A Carlos Rivera lo bautizaron ‘el monstruo de Tabio’, justamente, con el nombre del municipio donde en la madrugada de este lunes fue capturado por ser presuntamente responsable de múltiples homicidios de mujeres en el país.
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Sin embargo, es en Antioquia donde tiene un escabroso prontuario minado de denuncias por asesinato, abuso, hurto y otros delitos en contra de, al menos, siete mujeres en Medellín, Bello, Copacabana y Ciudad Bolívar.
Por esos crímenes, las autoridades en Antioquia expidieron una orden de captura en su contra. De ahí que emprendió la huida hacia el departamento de Cundinamarca, donde al parecer se habría escondido durante varios días en una finca en zona rural de Tabio.
Hasta ahí, Rivera había logrado escabullirse pese a la gravedad de los hechos cometidos. Según el expediente, elegía bien a sus víctimas, pero su principal modus operandi se basaba en la elección de lugares despoblados, donde intimidada a las mujeres con armas cortopunzante hasta finalmente someterlas.
Añade el prontuario que a las mujeres les infligía toda clase de torturas, las golpeaba, abusaba sexualmente de ellas y finalmente las asfixiaba. Esta práctica la empleó sistemáticamente en todos los casos. Resalta que en algunos casos les amputaba una oreja.
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Su captura se produjo, gracias al rastro de su último crimen en Tabio, el pasado 19 de mayo. La víctima era una mujer de 58 años cuyo cadáver fue hallado a orillas del Río Frío. Había sido sometida a dolorosas prácticas de tortura y como en los casos anteriores, le fue amputada una oreja y abusada sexualmente.
Gracias a información suministrada por la comunidad, el hombre planeaba salir del departamento usando documentos falsos. Así lo comprobaron los servidores de la SIJIN de la Policía Nacional, quienes lo capturaron en el momento en el que se movilizaba en un bus de servicio intermunicipal.
El hombre llevaba en su equipaje prendas de vestir y varios objetos cortopunzantes que podría haber utilizado durante alguno de los ataques.
Por los hechos cometidos en Antioquia, entre mayo de 2019 y febrero de 2020, la Fiscalía General de la Nación imputó a Rivera Ruiz por los delitos de feminicidio, acceso carnal violento y hurto calificado, todas las conductas agravadas, de los cuales se declaró inocente. Ahora, deberá permanecer en un centro carcelario luego de que un juez le impusiera la medida de aseguramiento.
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