Una exposición inédita, con detalles reveladores de tres episodios importantes del conflicto armado como las masacres y despojo de tierras en el Urabá antioqueño a finales del siglo pasado, fue inaugurada este viernes por la Comisión de la Verdad, Forensic Architecture y el Banco de la República.
Los hallazgos tienen como base el uso de herramientas tecnológicas para la reconstrucción en 3D de situaciones y mapas que, sumados a los cientos de testimonios de víctimas, evidencian los patrones utilizados por grupos paramilitares para expulsar a comunidades nativas de esa zona del departamento.
EL COLOMBIANO conoció detalles de este trabajo, el cual le tomó a la Comisión y Forensic Architecture dos años de investigaciones, las cuales tienen otros dos focos: lo que ocurrió con los rehenes del Palacio de Justicia hace 36 años, y la continua destrucción de la que ha sido víctima el territorio indígena nukak, en el Guaviare.
Todo esto se enmarca en “Huellas de desaparición”, la exposición que estará abierta al público en el Museo de Arte Miguel Urrutia, de Bogotá, hasta el próximo 25 de abril. Ese material, que contiene varias horas de videos con escenas nunca antes vistas de los tres episodios, hará parte del Informe final que presentará la Comisión de la Verdad a finales de junio de 2022.
Para Eyal Weizman, director de Forensic Architecture, este es uno de los trabajos más difíciles para su grupo de investigadores. Sin embargo, el resultado lo dejó satisfecho porque es de suma importancia para el análisis del conflicto y la memoria del país.
Masacres y despojos
En el caso de los despojos, los investigadores se centraron en Nueva Colonia, comunidad de Turbo, Antioquia. De allí, luego de contrastar datos con sentencias judiciales, concluyeron que empresas bananeras, bancos, paramilitares e instituciones del Estado crearon un entramado que dejó a varios campesinos sin tierras.
Según uno de los investigadores, el interés que había detrás era ganar “terreno para sembrar banano. Les interesaba era eso”. Esa premisa la demostraron con nuevas voces e imágenes en 3D de habitantes caminando por sus territorios en entornos ficticios pero muy fieles a la realidad.
Sobre esa región, la exposición cuenta con 100 kilómetros de veredas reconstruidas en las que ocurrieron las masacres de Honduras, La Negra y Coquitos, en 1988. En esos lugares, a día de hoy, el contraste que deja la revelación a través de mapeo digital es que el terreno está cubierto por el mar o por monocultivos de banano.
Con todo este material visual, la Comisión busca aportar al esclarecimiento del conflicto de una forma distinta. En efecto, el comisionado Alejandro Valencia le dijo a EL COLOMBIANO que el uso de esta tecnología de alto impacto es para que todo el país pueda repensar el conflicto de otra manera; por ello también publicarán los hallazgos en su página web.
El total de mapas y horas de videos, según los investigadores, dejan como conclusión la impunidad por la que pasa el país. Es por eso que, según le subrayó Valencia a este diario, las revelaciones de la investigación quedan a disposición de la justicia en caso de que así lo requiera.