Este martes se conoció que la Procuraduría General formuló cargos a la representante Susana Gómez Castaño (conocida como Susana Boreal), y al asesor de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL), Christian David Guzmán, por el presunto trato irrespetuoso contra varios miembros de su equipo.
Ofensas, descalificaciones, perjuicios y hasta préstamos de dinero y de bienes que luego Gómez supuestamente no devolvía hacen parte del ramillete de pruebas que tiene en su poder el Ministerio Público.
Uno de los testimonios más demoledores en contra de la congresista del Pacto Histórico es el de Laura Matyas, extrabajadora de la representante y quien es considerada testigo estrella del organismo. La joven reveló varios chats tanto con Susana Boreal como con Christian David Guzmán en los que quedaría en evidencia el presunto maltrato al que fue sometida.
En su declaración –recogida en un documento de 79 páginas que ordena el pliego de cargos y que fue revelado por la Revista Semana–, se indica que Matyas trabajó en la UTL de Susana Boreal entre el 22 de julio de 2022 y el 28 de septiembre de 2022, es decir, apenas dos meses. Lo anterior, debido al presunto trato irrespetuoso.
Matyas, quien estaba al frente de las comunicaciones de la congresista, reveló chats en los que quedan en evidencia las conductas ofensivas y descalificativas. Una de las primeras diferencias fue el arribo de Guzmán al equipo, pues, pese a no ser profesional, no contar con experiencia laboral y además ser pareja sentimental de la congresista, tenía un sueldo superior a los $9 millones.
Sumado a las diferencias salariales del equipo, la joven reclamaba por promesas incumplidas frente a los acuerdos de cuánto le iban a pagar por sus servicios. Ante ello, Susana Boreal contestó: “Lau, con todo respeto, yo no tengo que discutir o socializar cuánto les voy a pagar a los demás. Yo soy la que decide. Podemos discutir lo que te pago a ti, no lo que le pago a otro miembro del equipo”.
En su testimonio ante la Procuraduría, Matyas alertó por “desorden y de la falta de rigurosidad en el trabajo” por parte de la congresista y su pareja. Incluso, alertó que la estaban “manipulando, usando y engañando; además que no cumplían con sus labores, pues menospreciaban el trabajo de los miembros de la UTL maltratándolos, pidiéndoles favores personales, solicitando dinero prestado que no devolvían, y en general siendo abusivos”.
El asunto también pasaba por la alimentación. De acuerdo con la joven, dado que Susana Boreal “casi no come”, sometía a los miembros de su UTL a largas jornadas de trabajo en las que inclusive, “no dejaban a los miembros del equipo salir a almorzar”.
La relación laboral, según evidencian los chats, a veces se sobrepasaba y rayaba en asuntos personales. En una de las conversaciones, Matyas le reclamó a Boreal por una ropa que le prestó y que no le devolvió: “Linda, mañana me podrías llevar los pañuelitos morados si los tienes a mano? Y las medias y los zapatos. Porfish (sic)”.
Sin obtener respuestas, días después la joven insistió en su solicitud: “Hola, porfa, si puedes llevar mis cosas esta semana a la oficina, te agradecería. Son mis pañuelos morados, tenis blancos y medias de puntos. No recuerdo si hay algo más”. En otro mensaje, ciertamente molesta, Matyas le dice a la congresista que le gustaría recuperar las cosas que le prestó. “Llevo tres meses ya pidiéndolas y no ha sido posible”.
Con todo, la respuesta fue un mensaje automático: “¡Hola! Te saluda la representante Susana Boreal. Escríbeme, porfa la razón de tu mensaje para responderte pronto”.
Pasados cerca de 15 días, Matyas respondió que ya había recibido los zapatos, pero alertó por su mal estado: “Así me devolvieron mis zapatos. Ni siquiera tienen las plantillas. Y las otras cosas, ni idea”.
En otro chat la representante le pide a la joven que la deje quedar en su casa, teniendo en cuenta que tiene una reunión a las 7:00 de la mañana y desde su inmueble le queda más lejos. “¿Puedo dormir en tu casa? Porfis. En tu sofá?”.
De acuerdo con la Procuraduría, este tipo de hechos podrían configurar la vulneración de los presupuestos mínimos de conductas exigibles a la dignidad del cargo ostentado por la congresista y el asesor “con el aparente uso de un lenguaje manipulador y de menosprecio sobre el trabajo y opiniones de los colaboradores, entre otras denuncias que hicieron personas que estuvieron vinculadas al mismo entre agosto de 2022 y enero de 2023”.