Hébert Veloza García –excomandante paramilitar conocido bajo el alias de HH– presentó su renuncia a la designación como gestor de paz que le había hecho el presidente Gustavo Petro en noviembre del año pasado. De acuerdo con él, la figura no aporta a las acciones de reparación y verdad que merecen las víctimas del conflicto.
“He sido un convencido de la necesidad de la paz para el país, como fundamento real para el progreso y desarrollo socioeconómico de nuestro pueblo”, se lee, inicialmente en la misiva que fue enviada al consejero comisionado de paz, Otty Patiño.
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“HH” está libre desde el 28 de mayo del año pasado cuando Justicia y Paz le otorgó el beneficio de libertad condicional por cuatro años. Salió de las rejas de la cárcel La Paz de Itagüí. Después, en noviembre, fue designado por el presidente Petro como gestor de paz.
La pretensión del presidente con la designación era que alias HH –y los demás excomandantes paramilitares que fueron designados– avanzaran en procesos de reconciliación, reparación y ayudaran a desmontar las organizaciones paramilitares.
“Respetuosamente renuncio a la designación que me hiciera el Gobierno Nacional, aunque seguiré apoyando la paz”, añadió el exparamilitar.
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Para “HH” la figura de gestor de paz no le ofreció las herramientas necesarias para avanzar en sus intenciones de reconciliación y añadió que, su presencia sería ineficaz porque ya no tiene ningún tipo de relación con las estructuras ilegales.
“La gestoría de paz, pediría de mi hacer exactamente lo que he venido haciendo por muchos años, sin que esta figura aporte nada nuevo en mi compromiso con la paz del país; toda vez que no tengo vínculo, contacto o ascendencia con estructuras ilegales actuales”, añadió el exparamilitar.
La figura del gestor de paz está reglamentada desde 1997 en Colombia a través de la ley 418. Allí quedó establecida la facultad del presidente para pedir la suspensión de los procesos judiciales de exmiembros de los grupos armados para que puedan mediar en el alcance de acuerdos humanitarios.
El excomandante paramilitar, de momento, está cobijado con el beneficio de cuatro años de libertad condicional, durante este tiempo deberá demostrar que está en condiciones de mantenerse fuera de las cárceles y que tiene intenciones de hacer aportes a la verdad y reparación de las víctimas.
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