El Gobierno del presidente Gustavo Petro ha estado salpicado por escándalos y denuncias de presuntos abusos cometidos por algunos de sus funcionarios contra mujeres, incluyendo en algunos casos a sus propias esposas.
La entraña del petrismo se ha visto fuertemente sacudida por múltiples acusaciones de conductas machistas y violencia de género en situaciones que, en su momento, han sido ampliamente conocidas y viralizadas.
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El caso más reciente involucra al presidente de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), Diego Cancino, quien presuntamente habría acosado sexualmente a una funcionaria.
Los hechos están relacionados con una serie de chats que comprometen a Cancino, por el presunto acoso a Viviana Vargas, funcionaria del Ministerio del Interior.
Según el relato de Vargas, el pasado 9 de octubre acudió al apartamento de Cancino para atender asuntos laborales. Dijo que, una vez en el lugar, el funcionario insistió en que bebiera vino y que, en medio de la situación, Cancino se le acercó por detrás, abrazándola y metiendo las manos bajo la blusa, tocándole los senos sin su consentimiento.
“Ante esta situación, reaccioné rápidamente y me lo quité de encima. Él me tomó de las manos, me bajó de la silla de la barra en la que yo estaba e intentó besarme sin mi consentimiento. Lo alejé y le dije que no deseaba ningún tipo de relación que no fuera política y/o profesional y que mi interés no iba más allá de eso, que por favor respetara dicho límite”, narró Viviana en su denuncia ante la Fiscalía.
El director desmintió las acusaciones y lamentó cualquier conducta que haya podido parecer ofensiva.
El funcionario, a quien una parte del Pacto Histórico mantiene aislado, tiene denuncias en su contra desde 2016. Su exesposa, Patricia Casas, lo acusó de violencia intrafamiliar y económica; la periodista Carolina Valencia lo denunció por acoso y maltrato laboral, además de psicológico; María Antonia García, por acoso sexual, y Natalia (homónimo), también por acoso sexual y laboral, entre otras.
Armando Benedetti, actual embajador de Colombia ante la FAO, también ha estado envuelto en múltiples polémicas, lo que ha llevado a la oposición a cuestionar por qué Petro insiste en mantenerlo en su Gobierno a pesar de los escándalos que protagoniza con frecuencia.
El embajador fue denunciado por su exesposa, Adelina Guerrero, por supuestamente haberla agredido en una residencia en Madrid, España. Según ella, en medio de una acalorada discusión, Benedetti tomó un cuchillo y la amenazó cortándole la ropa.
El embajador negó las acusaciones, mientras la Cancillería colombiana investiga los hechos. Sin embargo, por este episodio Adelina pidió el divorcio, o al menos habría sido la gota que rebosó el vaso.
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