El Bloque Central Bolívar, una de las estructuras paramilitares más poderosas que tuvo el país, cometió 4.449 asesinatos selectivos, 106 masacres, 1.714 casos de desaparición forzada y 741 casos asociados a violencia sexual durante los siete años en que más azotó a la mitad del país.
Así lo confirmó el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, en su informe El Bloque Central Bolívar y la expansión de la violencia paramilitar, cuyo tomo III –titulado “Quisieron matar la utopía: la imposición del orden no deseado”– será presentado en la Fería del Libro de Medellín.
Según el CNMH, el accionar del Bloque Central Bolívar, BCB, dejó “una huella de muerte, dolor, violencias basadas en género y de ruptura del tejido social que marcó la vida de los territorios afectados por su presencia en quince departamentos y en más de 200 municipios”.
Todo eso entre 1999 y 2006, año en que se desmovilizaron durantel el gobierno del entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez.
Durante esa época, el BCB tuvo su mayor fase de expansión y daño en Antioquia, el Eje Cafetero, Risaralda, Caldas, Nariño, Caquetá, Meta y Vichada donde, según el informe, “se cometieron 4.449 homicidios selectivos por parte de esta estructura, siendo esta la modalidad de violencia más usada por el grupo ilegal”.
Le puede interesar: Memoria: en crisis y peleando un lugar en el Gobierno de izquierda
Respecto a los delitos relacionados con violencia sexual, el Centro de Memoria detalló que, de los 741 casos asociados, por lo menos 243 ocurrieron en Putumayo.
“En 2002 hubo un pico de este tipo de violencia en los territorios de operación del BCB; año de expansión hacia el Putumayo y Caquetá”, explicó Alberto Santos, experto del CNMH.
Antioquia padeció gran parte de ese dolor
Tal como describe el informe sobre ese grupo paramilitar, el Bloque Central Bolívar también tuvo como epicentro el Bajo Cauca antioqueño, desde donde Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, direccionó la incursión hacia regiones de Santander, el resto de Antioquia y el Eje Cafetero.
“Es la estructura más grande que operó en el país en materia de frentes y personal desmovilizados. Este tomo final recoge el análisis de lo que fue la actuación de esa estructura desde distintos aspectos: lo relacionado con escenarios de violencia y el accionar del bloque, sus vínculos con la fuerza pública, y el proyecto político del BCB que se desarrolló cooptando poderes locales, regionales y nacionales, por medio del despliegue de comisarios políticos y de alianzas con políticos. También se hacen hallazgos sobre las fuentes de financiación y los impactos del paramilitarismo en la vida de la comunidades”, dijo el investigador Santos.
El Bloque Central Bolívar y el paramilitarismo
Sobre ese entramado entre las autodefensas y el narcotráfico, el CNMH relató que se descubrió una relación directa entre “narcos” y política que terminó involucrando, según fuentes periodísticas, a personajes del Gobierno nacional.
Dentro del capítulo que se publicará en la Feria del Libro de Medellín, la entidad reconstruyó lo que fue la alianza con otros narcos como el Pulpo Invisible, Jhony Cano y Macaco.
Sobre este último, el Centro detalló su papel en la guerra del norte del Valle, una serie de hechos que le permitieron hacerse al control del narcotráfico en esa región, el Eje Cafetero, parte de Antioquia y del Chocó.
En cuanto a la relación de la estructura paramilitar con la fuerza pública, el informe detalla con relatos de las personas desmovilizadas las distintas modalidades de relacionamiento y cooperación, “que van desde la omisión en la acción contra estos grupos hasta operaciones conjuntas e intercambio de personal en casos de ejecuciones extrajudiciales, conocidas como falsos positivos, concluyó la entidad.
Todos estos detalles, y más, podrán ser ampliados en el informe que publicará el Centro Nacional de Memoria Histórica el próximo 10 de septiembre en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín.