La disputa bélica entre el ELN y las disidencias de las Farc completó dos semanas en el Catatumbo y las consecuencias humanitarias no paran. El último reporte de la Gobernación de Norte de Santander señala que ya son más de 50.000 las personas que se han tenido que desplazar por la ola de violencia.
La confrontación armada inició el pasado 15 de enero cuando un grupo armado masacró a tres miembros de una familia que se desplazaban en un coche fúnebre por las vías del municipio de Tibú.
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La Defensoría del Pueblo y líderes de la región venían alertando desde noviembre por las crecientes tensiones entre los ilegales. Los disidentes y el ELN habían pactado repartirse las rentas cocaleras, pero el pacto se terminó con el incremento de los precios.
De hecho, informes de inteligencia advirtieron que desde Arauca la guerrilla movilizó tropas para sumarlas como refuerzos del Frente de Guerra Nororiental en la batalla a sangre y fuego con los disidentes del Frente 33 de las Farc.
El último balance del Puesto de Mando Unificado indica que los desplazados por cuenta de estos enfrentamientos se ubicó en 50.949 personas. La mayoría de ellos permanecen en Cúcuta (22.619). La confrontación armada también tiene confinadas, hasta ahora, tiene a 28.549 personas confinadas.