Dentro de la Alianza Verde saben que la corrida de silla a la senadora Angélica Lozano para la Presidencia del Senado se vio como toda una novela desde afuera en la que la llamada a ser la protagonista en la legislatura 2023-2024 se quedó sin el cargo que había buscado desde julio de 2022, y los otros dos congresistas que buscaban ese puesto terminaron actuando a título propio.
El senador Inti Asprilla, verde de tradición, pero de raíces tan petristas como las del Pacto Histórico, le cantó la tabla a todos sus compañeros de partido y hasta al mismo Gobierno, asegurando que se habían inclinado por una candidata que no se la jugó, como él sí, por la campaña de Gustavo Petro a la Presidencia de 2022.
Y el que salió victorioso de la puja interna, el senador Iván Name, se quedó con el cargo más alto del Congreso sin muchas conversaciones con su bancada –porque no estuvo en las últimas reuniones clave– pero sí con repetidas charlas con la oposición (Cambio Radical y Centro Democrático) y el “independiente” Conservador en el que el propio presidente del partido, Efraín Cepeda, le movió votos.
El punto de quiebre que fisuró a los verdes se dio en la tarde del miércoles en una reunión de bancada de la que se salieron Asprilla, Name y el senador Fabían Díaz. Y la herida quedó mucho más abierta horas antes de la instalación del Congreso, en una cita en la que participó el propio ministro del Interior, Luis Fernando Velasco.
A las 11 a.m. del 20 de julio los verdes se reunieron con Velasco, pero Inti y Name no quisieron estar en el encuentro. El primero, porque sabía que esa asistencia era para ratificar a Lozano; el segundo, porque tenía claro que se autopostularía a la Presidencia del Senado sin importar lo que su partido quisiera.
Tan claro tenían los verdes que se les podían desbaratar los votos para Lozano que EL COLOMBIANO adelantó desde el martes que se alistaba un escenario incluso más dividido en el que hasta el senador Ariel Ávila podría poner su nombre, además de los de Inti y Name. La idea de que la Presidencia se definiría “a voto limpio” salió de los mismos senadores del partido.
El que no estaba preparado para el resultado fue el ministro Velasco, quien estaba convencido de que pondrían a Lozano a la cabeza del Congreso. La resolución le incomodó tanto que solo se dio un apretón de manos con Name y salió del recinto sin mediar palabra con más congresistas o con los ministros que estaban en el lugar, como la de Ambiente, Susana Muhamad.
Verdes intentan recomponerse
Las divisiones del partido están. Sus militantes las reconocen fuera de micrófonos, pero prefieren no comentarlas al aire porque saben que cada declaración puede hacer más evidente la disputa interna y o hasta terminar abriendo otro frente de batalla.
Es más, cuentan que hasta el senador Jota Pe Hernández tuvo la idea de aspirar por ese puesto aduciendo a su caudal político (189.291 votos en las legislativas de 2022), un resultado que en su momento le sacó en cara al partido afirmando que los votos suyos habían arrastrado a los que estaban más atrás de la lista, como el mismo Name.
“Name tiene un perfil más hacia la centroderecha. No sale en los medios porque no le interesa y hay gente que no sabe quién es él. Va a ser una Presidencia interesante por las conexiones que tiene con los tradicionales”, aseveró una fuente del partido.
La carta que le queda al Inti Asprilla es la de ser un puente de comunicación con el Gobierno, una interlocución que Name no tiene y en la que tampoco Lozano era la más diestra.
Hay quienes dicen que Asprilla no tiene muchas simpatías en el partido. De la bancada de la Alianza el más cercano a él es el senador Fabián Díaz, quien también se salió de la reunión de la colectividad del miércoles en la que votaron por nominar a Lozano a la Presidencia.
Pese a que públicamente la senadora Lozano aseguró que era momento de pasar la página, fuentes del partido sostienen que sí quedaron fraccionados. “Respeto siempre los resultados, he competido y siempre respeto los resultados. Lo único es que había una decisión de bancada de 12 senadores de 13, pero yo nunca peleo con los resultados”, le dijo Lozano a El Tiempo en la noche del jueves.
Sobre la relación de Lozano con el Gobierno hay dos versiones. La primera, y que sale de personas cercanas a ella, indica que la senadora se sentía vetada por el Gobierno y presentaba ese argumento como un motivo para que votaran por ella en la elección del Senado.
La segunda, que la cuentan desde la oposición, es que hubo congresistas tradicionales a los que les molestó que Lozano se presentara como una afectada por el portazo del Gobierno porque la seguían viendo como una aspirante cercana a Petro. De ahí que los opositores terminaran usando la misma exposición de motivos para buscar votos por Name.
Los protagonistas de la novela verde por la Presidencia por ahora no quieren hablar en micrófonos por el “guayabo” político en el que resultó la puja del 20 de julio. Sin embargo, el senador Ariel Ávila sostuvo que “el partido queda con unos dolores, pero no queda tan lastimado. Esto se recompone rápido”.
El factor oposición en la elección de Name
Los votos para elegir al senador Name se consiguieron uno a uno con las gestiones de los congresistas de Cambio Radical y el Centro Democrático. Ellos fueron los que estuvieron en las reuniones conversando con las fuerzas políticas para pedir que lo apoyaran como la alternativa más institucionalista de las tres precandidaturas verdes.
Las charlas se dieron hasta el último momento de la votación. Justo mientras el expresidente del Senado, Alexander López Maya, llamaba a lista para la plenaria, los congresistas conversaban entre ellos. El presidente del Partido Conservador, Efraín Cepeda, estuvo hablando con la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático, y otros de la bancada en sus curules del Congreso.
Lo mismo pasó con el senador de Cambio Radical, Carlos Fernando Motoa, quien estuvo junto a Name durante toda la votación.
A Angélica Lozano de nada le sirvió repartir papelitos rectangulares con su nombre en ellos antes de la votación porque la oposición ya había conseguido su cometido: poner en la Presidencia del Congreso a un senador de Centro y no gobernista.