Como de película: en 130 segundos, cerca de 10 delincuentes perpetraron un robo en la Joyería Italiana Franco, ubicada en el segundo piso del Centro Comercial San José Plaza, ubicado en el barrio Ricaurte, en Bucaramanga.
A las 9:32 de la mañana de este martes dos delincuentes ingresaron disfrazados de policías –uno con indumentaria verde y otro de azul–. Uno de ellos, golpeó al vigilante y lo desarmó, mientras que su cómplice se acercó y con un arma de fuego amedrentó a los cuatro vendedores que estaban en ese momento en el establecimiento.
El falso policía de uniforme verde, les dio órdenes a los empleados de despejar el área, mientras que ingresó el tercer ladrón: un hombre vestido de repartidor de una empresa de encomiendas. Este se acercó y señaló a la vendedora. Ella alzó los brazos y se apartó del mostrador.
En ese momento apareció un nuevo atracador, vestido con una camisa color curuba, quien saltó encima de las vitrinas y empezó a guardar, en un costal verde, por lo menos ocho exhibidores con joyas como anillos, aretes y cadenas.
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El delincuente vestido con el uniforme de la empresa de encomiendas también se trepó encima de los mostradores y se dirigió, rigurosamente, a un cajón, en donde sacó varios estuches con lo que se presume eran más joyas o gemas. Estos también fueron a dar al costal.
En la cámara de seguridad también quedó registrado cómo, segundos después, ingresó al negocio el que sería el campanero, vestido con camisa roja, y otro atracador que, con un arma, amedrentó a los empleados.
Uno de los atracadores vestido de policía se encargó de robar dos exhibidores más. Mientras que el otro hizo una llamada por celular para avisar a sus cómplices sobre la huida en moto.
Cuando el botín ya estaba empacado, cinco de los ladrones bajaron por las escaleras del centro comercial para encontrarse con cuatro motocicletas que los condujeron, dos cuadras adelante, a un vehículo, de acuerdo con el reporte preliminar de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.
El botín que se llevaron
Así, en 130 segundos grabados en una cámara de seguridad, los delincuentes se llevaron, según los propietarios del lugar, y de acuerdo con la información que manejan los investigadores, $100 millones de botín.
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En el informe inicial, las autoridades señalaron que las joyas robadas todas eran de oro, representadas así: “Una bandeja de cadenas de oro de 40 y 45 gramos; tres bandejas de anillos; cuatro bandejas de topos y candongas; y dos cajas que contenían más anillos”. Varias de las lujosas piezas tenían incrustadas piedras preciosas.
Los testigos presenciales del atraco a mano armada fueron tres empleados, la administradora y el guarda de seguridad, este último sufrió una herida abierta en la cabeza por el golpe con un arma de fuego, lesión que no fue de gravedad. Además, al vigilante le hurtaron un revólver calibre 38 corto, afiliado a una empresa de seguridad.
La Sijin tiene en su poder los videos de cámaras de seguridad, las entrevistas de los testigos, la fijación fotográfica y la exploración lofoscópica (huellas), adelantada por la unidad móvil de criminalística.
Además, también se halló un teléfono celular que fue entregado a los uniformados y que pertenecería a uno de los delincuentes, por lo que se convierte en una pieza clave para dar con la banda que participó en el robo dentro y afuera de la joyería.
