Alias Calarcá es el comandante del bloque Jorge Briceño de las disidencias del Estado Mayor Central de las Farc. El ilegal sería el responsable del desplazamiento forzado de la comunidad de paz de Miravalle, un antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) que tendrá que ser abandonado por una guerra reciclada.
Los excombatientes fueron intimidados en un panfleto enviado por los hombres de “Calarcá”. Los firmantes fueron estigmatizados y señalados de colaborar con la Segunda Marquetalia. La amenaza del EMC era perentoria: debían abandonar el espacio –que ocuparon durante los últimos siete años– porque el lugar sería convertido en escenario de la confrontación.
Los excombatientes de este ETCR son ejemplo del proceso de reincorporación. Habían implementado un proyecto de turismo que se llama “Caguán expeditions”: rafting por el río Pato de ese departamento. Además, habían representado a Colombia en dos mundiales de esta disciplina deportiva.
“Hemos quedado en medio de una absurda disputa entre las guerrillas del Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia hasta el punto del ahogo, sofocando las posibilidades de continuar nuestras operaciones turísticas y deportivas en nuestra vereda”, dijo la comunidad al anunciar su desplazamiento.
Detrás de las amenazas está alias Calarcá, un cabecilla disidente que –en teoría– trata de negociar la paz con el Gobierno nacional y que viene desarrollando una guerra total con las disidencias de la Segunda Marquetalia en Caquetá.
Las disidencias del EMC están divididas. De un lado está la facción de Iván Mordisco –que sostiene una confrontación total con la Fuerza Pública departamentos como el Cauca, Valle y Nariño y en el otro extremo están las comandadas por “Calarcá” que, en la práctica, apuestan por una salida negociada a la confrontación.
Calarcá tomó el control de las disidencias en el Caquetá tras la muerte de alias Gentil Duarte en mayo de 2022. Ese departamento ha sido el escenario de disputa entre los grupos armados ilegales, no solo por las economías ilícitas de la minería y el narcotráfico. También porque es un lugar que permite el acceso a ríos navegables que funcionan como corredor con la planicie amazónica y, a su vez, con departamentos claves para las rutas ilícitas como el Cauca y Nariño.