La justicia le concedió a Jorge Luis Alfonso López el deseo de libertad que tanto anhelaba desde que el Tribunal Superior de Bogotá lo condenó a 29 años de prisión tras conocer sus nexos con paramilitares y participar en el asesinato del periodista Rafael Enrique Prins Vélasquez en 2005. Fue a través de la figura de “facilitador de paz” que le otorgó el Gobierno Petro para asumir funciones en el acercamiento de diálogo con las bandas criminales que quieran sumarse a la denominada “paz total”.
La boleta de salida la firmó el Juzgado Quinto de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Barranquilla, con fecha del 2 de febrero, pero todavía es un misterio quién solicitó la libertad. El gobierno se hizo a un lado y negó que haya sido una orden suya, aunque sí lo autorizaron para verificar “la voluntad real de paz y reinserción a la vida civil, así como la voluntad real de sometimiento a la justicia de los grupos armados organizados”.
Pero no es la primera vez que López busca hacerle el juego, El Gatico, como era conocido por el alias de su mamá Enilce López “La Gata”, ya había intentado colarse a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) bajo la excusa de hablar con la verdad y con el objetivo de obtener beneficios y salir libre en el menor tiempo posible.
Sin embargo, la JEP le cerró las puertas en la cara luego de que el 15 de febrero de 2021 la sala de definición de situaciones jurídicas rechazara su solicitud de sometimiento porque nunca dijo la verdad.
Según expresó la jurisdicción, a pesar de las múltiples oportunidades concedidas, “López no presentó un compromiso claro, concreto y programado conforme a los principios del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición”. Además, “las sucesivas declaraciones y escritos presentados por el solicitante denotaron hasta el extremo su falta de voluntad para aportar a la verdad plena y reparar a sus víctimas”, determinó el alto tribunal.
Pero “El Gatico” aprovechó la segunda oportunidad que se le presentó para volver a colarse en alguna iniciativa de paz, esta vez liderada desde el Gobierno de Gustavo Petro y el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, quienes le abrieron las puertas de par en par aunque ya tenían el fuerte antecedente de la JEP.
Así las cosas, si bien López tenía una condena vigente, a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz se le ocurrió la idea de expedir una resolución en la que se le nombraba “facilitador” en los ánimos de paz que se adelantan hasta el momento.
Acto seguido, el juzgado quinto de ejecución de penas y medidas de aseguramiento de Barranquilla concedió la boleta de libertad de López. Pero las cosas se empezaron a enredar cuando, a través de una comunicación de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, se aseguró que el Gobierno nunca solicitó esa libertad.
Mientras se aclara esa confusión, lo cierto es que a Jorge Luis Alfonso López le concedieron la libertad desde el pasado 2 de febrero bajo su título de facilitador de paz.