Uno de los últimos trinos del presidente Gustavo Petro en su cuenta de X tiene la descripción: “Un movimiento unido que vaya por el poder para el pueblo”. Allí expuso una edición de un video de su discurso en la convención de la Colombia Humana en Bogotá, en la que el movimiento eligió a la senadora Gloria Flórez como presidenta de la colectividad. Ese discurso es, dentro de un grupo de discursos duros del presidente en escenarios parecidos, el más radical hasta ahora.
Petro ha acudido desde hace meses a la estrategia de hablar muy duro en X y ante sus bases pero tener otros canales abiertos al mismo tiempo con los sectores que son contrapartes del Gobierno. Por ejemplo, la primera reunión pública que tuvo luego de acusar a quienes han protestado con la arenga fuera Petro de ser “ricos y asesinos”, fue con los gerentes de los principales bancos del país en el Palacio de Nariño, para tratar de lograr un acuerdo sobre inversiones estratégicas que el Gobierno necesita con el fin de direccionar créditos a sectores populares.
Esa conversación se dio con el fin de evitar la presentación de un proyecto al Congreso de inversiones forzosas, que implicaría que la administración tome una parte de los ahorros de los ciudadanos en las cuentas bancarias para entregar crédito a sectores especialmente en el agro y que allí se enfoque la inversión, tal como ha sucedido con las bolsas de recursos entregadas al Banco Agrario desde hace 30 años.
No es la primera vez que Petro apela a la misma estrategia. Hace tres meses dio un discurso vehemente desde Puerto Rellena en el Valle en donde habló de que “el país vaya hacia una constituyente” y atacó a las oligarquías, el poder económico, y las élites. Pero en noviembre se había reunido en Cartagena junto la primera dama Verónica Alcocer con los principales dueños de los grupos más poderosos del país, incluyendo a las familias Sarmiento, dueños del grupo Aval; los Santo Domingo del grupo Valorem; y los Ardila de la OAL. La estrategia demuestra un juego a dos bandas en el que el presidente amenaza en sus discursos y gradúa de enemigos a los representantes del poder económico, pero luego se sienta a negociar acuerdos conjuntos.
Algo similar ocurrió con la entrevista que le dio al director de Noticias RCN, José Manuel Acevedo, al lado del presidente del grupo Exito, Carlos Callejas. Allí, Petro se mostró conciliador, sensato y celebró incluso una alianza con el Éxito para comprarle productos a los campesinos directamente y venderlos en los establecimientos en la línea de los proyectos de sustitución para la hoja de coca en el Putumayo, un área en el que el Gobierno ha demostrado una falla que podría tener implicaciones serias con el Gobierno de Estados Unidos a partir de enero del próximo año dependiendo del ganador de las elecciones.
El propio ministro de Defensa, Iván Velásquez, señaló que se redujo la erradicación forzosa en alrededor de un 70 % con un crecimiento de 16.000 hectáreas en 2022, pero también habló de cifras récord en la incautación. Contrario a eso, en la última semana Petro escribió una diatriba contra la familia Santo Domingo por un reportaje crítico de los movimientos de Xavier Vendrell, publicados primero por el ABC de España, a quien el presidente no cuestionó y en donde estuvo el origen de esa información.
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“En este momento veo a CaracolTV, que casi nunca hago, en su diaria campaña de construir descrédito en el gobierno y contra mi familia. 1. Denuncia al empresario Xavier Vendrell al que el fascismo español denomina terrorista. ¿Es malo un empresario porque es amigo de Petro? y en cambio los amigos de Alejandro Santodomingo, son buenos porque son amigos de él? ¿Cúal es la diferencia? ¿Cuál la autoridad moral de los Santodomingos y CaracolTV por definir cuál inversión extranjera es buena? ¿Sólo lo es la que les ayude a enriquecerse más?”, publicó Petro.
En la misma crítica hizo un comentario sobre otra nota del noticiero que registraba el debate de la decisión del Gobierno de no autorizar las exportaciones de carbón hacia Israel, lo que el presidente del gremio, Javier Díaz Molina, ha señalado podría significar pérdidas por alrededor de 450 millones de dólares en el futuro. “Israel buscará a esos proveedores, pero Colombia perderá un importante ingreso y no compartimos esta decisión del Gobierno”, dijo en La FM. Petro insistió en cuestionar al noticiero por presentar una información que ha sido uno de los temas más importantes de debate público por una decisión del Gobierno basada en criterio moral y político y no financiero.
El rasero del presidente para justificar la prohibición impuesta a los carboneros en Colombia es la secuencia de denuncias de violación al Derecho Internacional Humanitario por los bombardeos de Israel en Gaza y la investigación de la Corte Penal Internacional en contra del primer ministro Benjamin Netanyahu. Sin embargo, las mismas violaciones al DIH e investigaciones de la CPI se han abierto contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por bombardeos a edificios residenciales y hospitales de civiles en Ucrania, pero Petro no ha anunciado ninguna restricción para las exportaciones a ese país.
También le respondió a Vicky Dávila, quien a su vez anunció una gira por varias ciudades utilizando a la Revista Semana como plataforma, y con una candidatura próxima que ya es evidente para muchos sectores.
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La pelea con Dávila ha sido particular y directa en los últimos meses. Prácticamente el presidente ha elegido como contendora a Dávila para el 2026, aunque la periodista insiste en negar por ahora que esté haciendo campaña pero nunca lo ha descartado de manera puntual.Sin que su candidatura sea anunciada, pero con el respaldo y los comentarios de muchos sectores en las mesas de las reuniones del poder, Petro se ha convertido en el principal detonante de una posible campaña de Vicky, a quien cuestiona casi todos los días; la menciona como una representante del fascismo. “Si ganan en 2026 van a bañar a Colombia de sangre (...) es una responsabilidad histórica”, agregó en su último discurso en Bogotá.
Para el profesor Carlos Prieto, experto en Ciencia Política de la Universidad Javeriana, además de estos hechos, el presidente mantiene también un mensaje incoherente y de pérdida de capital político por las posiciones ambiguas frente a Venezuela, que es el tema más importante de la región y lo seguirá siendo hasta ver qué pasa en enero cuando debería posesionarse Edmundo González frente a todos los reportes independientes que aseguran que el candidato de María Corina Machado ganó las elecciones.
“El problema para el presidente es que lo que le sirvió como plataforma política hoy ya no funciona: El discurso anti establecimiento ya no le queda bien, pues él es el establecimiento; las certezas ideológicas de la multipolaridad y el progresismo se caen a pedazos ante un Maduro dictador -del que el presidente no se quiere desmarcar- y de un autoritarismo ruso que fracasa en su operación especial en Ucrania; las fuerzas políticas del pacto están en cierta pugna y ningún partido ni político tradicional está dispuesto a jugarse el poco capital político que les queda con el Presidente, que en público los denosta y en privado los busca”, explica.
Las peleas con los alcaldes
El mandatario tuvo una confrontación con el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, por varios temas en paralelo: una queja de Gutiérrez porque asegura que los recursos del Gobierno Nacional no están llegando a las regiones y sus críticas permanentes al estilo de Gobierno de Petro; el proyecto aprobado en la Comisión Primera del Concejo de Medellín que busca la venta de las acciones de EPM en Une Tigo; y una contradicción en la consecución de unos lotes por parte de la Alcaldía para un programa de centros de alimentos a personas vulnerables que está desarrollando el Departamento de Prosperidad Social en cabeza de Gustavo Bolívar.
Esa, que fue la pelea más grande con los gobernantes locales, llegó al punto de un cuestionamiento directo por parte de Petro a Federico Gutiérrez sobre si lo reconocía o no como jefe de Estado. “Le pregunto al alcalde de Medellín: 1. El alcalde Medellin reconoce al presidente de la República como su presidente? 2. Es mentira que las operaciones con UNE han hecho perder billones al patrimonio de Medellín? 3 La intervención del alcalde en los asuntos de ISA ¿no es un conflicto de interés, ya que su hermana tiene un alto cargo en esa empresa? (SIC)”, puntualizó.
Gutiérrez contestó punto por punto aseverando que lo reconoció como presidente al día siguiente de ganar las elecciones, dijo que la administración de Quintero también intentó vender las acciones sobre Tigo Une y el presidente no lo cuestionó entonces, y concluyó advirtiendo que el trabajo de su hermana es en una filial de ISA, por lo que no hay conflicto de intereses.
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El alcalde Carlos Fernando Galán, que estuvo el fin de semana protestando contra la dictadura de Nicolás Maduro al lado de los ciudadanos en Bogotá también fue objetivo de los dardos de Petro. Este último le dio rt a una publicación de un activista digital sin foto ni nombre que pedía la censura a Galán y que fuera procesado por el delito de abuso en función pública, tras su aparición en las movilizaciones de los migrantes frente a la embajada de ese país. Petro respondió a través de un trino del senador Wilson Arias: “sumarse a la camorra contra Petro. Lo demás ineptitud”.
En la misma vía le contestó un video crítico al exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, que hablaba de los vacíos de la paz total, a propósito de la negociación con grupos armados organizados (GAO) que ha mantenido el Gobierno y el paro armado del ELN en Chocó que causó el confinamiento de alrededor de 50.000 personas en ese departamento. “Mi estimado Sergio, la guerra siempre será un caos total. La guerra total la han vivido millones de personas. Buscar la paz es difícil, pero jamás la paz será caótica sino un Orden Justo”, escribió el presidente en la respuesta más moderada de sus controversias en X.
Consultado sobre todas las peleas de Petro y la anticipación de la campaña para el 26, el senador Iván Cepeda dijo que es normal que los movimientos políticos empiecen a organizarse desde temprano tal como lo hacen otros sectores para definir qué mecanismos y líderes podrían representar sus aspiraciones.
“Es natural que toda fuerza política proyecte su futuro. No es solamente el problema de una organización política, no veo que haya una exclusión y una contradicción. Ya todas las fuerzas políticas lo están discutiendo. Nuestra coalición de fuerzas está debatiendo el crear una sola fuerza política, qué forma tendrá, cómo lo podremos ver. Debe haber una claridad sobre el programa, liderazgos y un proceso de cohesión. Estamos en eso. El presidente tiene un estilo y así ha decidido defender los programas de su Gobierno”, opinó.
Lo cierto es que el presidente es indeleble en su norte político. Exactamente hace un mes en el Congreso volvió a llamar a todos los sectores del país a “un gran acuerdo nacional”, pero lo hizo sin ninguna línea ni derrotero claro. Su jefe del Departamento Administrativo de Presidencia, Laura Sarabia, es la que trata de hacer esa tarea convocando al sector privado y haciendo las veces de puente con quienes son críticos a su mandato, incluso con la oposición y los medios que más lo cuestionan.
Pero, tan pronto como Sarabia hace un anuncio que busca cohesionar al Gobierno en una política pública, el presidente parece acabar con ese esfuerzo en un discurso destemplado en el que acusa a todos quienes lo critican con una arenga legítima de protesta como “asesinos ricos”. Y allí mismo vuelve a hablar de la oligarquía, de los poderes de la élite “y sus esposas”, del golpe blando, baños de sangre, fascismo, y otra cantidad de adjetivos que no pueden entenderse en el propósito de una de sus funciones más importantes que es la de convocar a la unidad.
El profesor Prieto agrega que esto demuestra una incapacidad de formar Gobierno y entregar resultados. “Luego de dos años de Gobierno, da la impresión de que el presidente nunca dejó de hacer campaña. La incapacidad de conformar un gobierno viable, los pésimos resultados de su gestión en todos los frentes, el fracaso de su agenda legislativa, la ruptura con el Congreso y los escándalos de corrupción hicieron mella en su proyecto político y, como respuesta, Petro huye hacia adelante, anticipándose al debate electoral del 2026, reciclando sus consignas y sus posiciones ideológicas”, termina.
En conclusión, a Petro se le nota un interés en mantener la conversación activa en torno a sus controversias, ya no solo con quienes lo enfrentaron en 2022 y perdieron, sino contra los medios -los que lo critican- algo que también han hecho gobernantes autoritarios y con características de populismo en la derecha y en la izquierda; es el caso de Donald Trump en Estados Unidos y de Putin en Rusia, o de Nicolás Maduro en Venezuela y Nayib Bukele en Salvador. Pero, además de eso, también ha incrementado sus críticas a los gremios, los bancos, los industriales, y los empresarios en general, siempre y cuando estas sean en público o en X porque a puerta cerrada sí se sienta a conversar, buscar acuerdos, o hasta cerrar proyectos mancomunados como la inversión que hizo el Grupo Aval por más de 100.000 millones de pesos para agua potable en la Guajira, tras el fracaso de los carrotanques de Olmedo López.
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El académico de los Estudios Críticos del Discurso, Teun A. Van Dijk, dice que el análisis crítico se le hace al poder que es el que tiene los mecanismos y el control sobre lo que se comunica y la forma en la que se hace. Petro parece no haber entendido dos años después de llegar a la Casa de Nariño que el poder es él, que el tomador de decisiones número uno en el Estado es él, y que, parece una obviedad, él es el Gobierno. Es predecible que de aquí a 2026 su discurso se agudice para buscar ganar las elecciones, aunque eso signifique acentuar la polarización del país con sus consecuencias.