Los últimos dos meses, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema dio un debate que terminó con una decisión puntual. El ex embajador ante la FAO será acusado por el delito de tráfico de influencias en el caso Fonade. La decisión no se ha tomado de manera formal porque la ponencia buscaba una acusación en dos delitos pero en uno de ellos no hubo consenso en la Sala, por lo que se espera un resumen de ese debate para proceder con los siguientes pasos en el proceso judicial.
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La historia es así. Una de las siete investigaciones que tiene todavía abiertas en la Corte el nuevo asesor presidencial es una en la que fue mencionado por varios testigos en la solicitud de cupos indicativos en el entonces llamado Fondo Nacional de Desarrollo (FONADE). La Corte lleva investigando el caso desde hace meses y decidió presentar una ponencia en octubre pasado que tuvo el visto bueno de la mayoría de los magistrados para la acusación del delito de tráfico de influencias. En esa misma ponencia también se pedía acusar a Benedetti por el delito de interés indebido en la celebración de contratos pero ese no tuvo la mayoría y se cayó.
Eso hizo que al magistrado César Reyes le correspondiera hacer un resumen de los votos, es decir, la postura mayoritaria. Esa contra ponencia deberá ser llevada a la sala de nuevo para que se debata y se continúe el proceso judicial que tendría que ser la acusación formal y la resolución de su situación jurídica.
Por el mismo caso de Fonade acaban de ser condenados el Ñoño Elías y Musa Besaile, los famosos políticos de Sahagún, Córdoba que ya habían sido llevados a la cárcel por varios hechos relacionados con Odebrecht y el cartel de la toga.
La investigación es por la solicitud de proyectos en la vía de cupos indicativos para que se asignaran recursos a las regiones o a empresas particulares, un caso en la esencia parecido al de la UNGRD aunque con diferencias en las formas.
Benedetti ha salido avanti en todas sus investigaciones por varias razones. Primero, porque entre su paso de senador a embajador en Venezuela hubo una gran discusión que terminó con el envío del expediente a la Fiscalía. Ese caso lo tenía el jefe de fiscales delegados ante la Corte, Gabriel Jaimes, pero no ocurrió nada. Con la llegada de Luz Adriana Camargo, la Fiscalía decidió plantear el conflicto negativo de competencias y la Sala Penal de la Corte concluyó que los casos debían mantenerse en el alto tribunal, porque las investigaciones tenían que ver con el rol de Benedetti mientras que tenía el fuero de senador.
Luego, en la Sala de Instrucción ha habido una demora extraña en la resolución de recusaciones y en las presentaciones de las contra ponencias que, de acuerdo con tres fuentes de la Corte consultadas, obedecería a la controversia que ha sido pública entre el magistrado Reyes y la magistrada Cristina Lombana, que ha tenido la mayoría de los casos de Benedetti.
Del otro lado, se asegura que en las investigaciones no se ha logrado avanzar de manera contundente a pesar de que se ha llamado a una gran cantidad de testigos por centenares. Una fuente aseguró que se han llamado a unos 500 testigos, pero esa cifra no pudo ser corroborada de manera incontrovertible. Benedetti insiste en que es inocente y ha recusado a Lombana por supuestamente tener un sesgo y una persecución en su contra.
Esta es una decisión más que se suma a los “peros” que le han expresado varios sectores al presidente desde que se conoció de la llegada oficial de Benedetti a Palacio, en una explicación que todavía no se entiende. El exembajador dejó claro que su oficina está “en el tercer piso al lado de la oficina de Laura Sarabia y del presidente” y su rol tendrá que ver con el manejo político del Congreso, aunque en esa tarea ya está el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y también está Jaime Ramírez Cobo, que hace esa misma labor y es uno de los acusados en el caso de corrupción de la UNGRD.
