De los más de cuatrocientos aeropuertos en Colombia, el que destaca por su sala de espera bajo un frondoso árbol de mango probablemente es el que mejor ejemplifica el realismo mágico de Gabriel García Márquez.
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Este peculiar escenario se encuentra en el municipio de Aguachica, en el Cesar, en el Aeropuerto Nacional de Hacaritama, una terminal poco conocida, pero bastante singular en una región de Colombia que recientemente ha sido muy nombrada en medios nacionales por el lamentable fallecimiento de su joven alcalde Víctor Julio Róqueme Quiñonez de 26 años.
Además de su pista de despegue, Hacaritama cuenta con una pequeña edificación dividida en dos áreas: una para el chequeo manual del equipaje, ya que no hay espacio para una banda electrónica.