El sueño de los bogotanos amantes del fútbol de tener un estadio con más capacidad y hasta con techo rectráctil, al mejor estilo europeo, va tomando forma.
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Tras conocerse hace unos meses los detalles de cómo será la remodelación del estadio El Campín, a través de un rénder, esta semana se conoció que la ambiciosa obra ya cuenta con el Confis, un requisito indispensable para la estructuración financiera de un proyecto como el de este tipo.
Esto se conoce luego de que, la semana pasada, la alcaldesa Claudia López anunciara en el congreso de Camacol que en máximo tres semanas se hará la apertura de la licitación de la obra, que debe iniciar en 2024. La remodelación de El Campín se llevará a cabo bajo el modelo de Asociación Público Privada (APP).
La obra tendría una inversión estimada de 2,8 billones de pesos y los trabajos se extenderían por tres años, es decir, hasta 2027, cuando El Campín pasaría de tener una capacidad de 39.000 a 45.000 espectadores con amplias entradas y pasillos, palcos y zona de prensa, tal y como lo requiere la Fifa. Así mismo, contará un techo retráctil, parqueaderos subterráneos, auditorios, pabellones de eventos, restaurantes y salas de cine.
Los trabajos iniciarían el próximo año con la reconstrucción de la tribuna oriental, luego las tribunas norte y sur y posteriormente, la occidental. Todo esto con el objetivo de no interferir con los eventos deportivos y de entretenimiento programados en el escenario que fue inaugurado en agosto de 1938.
De acuerdo con información conocida por el diario El Tiempo, en los alrededores de El Campín, que forman un polígono, comprendido entre la NQS y las diagonales 61b y 61c y las calles 53b bis y 57a, también se tiene contemplada la construcción de zonas verdes, espacio público, un auditorio para la Orquesta Filarmónica, un centro comercial y un área administrativa del Distrito; además, del actual Movistar Arena, el escenario dedicado a conciertos.
“La propuesta es el cambio de todo el polígono del Campín, exceptuando lo que ya está en concesión, que es el Movistar Arena”, le dijo a El Tiempo Javier Suárez, subdirector técnico de parques del Instituto de Recreación y Deportes (IDRD).
“Lo concebimos como un proceso de renovación urbana, para recuperarlo, con el fin de que ese sector hostil del centro de la ciudad tenga vida. Es lo que hoy sucede en el mundo, que un estadio no es solo para partidos o conciertos, sino que se puede visitar, caminar, tiene restaurantes, cafés, comercio”, agregó Suárez.
Tras el Confis y la licitación, la obra, que está incluida en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la capital, requiere las aprobaciones en la Secretaría Distrital de Planeación; la certificación de las obligaciones contingentes y el aval del modelo financiero en la Secretaría de Hacienda.
Luego, deberá ir al comité de APP, una instancia final de la alcaldía, la publicación y la firma del contrato.