya, abanderar en el gabinete del presidente Duque las reformas necesarias para combatir la informalidad rural que es del 86 %; impulsar con el ministerio del Transporte la construcción de las vías terciarias; continuar buscando la rentabilidad de la producción agropecuaria, manteniendo el nivel técnico, y la diplomacia sanitaria.