Y a la historia de Sergio se suma la de otros 894 migrantes irregulares que han sido rescatados en altamar entre 2022 y lo que va del 2023. En el más reciente operativo, a inicios del mes pasado, la Armada rescató 19 migrantes que iban a bordo del “Man of War”, una lancha que no tenía autorizaciones y las precarias condiciones ponían en riesgo la vida de 13 adultos, una mujer embarazada y seis menores de edad. Todos con el mismo sueño de Sergio, llegar hasta Estados Unidos.
En esa misma ruta de Colombia-Nicaragua han naufragado por lo menos seis embarcaciones desde 2022 debido a que las lanchas que transportan a los migrantes a altas velocidades, no tienen las condiciones mínimas de seguridad para hacerse a la mar y las características del motor ni siquiera resiste las olas de hasta dos y tres metros que pueden enfrentar al navegar. En esos naufragios, entre agosto y diciembre de 2022, desaparecieron 59 personas, entre niños, niñas y madres gestantes.
Solo en lo que va de 2023 se ha logrado el rescate de 235 migrantes, 57 niños, de países como Venezuela, Haití, Uzbekistán y, recientemente, ciudadanos de Ecuador, China, Vietnam, Bangladesh, Bielorrusia y Bosnia.
Es por eso que en el contexto de una crisis migratoria que ahora golpea a San Andrés, la Procuraduría advirtió una serie de recomendaciones para hacerle frente a la situación y dejar de lado la inacción frente a un paso migratorio en el que se están vulnerando los derechos humanos.
Para ponerle rostro a la situación, el Ministerio Público viajó hasta la zona como una visita preventiva para recoger las conclusiones y activar un plan de la mano del Gobierno Nacional. En esa visita se pudo identificar que San Andrés es un nuevo paso riesgoso para los migrantes, similar al Tapón del Darién, pero con la particularidad de que se venden “paquetes turísticos VIP”.
Las rutas VIP
Esos paquetes turísticos alcanzan valores de hasta 5.000 dólares y son ofrecidos a personas y familias migrantes a través de redes sociales y páginas de internet con videos promocionales de la isla, como si se tratara de un destino vacacional.
“En vuelos procedentes de Cali, Medellín, Cartagena y Bogotá, los migrantes emprenden una peligrosa travesía por mar abierto desconociendo los peligros y riesgos a los que se exponen en este tránsito. La población migrante ha optado por cruzar a Centroamérica en lancha desde la Isla de San Andrés, al considerarla una ruta más rápida y “menos peligrosa” que transitar por el Golfo de Urabá y la selva del Darién”, señaló el informe de la Procuraduría.
Las rutas que ofrecen los paquetes a los migrantes son: San Andrés - Corn Island (Nicaragua) - Bluefields (Nicaragua); San Andrés - Bluefields; San Andrés - Pearl Lagoon (Nicaragua); San Andrés (Cayo Pescador) - Cayo Albuquerque - Bluefields; y San Andrés - Cayo Albuquerque - Corn Island - Bluefields).
Y esos planes han tenido acogida entre los migrantes. Entre enero y mayo de 2022, la Armada Nacional colombiana y Migración Colombia detectaron 238 migrantes irregulares. En la última semana del mes de agosto de ese año detuvieron tres embarcaciones en las que se encontraban 19 migrantes, entre los que hallaron niños de 2 y 6 años.
Pero más allá de un paquete que ofrece supuestos beneficios para los migrantes, lo cierto es que se lograron identificar altos riesgos que ponen en peligro los derechos. Además de las condiciones de vulnerabilidad extrema a las que los migrantes se ven expuestos. El panorama es tan alarmante que el Ministerio Público dejó un informe con más de 30 recomendaciones a la Cancillería, el Ministerio de Defensa, la Superintendencia de Transporte, Fiscalía, Bienestar Familiar, la Defensoría, y a la Gobernación de San Andrés.
Los riesgos para los migrantes
Las autoridades advierten que aunque en la zona no hay presencia del Clan del Golfo, sí han logrado identificar mafias y redes relacionadas con el tráfico ilegal de personas. Precisamente, la población migrante se expone a ser víctima de trata de personas. A eso se le suma que las lanchas pasan 15 horas en altamar para no ser descubiertos por las autoridades, en muchos casos sin chalecos salvavidas, ni instrumentos de navegación y comunicación. Además, hay presencia de embarcaciones piratas que los interceptan y les roban sus pertenencias y los abandonan a la deriva. Los migrantes también corren el riesgo de ser instrumentalizados por las mafias locales para el tráfico de drogas. Esos grupos criminales también los someten a extorsión y esclavitud.