Justo cuando el Gobierno anuncia otra reforma tributaria, desde el Congreso denunciaron un aumento en la burocracia en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
En momentos de controversia y crispación por cuenta de la radicación de la segunda reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro –con la que se busca recaudar $12 billones–, desde la oposición denunciaron la burocracia creciente en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Así lo reclamó el senador David Luna (Cambio Radical), quien sostuvo que en poco más de dos años de mandato se han creado 10 nuevas embajadas, entre ellas, la cuestionada ante la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), donde fue designado Armando Benedetti.
A ella se suman las embajadas de Guyana, Barbados, Senegal, Angola, Palestina, Rumania, Nueva Zelanda, Arabia Saudita y Etiopía. Por si fuera poco, como quedó establecido en un decreto de finales de año, la Cancillería creó 116 nuevos puestos. Entre la nueva burocracia llama la atención 14 asesores al servicio del despacho del canciller y 10 profesionales especializados.
Por otro lado, en materia diplomática y consular, se crearon 27 puestos para auxiliares de Misión Diplomática. Además, 65 cargos para la planta global, entre ellos, 20 “ministros consejeros”, 21 consejeros de relaciones exteriores o nueve segundos secretarios. (Ver gráfico al final)
Pese a ello, el congresista alertó que las embajadas de Colombia a lo largo del mundo, así como consulados, podrían sufrir un golpe a sus finanzas luego de que el canciller Luis Gilberto Murillo anunció que el costo del pasaporte se reduciría 12 %.
Según Luna –quien aseguró que se trata de una medida “populista”–, dicha reducción no tiene en cuenta que, de acuerdo con la norma, la financiación de embajadas y consulados depende fundamentalmente de los ingresos obtenidos por la expedición de pasaportes.
“Es una medida populista para quedar bien con el país. Va a terminar afectando el bolsillo de los colombianos. A través del Fondo Rotatorio del Ministerio de Relaciones Exteriores se financian las misiones diplomáticas y consulares. La principal fuente de ese Fondo es la expedición de pasaportes”, manifestó Luna a EL COLOMBIANO.
Otra es la lectura del canciller, quien manifestó que, por cuenta del cambio en el modelo de expedición de pasaportes –en el que se busca mayor participación estatal–, a partir del 3 de octubre se obtendrán “ahorros sustanciales” que permitirán bajarle la carga a los usuarios.
“Eliminamos la tercerización y la intermediación que se hacía en ese proceso. Habíamos dicho que íbamos a evaluar la posibilidad de establecer la congelación o disminución del costo de los pasaportes de cada uno de los ciudadanos del país”, dijo Murillo en diálogo con Noticias Caracol.
Con todo, Luna aseguró que las explicaciones del canciller contrastan con la situación financiera del país y la mentada austeridad del Gobierno. “Para mi gusto las nuevas embajadas son pura burocracia. El país está en su momento económico más crítico. La ejecución presupuestal es la más mala de los últimos 20 años. El recaudo tributario es el más bajo en 15 años”.
En defensa del Gobierno salió además la senadora oficialista Jahel Quiroga (Pacto Histórico), quien admitió que, aunque no hay claridad del monto preciso que se ahorrará el Ejecutivo, la reducción en el precio del pasaporte va a beneficiar a muchas personas que buscan salir del país. “No será tan contundente esa reducción en las finanzas de la Cancillería”, dijo a este diario.
Además, defendió que, si bien “en este Gobierno hay austeridad”, se busca que hayan más embajadas y funcionarios en ellas para brindar mejor atención a los conciudadanos y avanzar en el fortalecimiento de relaciones internacionales. “En la Embajada en China, pese a su importancia estratégica, solo hay cuatro funcionarios”, agregó.
Pese a las posturas de lado y lado, desde el Congreso reconocen que, en plena crisis que obliga al Gobierno a presentar otra reforma tributaria, es necesario que haya una mejor distribución del recurso humano y financiero, y que el Ejecutivo responda no con más cargos, sino apretándose decididamente el cinturón.
