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paros armados ordenó el ELN en Chocó en los últimos dos años, según la Defensoría.
Tener las agallas, la crueldad y la torpeza de ordenar un paro armado el mismo día en que el Gobierno y el ELN anunciaron el descongelamiento de sus diálogos de paz, es un desafío al Estado que lleva la estampa de la criminal Emilse Oviedo Sierra, alias “la Abuela”, la mujer más poderosa de la guerrilla.
El paro duró del 8 al 16 de noviembre en la subregión del San Juan, sur de Chocó, confinando a 45.000 pobladores y lacerando la credibilidad en un proceso de paz que cada vez se agota más. ¿Quién es esa cabecilla, que hoy comanda una fuerza de 885 subversivos y parece operar con una cuestionable independencia del Comando Central del ELN?
Nació hace 50 años en Dabeiba (Antioquia) o Riosucio (Chocó), algo que todavía no se ha esclarecido. El primer registro que los militares tienen de Oviedo en las filas insurgentes data de 1990, cuando ingresó al frente Manuel Hernández el Boche, a los 16 años de edad, y tuvo que patrullar las veredas de Quibdó, El Carmen, Lloró y Bagadó.
En 2005 tuvo su primera designación importante, como cabecilla de la compañía Néstor Tulio Durán en el Alto Baudó; y al año siguiente recibió la comandancia del frente Cacique Calarcá, en Tadó.
Su destreza en los oficios insurgentes y el conocimiento del territorio le confirió el favor del Comando Central (Coce), que la ascendió al estado mayor regional del Frente de Guerra Occidental (FGOCC) en 2007, cargo desde el cual coordinó acciones terroristas contra la Fuerza Pública y las comunidades, así como operaciones para someter a los grupos políticos de Chocó.
El prontuario que le han construido las agencias de seguridad la vincula con los secuestros del exgobernador Patrocinio Sánchez (2013); de Gregorio Asprilla Ayala, hermano alcalde de Nóvita (2014); y del alcalde de Alto Baudó, Fredy Palacios Ramírez (2014).
Y también con la masacre de cinco residentes de la comunidad de Carra, en el Litoral de San Juan (2017).
Entre 2020 y 2021 fueron dados de baja en bombardeos dos peces gordos del FGOCC: Andrés Vanegas Londoño (“Uriel”) y Ogli Padilla Romero (“Fabián”), por lo cual “la Abuela” pasó a dirigir, convirtiéndose en la única comandante de un frente de guerra en esa guerrilla y de paso en la mujer más poderosa del ELN.
¿Rezada contra las bombas?
Agentes de Inteligencia que la han perseguido en la última década, le contaron a EL COLOMBIANO que “la Abuela” ha sobrevivido a por los menos 12 operaciones militares.
“Ella ha tenido varios amantes en las filas, y como son subalternos, les toca aguantarse los celos entre ellos. Eso lo aprovechamos en 2012 y con ayuda de uno de esos despechados le metimos al campamento un radio con un chip de geolocalización”, relató una de las fuentes.
A las 2:00 a.m. la Fuerza Aérea bombardeó el campamento en el corregimiento de Villa Claret, en Lloró, matando a 15 rebeldes. Uno de los muerto fue su compañero sentimental “Santiago”, quien la protegió con su cuerpo de la onda explosiva. Oviedo perdió un pedazo del tobillo izquierdo y quedó con varias esquirlas enterradas en la espalda.
Al año siguiente, los agentes se enteraron de que “la Abuela” se contagió con el virus del papiloma humano, que le generaba condilomas (especie de verrugas) en la zona genital. El tratamiento, además de medicinas, requería de un aparato cauterizador para eliminar las verrugas.
Los militares se las arreglaron para introducir otro chip en el cauterizador que ella mandó a pedir, y que portaba siempre en el bolso. “Entre 2013 y 2015 le hicimos operaciones cada dos meses; le matamos mucha gente, pero ella no moría. Decían que tenía un rezo de brujería que la protegía. Incluso mandamos francotiradores que usaban balas con una cruz marcada en la ojiva, para romper el hechizo, pero siempre fallaban”, narró uno de los agentes.
Los tentáculos en la región
Según documentos de Inteligencia Militar conocidos por este diario, el FGOCC tiene presencia en el centro y el sur de Chocó, así como en el distrito de Buenaventura (Valle del Cauca), ocupando 19.240 kilómetros cuadrados de selvas, playas y arterias fluviales, con acceso a puertos, cultivos de coca, laboratorios de cocaína y yacimientos de minería.
“La Abuela” comanda a 520 combatientes y 365 milicianos encargados del espionaje y la logística de su organización, los cuales están divididos en cuatro frentes territoriales (Resistencia Cimarrón, Manuel Hernández El Boche, Cacique Calarcá y Ernesto Ché Guevara), dos compañías (Ómar Silgado y Néstor Tulio Durán) y una célula urbana (Comando América).
Su principal enemigo en la región es el Clan del Golfo, estructura criminal con la cual sostiene hace cinco años un brutal enfrentamiento, caracterizado por combates, secuestros, asesinatos selectivos e instalación de campos minados, que finalmente perjudican a la población civil.
Los focos de ese conflicto están en la subregión del Baudó y la cuenca del río San Juan, donde se concentran hoy en día los combates y el confinamiento de caseríos de negritudes y resguardos indígenas (ver el mapa).
Lo que está en juego es un corredor estratégico para el narcotráfico, la minería y contrabando, además de autopistas fluviales que conectan a Chocó, Valle, Antioquia y Risaralda. El grupo que domine, asegura millonarias rentas mensuales y una ventaja estratégica militar.
Lo último que se supo de Oviedo es que el ELN la nombró como delegada del FGOCC ante el Comando Central y que ordenó su traslado a Táchira, Venezuela.
El último paro armado que ordenó la puso una vez más en la mira de los militares. ¿Esta vez podrán romper el embrujo que la protege?
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