“A mi hijo de 17 años lo esposaron, le pusieron grilletes, él me decía ‘papi me duele’, me lloraba”. Así relató su experiencia en poder de las autoridades migratorias extranjeras, uno de los colombianos que llegó deportado en un vuelo procedente de Estados Unidos.
En la mañana de este martes, una vez arribó a Bogotá, el ciudadano Carlos Gómez detalló la situación padecida en el país del norte.
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En una entrevista con la emisora La FM, relató que estuvo una semana en poder de las autoridades migratorias. “En Texas el trato fue bueno, nos bañaron, nos dieron medicina y ropa limpia, pero nos robaron la ropa que traíamos”, explicó.
Según él, cuando los trasladaron desde Texas hacia San Diego (California) todo empeoró. “Allá hubo mal trato, no tuvieron consideración, nos tiraban la comida en el piso, que estaba hasta vencida, un arroz negro de tres días”, recalcó Gómez.